Harley-Davidson retira más de 82.000 motos por riesgo de accidente: los modelos afectados
La crisis coincide con la búsqueda de un nuevo CEO y el escándalo por el cierre del histórico concesionario de Barcelona

La icónica firma estadounidense Harley-Davidson atraviesa una de sus etapas más convulsas en años.
A la reciente salida de su consejero delegado, Jochen Zeitz, se suma ahora una retirada masiva del mercado: más de 82.000 motocicletas deberán pasar por revisión debido a un fallo mecánico que podría causar accidentes, según han comunicado la marca y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA).
Una pieza que puede fallar bajo condiciones normales
La alerta, que se ha hecho oficial este mes de junio, afecta a los modelos Softail fabricados entre 2018 y 2024, en los que se ha detectado una posible fractura de la lengüeta del ajustador de precarga del amortiguador trasero. El fallo puede provocar que dicha pieza entre en contacto con la llanta trasera, dañando el neumático y causando una pérdida repentina de presión de aire. En otras palabras: un riesgo real de accidente.

Harley-Davidson estima que el número de unidades afectadas es de 82.117 en todo el mundo, aunque afirma que la tasa de fallos es del 0,1%. Aun así, ha iniciado una retirada preventiva y ha ofrecido el reemplazo gratuito de la pieza defectuosa en todos sus concesionarios oficiales.
Modelos afectados
Los modelos de motocicleta afectados son:
- FLHCS (2018–2024)
- FXRST (2022)
- FLDE (2018–2019)
- FXLRST (2022–2024)
- FXLRS (2020–2024)
- FLHCS ANV (2018–2023)
- FLHC (2018–2021)
Según Harley-Davidson, los conductores pueden detectar síntomas del fallo si notan ruidos inusuales bajo el asiento, desgaste anómalo del neumático trasero, maniobrabilidad comprometida o un ajustador visiblemente suelto.
Un contexto desfavorable: el caso Barcelona
Esta noticia no llega en un vacío. Hace apenas unas semanas, Consumidor Global informaba del cierre definitivo del emblemático concesionario Harley-Davidson de Barcelona, el primero que la marca inauguró en España. El local, situado en la calle Calvet, fue clausurado tras una tormenta de impagos, presuntas estafas y causas penales que han salpicado su imagen y dejado a decenas de clientes desamparados.
La empresa gestora, 24 Horas Barcelona S.L., está en concurso de acreedores y bajo investigación judicial. La caída fue tan abrupta como ruidosa: sin previo aviso, con motos desaparecidas y una investigación de los Mossos d’Esquadra que culminó en un registro policial y la incautación de once vehículos.
Tres causas judiciales
A día de hoy, se acumulan tres causas judiciales contra los responsables del concesionario, en las que se investiga desde fraude hasta estafa agravada.
La postura de la matriz Harley-Davidson ante este escándalo ha sido distante y evasiva. En un escueto comunicado, la compañía aseguró que el concesionario de Barcelona era una entidad independiente y que su implicación se limitaba a estándares de imagen. Una reacción que ha dejado mal sabor de boca en muchos consumidores, especialmente teniendo en cuenta que el local de Calvet fue durante años la cara visible de la marca en España.
Reparaciones y confianza
Frente a este clima de desconfianza, Harley-Davidson intenta recuperar credibilidad con una respuesta técnica clara y eficaz al defecto detectado. Ha garantizado que todos los propietarios de los modelos afectados pueden acudir a su red de concesionarios oficiales para la sustitución gratuita del soporte.

Sin embargo, tras el colapso del concesionario de Barcelona, no todos los usuarios en España tienen claro a dónde dirigirse. Aunque sigue operando en la ciudad el Espai Harley-Davidson BCN, en la calle Joan Güell –sin relación con los gestores de Calvet y bajo una gestión sólida y sin polémicas–, el golpe de imagen ya está hecho.
El rugido entre el humo
La retirada de más de 82.000 motocicletas, sumada a la búsqueda de un nuevo CEO y al escándalo comercial en una de sus plazas históricas, dibuja un momento delicado para Harley-Davidson. Un gigante que, pese a su herencia centenaria y su aura legendaria, no es inmune a los errores técnicos ni a las sombras en su red de distribución.
Los amantes del cuero, el cromado y el V-Twin miran ahora con cierta desconfianza al rugido de sus máquinas. Y mientras tanto, en la calle Calvet de Barcelona, solo queda el eco de un concesionario que ya no existe y de una promesa rota.