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Productos adelgazantes y quemagrasas: terreno abonado para el engaño
La legislación prohíbe publicidad de complementos milagro, pero es una práctica muy extendida en España
España tiene un problema con el exceso de grasa corporal. El porcentaje de la población española con sobrepeso u obesidad ha ido en aumento en las últimas décadas y, en estos momentos, se sitúa en torno al 25%. Todo apunta, además, a que estas cifras empeorarán tras los confinamientos y las restricciones de movilidad, hecho que repercutirá en la salud pública, pues estos incrementos se traducen en la aparición de diversas dolencias como enfermedades cardiovasculares y diabetes. Un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología pronosticaba en 2019 que el 80% de los hombres y el 55 % de las mujeres serían obesos en el país en 2030 si se sigue con la actual tendencia.
Enfrentarse al sobrepeso y la obesidad no resulta en absoluto sencillo, puesto que los entornos actuales de vida favorecen el aumento de kilos y luchar contra la báscula requiere de una gran fuerza de voluntad, esfuerzo constante, recursos y apoyo sanitario y social. Son muchas las personas que desean adelgazar y, con frecuencia, recurren a dietas milagro o a productos quemagrasas que prometen resultados rápidos, más o menos espectaculares y sin sacrificios. La desesperación que empuja a probar las más variopintas soluciones al exceso de peso, unida a la pasividad generalizada de las autoridades con los productos supuestamente adelgazantes, crea un terreno abonado para el engaño de los consumidores.
La legislación sobre productos adelgazantes
Existen dos reglamentos que regulan este asunto. Por un lado, el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria. En su artículo 4 se prohíbe expresamente cualquier propaganda (salvo medicamentos y productos sanitarios con efectos demostrados) "que sugiera propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad".
Por otro lado, el Reglamento (CE) 1924/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos sí permite palabras relativas "al adelgazamiento, al control de peso, a una disminución de la sensación de hambre, a un aumento de la sensación de saciedad, o a la reducción del aporte energético de la dieta". Eso sí, estos mensajes deben estar respaldados por datos científicos generalmente aceptados y ser inteligibles para el consumidor medio.
Listado europeo
En la Unión Europea, la institución encargada de revisar la evidencia científica tras los mensajes sobre las propiedades de alimentos y complementos dietéticos es la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Esta institución mantiene una lista actualizada sobre las declaraciones de cualidades saludables autorizadas.
En resumen, según la ley, en España ningún producto debería publicitarse ni dar a entender que tiene efectos adelgazantes o utilidad en el control del peso si no está avalado por las evidencias científicas y revisado por las autoridades competentes. En el caso de los alimentos y complementos dietéticos, sería la EFSA la autoridad responsable y, en el caso de los medicamentos y productos sanitarios, la Agencia Española del Medicamento (Aemps).
Impunidad sistemática de falsos productos quemagrasas y adelgazantes
Aunque la ley es clara, la realidad es que se vulnera de forma sistemática. Herbolarios, parafarmacias y farmacias muestran con frecuencia en sus escaparates productos adelgazantes y quemagrasas que incumplen la normativa vigente, ya que carecen de evidencias científicas. Este fenómeno es aún más extremo en las boticas online: si bien en el etiquetado de los artículos no se muestran las propiedades adelgazantes o quemagrasas, a menudo las descripciones que añaden estos establecimientos vulneran la ley.
En una rápida búsqueda por internet se pueden leer mensajes en webs de farmacias y parafarmacias como "Quemador de grasas extra con una fórmula muy completa que te ayudará a conseguir resultados en un mes" o "Un plan para 10 días, para eliminar las toxinas del organismo y quemar las grasas".
Denuncias de los consumidores
Las organizaciones de consumidores denuncian periódicamente múltiples productos que se encuentran en el mercado y que vulneran la legislación al dar a entender o afirmar directamente que contienen propiedades específicas adelgazantes.
