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“La calidad es peor que mala”: el fraude de Anna Barcelona, la firma de ropa que debes evitar
Esta web, que vende prendas de todo tipo y dice tener una oficina en la ciudad condal, envía prendas que nada tienen que ver con las fotos y, para su devolución, remite a Hong Kong
La moda ayuda a expresar la personalidad y a desarrollar la individualidad: la forma en que nos vestimos permite transmitir ciertos mensajes sobre quiénes somos. Anna Barcelona es una marca de moda online que, en su web, (annabcnboutique.com) dice fomentar esa autoexpresión y enorgullecerse de “ofrecer productos de alta calidad que son cómodos, duraderos y, sobre todo, a la moda”.
Además, en la web, los responsables de Anna Barcelona dan la bienvenida al cliente al “destino de moda en línea en España”. Venden todo tipo de ropa para mujer (vestidos, pantalones, abrigos largos o jerséis, de los que a veces se especifica el material, como algodón o lana de merino), y, si bien las prendas no son baratas, sí parecen atractivas y de buena calidad.
“Empleamos a cientos de españoles”
No se dice explícitamente que la empresa fabrique en España, pero sí que tiene una oficina en la ciudad condal, donde en teoría trabajan los diseñadores, los desarrolladores de los sitios web y el equipo de marketing. Así, la sensación es que se trata de una marca fiable y con unos recursos humanos sólidos, pero numerosos clientes han denunciado que en realidad se trata de una “estafa”, y todas las pruebas apuntan en esa dirección.
“En estos tiempos económicos difíciles empleamos a cientos de españoles que nos ayudan con áreas como servicio al cliente, consultas en redes sociales, publicación, producción de contenido, modelado y más. Sabes que tu compra es importante y apoyas a los españoles trabajadores”, se dice en la página. No obstante, parece un mero gancho para atraer clientes, puesto que la dirección real de Anna Barcelona es la de una empresa radicada en Hong Kong.
Una empresa de Hong Kong
Concretamente, “Industex Limited. SUITE C, LEVEL 7, WORLD TRUST TOWER, 50 STANLEY STREET, CENTRAL”. Se trata de la misma dirección que tenía laurabarcelona.com, una web cerrada hace pocas semanas que se dedicaba exactamente a lo mismo: hacerse pasar por una tienda española y enviar ropa de mala calidad fabricada en China.
Hasta hace poco, este medio estaba siguiendo la pista a Laura Barcelona, una web ahora inactiva, que muy probablemente echó el cierre tras acumular denuncias de clientes estafados. Ahora, todo invita a pensar que Anna Barcelona simplemente sustituye y perfecciona el engaño de Anna Barcelona.
“Tapadera mafiosa”
En Trustpilot, tanto las opiniones de la ya clausurada Laura Barcelona como las de Anna Barcelona son pésimas. La primera tiene más de 200 reseñas y la segunda unas 60, y ambas comparten una puntuación muy mala. “Esta tapadera mafiosa se queda tanto con el pedido como con el dinero. Yo estoy detrás de ellos desde el 24 de julio que compré el pedido. Hasta ahora sólo me dan largas. Son unos impostores”, escribió un cliente a finales de enero.
“Son unos estafadores, lamento no haber leído reseñas antes de comprar. No compren en esta página. La calidad de los productos es peor que mala y cuando quieres devolverlos te obligan a enviarlo todo a China, asumiendo tú los costes”, lamentaba otro sobre Laura Barcelona. “La calidad es penosa, ni se parece a las fotos que publican. Me llegó una sudadera que parecía de papel con el dibujo desteñido”, indicaba un tercero.
“Venden mentiras”
Por su parte, su prima hermana Anna cosecha calificativos como “tomadura de pelo” o “engaño”. “Son unos sinvergüenzas y tramposos, pedí un jersey de cashemira y después de 3 semanas me ha llegado un trapo. Venden mentiras, no lo devuelvo, prefiero regalarlo. 50€”, expresaba un cliente descontento.
Una de las clientas afectadas por este fraude es M. T. García, quien se decidió a comprar en la web de Anna Barcelona porque vio un anuncio en redes sociales. “Me llamó la atención el anuncio, y fui a la web. Me pareció muy atractiva: las fotos, la ropa… Parecía una boutique elegante. Jamás pensé que realmente era una empresa china. En ese sentido, son muy hábiles”, cuenta a este medio.
Pedidos con retraso
Así, gastó “aproximadamente cien euros, en varias prendas”. Tardaron mucho en llegar, y, cuando lo hicieron, García descubrió que no eran en absoluto prendas similares a las que aparecían en las imágenes de la web. “Inmediatamente intenté devolverlas, sin éxito. Me dijeron que tenía que pagar los gastos de envío a China (en ese momento descubrí que era una empresa china)”, recuerda.
Tras esta decepción, esta consumidora escribió una reclamación a través del formulario de contacto en la que hacía referencia a toda la normativa que Anna Barcelona estaba incumpliendo. “No tuvo ningún éxito”, lamenta.
Reclamación a PayPal
Tras esto, decidió reclamar a PayPal, ya que García había pagado con esta herramienta. “Al intervenir Paypal me devolvieron el dinero, al cabo de unos días, y me dijeron que me quedara con las prendas (que nunca he usado, porque la calidad es pésima). Supongo que la amenaza de perder la colaboración con Paypal es lo que les hizo reaccionar”, opina.
Ella consiguió recuperar su dinero, pero el peligro continúa. “He vuelto a ver un anuncio similar hace unos días, y lo guardé para advertir a través de Twitter/X que era una estafa”, explica.
Versiones internacionales
Pero el engaño no se circunscribe a Anna o Laura Barcelona. No son páginas aisladas que se hacen pasar por un honorable comercio barcelonés, sino que forman parte de un entramado que comprende, al menos, otras cinco páginas webs que simulan ser comercios locales europeos, pero cuya sede siempre es la misma, la hongkonesa Industex Limited.
Siempre es un nombre femenino junto a una referencia local: la alemana nicoleberlin.de, la francesa coletteparisboutique.com, la neerlandesa loisamsterdam.com, la polaca angelikabutik.com o la checa amaliepraha.com. Además, oliver-london.com y adora-boutique.com también podrían pertenecer al tinglado.
Un claro patrón
Así, existe un patrón muy claro: webs limpias y relativamente elaboradas, con la imagen de una chica joven en la portada y una fuente casi idéntica para los textos. Ropa variada, no tirada de precio, pero accesible. Podría tratarse, en definitiva, de un fraude mayúsculo con miles de afectados a nivel internacional.
Consumidor Global ha contactado con Anna Barcelona, pero la empresa no ha respondido a las cuestiones planteadas.
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