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El precio del crudo, clave para elegir el mejor momento para comprar un billete de avión

Antonio Aceituno, experto en mercados energéticos, traza un mapa racional para ahorrar a la hora de volar, más allá de los tópicos y viejos trucos

Ana Carrasco González

Pasajeros con su billete de avión consultan la información de su vuelo / María José López - EP

A mediados de abril de este año, los futuros del crudo Brent –referencia en Europa para el precio del petróleo– cayeron a mínimos de los últimos cuatro años. Para la mayoría, fue un apunte técnico sin aparente trascendencia. Para Antonio Aceituno, experto en mercados energéticos, fue una señal nítida. Había llegado el mejor momento del año para comprar un billete de avión.

El combustible utilizado en aviación, más conocido como queroseno, representa un coste crítico en la ecuación económica del transporte aéreo. Según Aceituno, no es exagerado afirmar que “el crudo es el termómetro del mundo”. En un entorno donde la demanda global, las guerras comerciales y las divisas se entrelazan como piezas de ajedrez geopolítico, entender el precio de volar exige mirar más allá de las ofertas de última hora o las leyendas sobre comprar los martes por la noche.

Entre aviones y barriles

“El queroseno no es más que un derivado del petróleo. Se obtiene calentando el crudo en una refinería hasta separar sus componentes por temperatura. Cuando el petróleo baja, el queroseno baja”, explica Aceituno. La volatilidad de los mercados energéticos tiene consecuencias directas para el viajero. Las aerolíneas no compran el combustible cada vez que llenan los depósitos, sino que lo cubren financieramente mediante contratos a futuro. “Cubrir” significa fijar un precio por adelantado, con el objetivo de protegerse de subidas imprevistas.

La Bolsa española sube el 0,33 % tras la apertura del 5 de mayo, en una jornada en la que el precio del crudo Brent se hunde más del 2% / Vega Alonso - EFE

Ese blindaje, conocido como hedging, se aplica parcialmente. “Normalmente, las aerolíneas cubren solo una parte del combustible. El resto queda ‘abierto al mercado’. Si el petróleo sube y no lo has cubierto, el billete sube. Y eso tarda unas dos o tres semanas en notarse en el precio final para el consumidor”, explica el analista.

El momento perfecto

Lejos de los tópicos sobre los días ideales para comprar, Aceituno traza un mapa racional del ahorro. El primer hito es observar la curva de los futuros del crudo. “Cuando los futuros del Brent están bajos, las aerolíneas aprovechan para cubrir el precio del queroseno. Ese es el momento de comprar”, señala.

Este abril, por ejemplo, ocurrió una coincidencia excepcional. A raíz de una nueva escalada de aranceles entre Estados Unidos y China, los mercados reaccionaron con una caída abrupta del Brent, hasta mínimos no vistos desde 2021. Al mismo tiempo, aún estaba lejos del inicio de la driving season, la temporada de mayor consumo de combustible en Estados Unidos, que arranca el último fin de semana de mayo. Fue la ventana perfecta para comprar: crudo barato y baja demanda estructural.

Un 40% de cada billete

La estructura del precio del combustible –que a su vez influye en el billete– se divide de la siguiente manera: un 40% el precio del crudo, un 40% en impuestos y un 20% el margen del refinado y transporte. “No es que el billete dependa en un 40% del petróleo, sino que el precio del combustible sí lo hace. Y ese combustible puede suponer entre un 20% y un 30% del coste de operar un vuelo. Ese es el verdadero impacto”, matiza Aceituno.

Las aerolíneas, por su parte, juegan con capas de precios. “Primero venden los billetes más baratos para cubrir el coste mínimo del vuelo. Luego, a medida que se acercan al despegue, los precios suben buscando rentabilidad”, aclara el experto.

El euro, un factor apenas considerado

Un factor apenas considerado por el consumidor medio es el tipo de cambio. A finales de abril de 2025, el euro alcanzó su valor más alto frente al dólar en cuatro años. Por cada euro se obtenían 1,1357 dólares, frente a los 1,0198 de enero. “Eso supone que puedes comprar un 11,5% más con los mismos euros. Para quien viaje a Estados Unidos, eso es una ganancia invisible, pero muy real”, advierte.

Esta apreciación no afecta directamente al precio del billete vendido en euros en Europa, pero sí a los costes operativos en dólares (como el combustible) y al poder adquisitivo una vez en destino. Las aerolíneas, sensibles a estos márgenes, también ajustan su política de precios en función de estas oscilaciones.

La estrategia de las aerolíneas

Más allá del crudo, las tarifas aéreas están determinadas por sofisticados sistemas de precios dinámicos. Aunque Aceituno, centrado en los mercados energéticos, no entra en detalles sobre estos algoritmos, sí confirma lo que ya se sospechaba. Los precios cambian en función del tráfico en las webs. 

Varios trabajadores de handling de Iberia / Eduardo Parra - EP

“Hoteles y aerolíneas usan robots que detectan la afluencia y ajustan los precios automáticamente. Es un mercado vivo, en tiempo real”, comenta el analista.

El consejo de un experto

Para los viajes de verano, Aceituno recomienda evitar las compras de última hora. “Lo ideal es comprar entre febrero y marzo, antes de la driving season, y sobre todo cuando los futuros del Brent están en un valle. Si hay un shock geopolítico que hace caer el crudo, ese es el momento”, subraya.

Su recomendación para este 2025 hubiera sido comprar justo después del 2 de abril, cuando los aranceles se impusieron y los futuros cayeron bruscamente. “Ahí lo habría comprado yo”, confiesa. E insiste: “Cuando el crudo baja, es que algo está pasando en la economía. Es el primer indicador. Y también una oportunidad”.