También Consumo revisa cada cierto tiempo el etiquetado de los productos y los retira cuando detecta incumplimientos. En ese sentido, a principios de junio, el ministerio observó infracciones en 96 complementos nutricionales para deportistas, entre los que se encontraban mensajes como "quemagrasas", "promueve la mejora del metabolismo" y "contribuye a la pérdida de peso". Sin embargo, estas iniciativas puntuales no solucionan un problema crónico.
Los productos que sí han demostrado su eficacia
A modo de conclusión, no existe ningún producto milagroso que convierta la tarea de perder peso en un proceso sencillo y sin esfuerzo. Al contrario, aquellos que sí han demostrado efectividad en la lucha contra la báscula solo sirven si se acompañan de ejercicio físico frecuente y un buen plan de alimentación (idealmente asesorado por nutricionistas y médicos). En otras palabras, favorecen el adelgazamiento, pero no son una solución por sí mismos para la obesidad y el sobrepeso.
Estos son los productos que, por ahora, sí han demostrado más o menos eficacia para ayudar en el proceso de perder grasa corporal:
Complementos dietéticos
Productos sustitutivos de comidas para el control del peso. Favorecen la pérdida de kilos, al limitar la ingesta de calorías en la dieta. Pueden incluir en su etiquetado mensajes como "La sustitución de una comida al día por un sustitutivo de la comida en una dieta baja en calorías contribuye a mantener el peso después de haber adelgazado" y "La sustitución de dos comidas al día por sustitutivos de la comida en una dieta baja en calorías ayuda a adelgazar".
Complementos que contienen un gramo de glucomanano de Konjac por porción cuantificada. Estos productos favorecen la pérdida gracias a los diversos efectos del glucomanano, una fibra soluble que induce sensación de saciedad e interfiere en el transporte del colesterol. Está autorizado que en su etiquetado afirme que "El glucomanano ayuda a adelgazar cuando se sigue una dieta baja en calorías".
Por ahora, otras muchas moléculas a las que se les suele atribuir un efecto adelgazante en el mercado (carnitina, cafeína, té verde, ácido linoleico conjugado, capsaicina, guaraná, ácido alfa-lipoico...) no cuentan con suficientes evidencias científicas como para afirmar que tengan efectos beneficiosos para perder peso y, por tanto, no se autorizan mensajes de este tipo en el etiquetado de productos que los contengan.
Medicamentos
Existen en el mercado español varios medicamentos con eficacia para ayudar en el control de peso gracias a mecanismos de acción diferentes, siempre que se combinen junto con la práctica frecuente de ejercicio físico y el mantenimiento de una dieta saludable, pues jamás son sustitutos de estas medidas.
Estos fármacos tan solo incrementan un poco más la pérdida de peso cuando forman parte de una rutina saludable y ayudan a hacerla más llevadera. Todos ellos, menos uno, requieren prescripción médica pues presentan efectos adversos y contraindicaciones que hay que tener en cuenta, por lo que es el médico el que tiene que valorar si tiene sentido su utilización, que se limitará principalmente a casos de obesidad. La excepción: el orlistat en dosis bajas (60 miligramos). Se vende sin necesidad de receta médica y es un potente inhibidor de las enzimas que digieren las grasas en el tubo digestivo, por lo que altera la absorción de lípidos, que se eliminan por las heces.
Por otro lado, los medicamentos con eficacia que sí necesitan receta son el orlistat en dosis superiores a 60 miligramos, el bupropión y la naltrexona combinados (nombre comercial Mysimba) y la liraglutida (de nombre Saxenda). Mysimba ayuda en la pérdida de peso al reducir el apetito, lo que lleva a una disminución de la comida ingerida. Además, el efecto placentero que se asocia al consumo de alimentos se atenúa. En cuanto a Saxenda, su mecanismo de acción no es bien conocido, pero parece ser que actúa al aumentar la sensación de plenitud y reducir la sensación de hambre.
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