Cómo leer las nuevas etiquetas de eficiencia energética para móviles y tablets

Los dispositivos deberán indicar su grado de reparabilidad y los fabricantes están obligados a ofrecer recambios

Una consumidora que conoce la forma de ahorrar batería en su móvil cuando viaja/ FREEPIK - wirestock
Una consumidora que conoce la forma de ahorrar batería en su móvil cuando viaja/ FREEPIK - wirestock

Bruselas quiere que los teléfonos móviles y las tablets de los europeos duren más, limitar su impacto ambiental y que los consumidores tengan más información sobre el diseño de los mismos. Por ello, desde el 20 de junio están vigentes unas regulaciones que incluyen la implementación de una etiqueta energética para estos dispositivos, que se inspira en las etiquetas ya conocidas para frigoríficos o lavadoras.

Entre otros aspectos, este nuevo etiquetado deberá incluir aspectos del funcionamiento de los dispositivos tales como la duración de la batería, la resistencia a caídas, el grado de reparabilidad o la resistencia a la penetración de partículas y humedad.

Clasificación de la A a la G

Lo más importante es que los dispositivos se clasifican de la A (menor consumo) a la G (mayor consumo). Hay que tener en cuenta que antes era común ver etiquetas con clasificaciones como A+, A++ o incluso A+++, pero este sistema era un poco confuso para los consumidores.

etiquetaenergetica moviles
etiquetaenergetica moviles

Además, la etiqueta debe incluir de forma clara la marca, el modelo y un enlace QR a la página del fabricante con información del producto en el Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL por sus siglas en inglés). También se especificarán cuestiones como la batería (cuántas horas y minutos funciona el dispositivo en condiciones estándar de uso) o la resistencia a caídas (los smartphones deben soportar un mínimo de 45 caídas sin funda protectora: los más resistentes se clasificarán con una A y los menos con una E).

Índice de reparabilidad

Uno de los aspectos más novedosos es el índice de reparabilidad, que mide la facilidad para desmontar el dispositivo, sustituir piezas y acceder a información técnica necesaria para reparaciones. Asimismo, los fabricantes deberán garantizar la disponibilidad de piezas de repuesto esenciales como baterías, cámaras o pantallas durante siete años tras la comercialización del producto.

Estas medidas pretenden combatir la obsolescencia programada y reducir el consumismo: históricamente, muchos dispositivos electrónicos han sido diseñados de tal manera que su vida útil se acorta artificialmente (por falta de piezas, software obsoleto, etc.). Con estas normativas, la UE busca romper ese ciclo forzando a los fabricantes a crear productos más duraderos y reparables.

Una persona repara un teléfono
Una persona repara un teléfono

Venta de los dispositivos

Por otra parte, tal y como explican desde el portal de consumo de la Comunidad de Madrid, el vendedor de un teléfono móvil inteligente o una tablet “deberá tener expuesta la etiqueta energética en el punto de venta, cerca del producto o colocada de manera claramente visible y asociada inequívocamente al modelo específico”.

Asimismo, en la venta online, los comercializadores deben ofrecer también acceso a la etiqueta energética y la ficha de información del producto. Por todo ello, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), con esta regulación, “Europa empieza a cerrar la brecha entre durabilidad teórica y durabilidad real, algo que las organizaciones de consumidores como OCU llevamos años reclamando”.