Así son las prácticas de “mafiosos” de ISFG para reclamar deudas que no siempre están demostradas
Esta empresa de recobros saca pecho de su “tesón y perseverancia”, pero son centenares los afectados que denuncian métodos cuestionables y que están en la línea de lo permitido por el RGPD

“Queremos hacer mejores a nuestros clientes, acercándoles a su público objetivo, logrando experiencias de cliente positivas que generen valor para ellos y para todos sus grupos de interés”, proclama ISFG en su página web. Esta entidad se dedica a la gestión de la deuda de otras empresas, como Iberdrola, Endesa, El Corte Inglés o Santander, y lo hace con métodos que, en ocasiones, generan experiencias que son de todo menos positivas.
La gestión de deudas es, naturalmente, una labor delicada. “Nos caracterizamos por nuestra vocación de servicio que nos lleva a perseguir los objetivos acordados con nuestros clientes con tesón y perseverancia, cumpliendo lo prometido”, indica también la entidad. En este caso, la elección del verbo perseguir parece adecuada: son muchos los afectados que denuncian haber recibido insistentes llamadas, en la línea del acorralamiento, por presuntas deudas que no estaban del todo demostradas.
Deuda con Vodafone
R. Naharro explica a este medio que Vodafone argüía que él mantenía una deuda con la empresa: a finales de 2023, se dio de alta en una serie de servicios y le colaron otros. “Me dieron de alta en líneas extra que yo no había pedido, y me encontré de repente una factura de unos 300 euros mensuales, cuando solía pagar 70 u 80”, expone. No es, por desgracia, algo del todo infrecuente: Consumidor Global ha demostrado cómo la empresa de telecomunicaciones ha ocasionado problemas a clientes por motivos parecidos.

Naharro pidió explicaciones a Vodafone, a lo que la empresa respondió que él había contratado esos servicios de forma voluntaria. “Redacté un escrito larguísimo explicando qué servicios me habían metido sin que yo lo pidiera, y solicité que me enviaran las grabaciones en las que quedara demostrado que yo había contratado tal o cual cosa”, recuerda. No surtió efecto. Vodafone seguía exigiendo el dinero… así que cortó por lo sano: se dio de baja de Vodafone y les dejó claro que no iba a pagar.
“Me avasallaban”
Es entonces cuando entró en escena ISFG. “Me empezaron a llamar y a llamar reclamando esa deuda, a lo que yo respondía que no estaba demostrada”, afirma. “En teoría son un bufete, así que deberían ayudarte a resolver el conflicto, pero en lugar de eso me avasallaban”, asegura este consumidor, que envió a la entidad otro escrito en el que explicaba, “céntimo a céntimo”, qué había estipulado contratar y qué no.
En cierto momento, Naharro contestó a ISFG que estaba dispuesto a pagar 100 euros de la presunta deuda de 300 que mantenía con Vodafone. Entendía que esa parte sí podía ser atribuible a él, puesto que, antes de darse de baja, el último mes había disfrutado de una serie de servicios normales, como la fibra, que sí había consumido. ISGF aceptó, con lo que parecía que el problema se había zanjado… pero después volvió a las andadas y siguió reclamando el dinero.

Amenaza de ir a juicio
“Entonces me amenazaron con ir a juicio, y yo contesté que estaba deseándolo: así comprobarían que no existían pruebas que demostrasen que yo contraje esa deuda”, dice Naharro. Tras esto, no volvieron a llamarle.
La presión no quebró la confianza de este consumidor, pero es fácil imaginar que muchos otros, temerosos, sí habrán pasado por el aro. De hecho, en Google hay más de 1.000 reseñas sobre ISFG, algunas de ellas muy negativas. “Me está acosando esta empresa, recibo llamadas continuamente, usando distintos números de teléfono. No contentos con esto, se han hecho con el número de mi hija y ahora la acosan a ella. Puestos en contacto telefónico con ISGF asesoría jurídica, para informar que se han tomado medidas legales, han pasado a las amenazas verbales. Son cobradores de deudas de telefonía móvil que no sustentan en documento alguno”, describe una afectada.
Fichero ASNEF
“Te llaman preguntando por otra persona, ya que consiguen tu número de rebote”, denuncia otra. “Llaman diciendo que se debe un importe de una compañía de teléfono, insultando y faltando al respeto, sin dar ninguna información sobre la deuda y amenazándote de que te van a meter en el ASNEF si no aceptas su quita. Llamo a la compañía de teléfono y me informan de que no tengo absolutamente ninguna deuda con ellos, que está todo bien”, clama un tercero.

Se trata de prácticas de dudosa legalidad: en la web de la Oficina de Atención al Consumidor de la Comunidad de Madrid se explica que puntualmente llegan a la entidad “consultas acerca del funcionamiento y la cuestionada legalidad de las prácticas que estas empresas utilizan para cobrar las deudas”. Además, indican que las empresas de recobros solo podrán exigir el pago de estos importes cuando esté cristalino “que la deuda sea cierta, vencida y exigible, y que haya resultado impagada”.
Protección de datos
Si el consumidor no reconoce la deuda y tiene abierto un litigio en arbitraje de consumo, en tribunales de justicia o una reclamación en la Agencia de Protección de Datos, no se puede hablar de deuda “cierta”, y, por tanto, no se le puede incluir en el tratamiento de morosidad hasta que se resuelva el conflicto.
Así, hay incluso quienes definen en las reseñas de Google a ISFG como “unos mafiosos” (así les describió en este sitio web M.M. o L.H.) que “no paran de llamarme, colgarme e incluso insultarme, o mandarme un SMS instando a pagar inmediatamente”.

“Tienen mis datos, no sé de dónde los han sacado”
“Me llaman por una supuesta deuda de Orange sobre un teléfono de prepago de otra compañía. Groseros y maleducados. Imposible tener esa deuda. Tienen mis datos, no sé de dónde los han sacado. Asustaviejas. Si tienen razón, a juicio. Nunca lo harán. Bloquear y marcar como spam”, recomienda otro afectado en el foro de valoraciones Trustpilot.
“Es lo peor de peor, con amenazas, chulería, soberbia, falta de empatía y quisiera poner todo lo que opino lo que no me da para todo. Exigen de una manera que se convierte en coacción, cuando eso está totalmente prohibido, pero ellos siguen, les da igual. Me están reclamando una deuda que no existe y ellos siguen”, apunta otra en este sitio.
Consumidor Global, que en el pasado se ha hecho eco de las prácticas de entidades similares, como Lexer o Team 4 Collection, ha contactado con ISFG para preguntar si consideran que su modus operandi es ético y cómo obtienen los teléfonos de personas que no reconocen las deudas, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.