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El aceite de oliva: por qué el subidón de precios no afecta (tanto) al consumidor

Las grandes distribuidoras pagaron más este año por el ‘oro líquido’, pero el incremento del valor no se ha notado en el bolsillo de los clientes

Una persona sirve aceite de oliva / PEXELS
Una persona sirve aceite de oliva / PEXELS

No falta en los pescados o la carne a la plancha, ni en los guisos, ni en una tortilla que se precie, ni en el sofrito de un buen arroz, ni por su puesto en las tostadas. Oro líquido. Aceite de oliva, todo mal quita. La estrella áurea de nuestras cocinas.

No obstante, este año ha sido un tanto raro para el aceite. Se les ha pagado más a los productores, se ha anunciado el fin de los aranceles en Estados Unidos y se ha levantado una gran debate con el etiquetado de NutriScore. Con todo, a pesar de que las empresas han puesto más dinero que otros años para llevar el aceite a los estantes, el consumidor español no lo ha notado de manera drástica. La distribución ha asumido un margen.

El aceite de oliva se pagó en origen un 67 % más caro

Los datos publicados en septiembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en referencia al Índice de Precios de Consumo (IPC) reflejaban que la subida del precio del aceite de oliva era de un 25 %. Es decir, que los clientes se habían tenido que rascar algo más el bolsillo, pero un aumento nada comparable con el subidón que han percibido los productores: los datos de la Dirección General de Producción del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan que el valor del aceite de oliva en origen ha subido un llamativo 67,3 %. Ese dato, además, es una media de los distintos tipos. El aceite de oliva refinado, por ejemplo, creció hasta un 70 %.

Unas tostadas con aceite de oliva / UNSPLASH
Unas tostadas con aceite de oliva / UNSPLASH
Es decir, se les están pagando a los agricultores mucho más que otros años, pero el consumidor no lo nota tanto. Tal y como recogen los Índices y Precios Percibidos Agrarios de agosto de 2021, el precio que recibieron los fabricantes se catapultó en primavera. En mayo de 2021, los productores recibieron una media de 326,46 euros por cada 100 kg de aceite de oliva. El mismo mes de 2019, la cifra había sido de 216 euros, por lo que ha subido un 51 %. En junio, julio y agosto de 2021, el valor no bajó de los 310 euros.

El margen de los supermercados 

Fuentes del sector de la distribución explican a Consumidor Global que el procesamiento del aceite es complejo: “Hay productos que llegan del campo al súper en 24 horas, pero el aceite requiere otros tiempos”. Sin embargo, subrayan esas mismas fuentes, “siempre se intenta repercutir lo menos posible el precio al consumidor”.

Por ello, “el margen de beneficio es penoso” reconocen desde una cadena de distribución que opera en España a este medio. La botella de 1 litro de aceite de oliva virgen de marca blanca se puede encontrar en los supermercados de Mercadona, Carrefour y Dia por un rango de precios que oscila entre los 3,20 euros y los 3,70 euros. Si el productor cobra 3,26 euros por un litro, el provecho de estas empresas es mínimo. Sin embargo, si se atiende a marcas como Carbonell, la botella de aceite de oliva virgen de un litro cuesta más de 5,50 euros, casi el doble de lo que se paga al proveedor. 

Una persona fotografía un plato preparado con aceite de oliva / PEXELS
Una persona fotografía un plato preparado con aceite de oliva / PEXELS

¿Producto de gancho? 

Gonzalo Bernardos, profesor Titular de Economía de la Universidad Barcelona, señala a Consumidor Global que los precios del aceite este año se explican por dos motivos: “la cosecha ha sido muy mala y las exportaciones muy buenas”. El experto afirma que la diferencia entre el precio que paga la distribuidora y el que cobra a los consumidores por el aceite de marca blanca “es muy pequeña en comparación con cualquier otro producto”. Según Bernardos, una de las razones que podría explicar esto es que se tratase de un producto gancho: aquellos por los que el vendedor asume ganar menos para asegurarse, a cambio, que el consumidor siga acudiendo a su supermercado.

Dos personas recolectan oliva, el fruto del que se extrae el aceite / UNSPLASH
Dos personas recolectan oliva, el fruto del que se extrae el aceite / UNSPLASH

Emili Vizuete i Luciano, experto en consumo y director del Máster en Comercio y Finanzas Internacionales la Universidad de Barcelona, explica que si el aceite sube en origen y el coste no se repercute al consumidor, alguien está estrechando su margen. Y mucho. “El aceite de oliva depende de que se haya tenido una buena cosecha, que los temporales no hayan ocasionado grandes destrozos…”, explica. Bernardos considera, además, que las grandes distribuidoras tienen acuerdos con los proveedores a través de los cuales adquieren grandes cantidades de producto. En este caso, de aceite. “Eso permite abaratar algunos costes, con una variabilidad pequeña”, aclara.

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