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Jamón ibérico y balas vibradoras: los otros juguetes que se meten en las cestas navideñas

Los productos de bienestar sexual, desde vibradores hasta braguitas de chocolate, se abren paso en los aguinaldos de las empresas a sus empleados

Teo Camino

Una de las cestas navideñas con juguetes eróticos / VIBRACIONS

Jamón ibérico de bellota, queso artesanal, foie o un selecto paté, vino tinto y vino blanco, champán si el año ha ido bien, turrones por doquier, unos bombones de caja roja, velas de masaje, prendas de ropa íntima comestibles y una bala vibradora. ¡Qué subidón!

“¿Qué os gustaría que llevase la cesta de Navidad de este año?”, pregunta una jefa a sus trabajadoras. “¡Vibradores!”, responden ellas al unísono. Cada vez más, “pequeñas empresas de sectores liberales optan por añadir juguetes sexuales o complementos eróticos a las cestas de Navidad”, expone a Consumidor Global el divulgador sexual y asesor de la cadena de tiendas eróticas Amantis, Oscar Ferrani.

La cesta más picante

Una empresa que sortea un lote de Navidad entre sus empleados “me ha pedido vibradores y ropa interior comestible --tanto de hombre como de mujer-- para incluirlo en la típica cesta”, apunta la terapeuta sexual y responsable de la tienda Vibracions, Montse Icerte, quien explica que la jefa de otra compañía preguntó a sus trabajadoras qué querían como aguinaldo, y en la mayoría de papelitos se podía leer “jamón y vibrador”.

En el sex shop Vibracions de Poblenou (Barcelona) también sortean entre sus clientes una cesta de lo más picante que contiene lubricante, esposas, succionador, vibrador con mando a distancia para parejas, platos eróticos, crema estimulante para genitales, un huevo masturbador, una anilla con vibración y una copa menstrual vaciable Eureka Cup.

Los productos estrella

A las tiendas de Amantis “suelen venir clientes que buscan un regalo para el amigo invisible de la oficina o gente de recursos humanos que se lleva muchos artículos repetidos para añadir un detalle picante en las cestas”, apunta Ferrani.

Perfume de feromonas, lencería sensual, dados eróticos, velas de masaje y vibradores líquidos en formato viaje son los productos estrella que se incluyen en los lotes navideños. “Todo depende de hasta donde se quiera llegar”, señala el experto.

Un vibrador doble flexible con mando a distancia para parejas / AMANTIS

El nuevo ‘team bulding’

Sobre todo, son artículos pequeños y a precios asequibles “que sorprendan y den tema de conversación en las cenas o reuniones”, apunta Icerte.

La semana pasada, explica Ferrani, “vino un grupo de teatro a comprar productos eróticos para añadir a la cesta y de paso se echaron unas risas”.

¿Revolución sexual o desconocimiento del cuerpo?

De este modo se fomenta “la normalización de las conversaciones en torno al placer”, destaca Adriana Di Ippolito, responsable de comunicación de Lelo en España --marca sueca de juguetes sexuales de lujo--, quien explica que hay infinidad de juguetes sexuales que se adaptan a las necesidades y preferencias de cada persona.

La sexóloga de la clínica Psicopartner, Alicia Ridao, coincide en que los juguetes sexuales ya no tienen ese estigma de que son para personas viciosas cuya única forma de experimentar placer sexual es a través de este tipo de artilugios, lo cual “es positivo”. En el otro lado de la moneda, “vienen muchas personas a terapia que han tenido orgasmos con un succionador o un vibrador, pero nunca sin ellos. Eso puede generar desconocimiento del propio cuerpo”, sentencia.