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Wine Gogh: ¿Pintar un cuadro con unas copas de más? Así es la experiencia que marida vino y pintura

Esta iniciativa busca “invocar el lado más artístico” con barra libre de alcohol durante dos horas y media por 39 euros

Una chica con una copa de vino durante una clase de pintura / WINE GOGH
Una chica con una copa de vino durante una clase de pintura / WINE GOGH

“La gente no viene aquí a emborracharse, sino a sacar el artista que lleva dentro”. Roger S. es el coordinador de Wine Gogh, una iniciativa afincada en Barcelona y Madrid y que pronto estará en Valencia que ofrece clases de pintura con vino ilimitado y música. “Son clases en las que puedes aprender trucos para pintar, pero están dirigidas a gente que nunca ha cogido un pincel y un lienzo”, añade.

La iniciativa surgió a través de las propuestas de varios artistas de Barcelona que decidieron aunar la pintura y el arte con la enología, “una tendencia muy conocida en Estados Unidos”. “Nuestros profesores se dedican a la pintura, son licenciados en Bellas Artes y tienen sus propias obras a la venta en galerías”, apunta el coordinador.

Descubrir el artista que llevas dentro

Las clases se hacen en grupo y en cada sesión se propone una obra distinta de la historia del arte, por ejemplo, La noche estrellada del propio Van Gogh. “Los profesores van dando instrucciones y pautas para ir paso a paso. Cada asistente pinta su propio cuadro para llevárselo a casa después”, explica el coordinador del proyecto.

La “gracia” y reclamo de esta original clase de pintura es que durante la sesión se van sirviendo copas de vino. Hay para elegir entre Rueda Verdejo y Rioja Tempranillo, además de agua ilimitada si no se consume alcohol. “Como hemos tenido problemas con gente a la que no le gusta el vino, dejamos que cada uno traiga la bebida que quiera y la pueda dejar en la nevera”, añade el coordinador de Wine Gogh.

Vino ilimitado

Roger S. asegura que todo el mundo sale “orgulloso” con su cuadro, a pesar de las críticas que dicen recibir desde fuera sobre la propuesta de aunar arte con vino ilimitado. “Los que se meten con nosotros dicen que la gente viene aquí a emborracharse y a pintar cuadros que son una basura, pero no es cierto”, defiende el empresario.

 

“El vino ilimitado es sólo un reclamo. Yo creo que ayuda a sacar el artista que llevas dentro y es una opción para desinhibirse”, señala. Por otro lado, desde el proyecto destacan Wine Gogh Neón, su “evento estrella”. Este se desarrolla en una sala con luces negras de neón y con pinturas que brillan en la oscuridad. “Es una sensación mágica, como si pintaras con luz”, añade Roger S.

Cumpleaños y despedidas de soltera

Bajo el eslogan “Dile a tu ex que ya no pinta nada. Ahora pintas tú”, Wine Gogh se ofrece como el plan ideal de ocio para fiestas sorpresa, cumpleaños, despedidas de soltera o soltero o eventos de team building. “El público más habitual son mujeres de entre 25 y 45 años. Además, los que vienen arrastrados por otros se quedan sorprendidos con la experiencia porque no se imaginaban que podían pintar bien”, señala el coordinador. La duración de las sesiones es de 2 horas y media y el precio por clase con vino ilimitado asciende a 39 euros.

Un hombre y una mujer pintan un cuadro durante una sesión de Neón / WINE GOGH
Un hombre y una mujer pintan un cuadro durante una sesión de Neón / WINE GOGH

Las opiniones sobre la experiencia de Wine Gogh son muy variadas. Mirielle Prado cree que es un plan caro en el que “no hay opciones de bebida ". Una de mis amigas tuvo que pedir varias veces a la persona que nos atendió una segunda copa de vino y ni se la trajeron”, critica. Además, afea la “presión” de los profesores para pintar el cuadro. “No paraban de repetirnos que teníamos que terminar en 2 horas y se supone que vas a desestresarte, tampoco nos dieron ni una bolsa para el cuadro. Creo que para los 40 euros que cobran podrían mejorar varias cosas”, opina.

Sin opción para los abstemios

Para Marie G. la experiencia fue una “decepción total” porque no tenían vino dulce ni refrescos. “Nos hicieron ir a por dos refrescos a una tienda de al lado. Luego, cuando nos pusimos a pintar, los productos eran de malísima calidad y por tanto no cubría bien el lienzo”. Esta usuaria concluye que “por lo que cobran podrían tener más variedad de vino, incluido mosto, ya que no todo el mundo bebe alcohol”, señala.

Finalmente, otros usuarios como Catalina Celsi califican la experiencia de “increíble, entretenida y original”, aunque cree que hay muy poco espacio en la sala para tanta gente. "La temática es fabulosa , pintas un cuadro mientras te bebes un par de vinitos .El sitio está guay , es muy divertido poder ir en pareja o con amigos", escribe Mary Casas en el apartado de reseñas de Google. 

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