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Fiebre por los pistachos: por qué es mejor huir de los productos elaborados con este fruto seco

La demanda del pistacho va en aumento y las marcas aprovechan este auge para lanzar subproductos que acaban convirtiéndose en un mejunje de azúcares que el consumidor paga a precio de oro

Ana Siles

Diferentes tipos de pistachos, el fruto seco de moda / FREEPIK

Algunos los aman y otros lo odian pero lo que está claro es que los pistachos son el fruto seco de moda. Pese a ser más caros que el resto de sus competidores, la demanda de postres, salsas o cremas elaboradas con pistachos no deja de aumentar. 

Una fiebre que se expande desde la bollería industrial, como ese famoso chocolate premium de Dubái, a la alta gastronomía. Su sabor y propiedades nutricionales han conquistado los paladares de los nutricionistas y, también, de los que no lo son. Pero eso sí, no todos los productos derivados de los pistachos son saludables. Tampoco lo es el propio fruto si no sabemos cómo incorporarlo a nuestra dieta. 

Subproductos de los pistachos

Un vistazo por las tiendas online es suficiente para comprobar que existen todo tipo de productos con pistachos. Los croissants, tabletas de chocolate, helados, embutidos o cremas son los más representativos. Sin embargo, la realidad es que en muchos de ellos el ingrediente principal no es el pistacho. 

Varias decenas de pistachos / FREEPIK

Cristina Morillo, nutricionista de Blua de Sanitas, explica a Consumidor Global que muchas de estas cremas incluyen aceites refinados, azúcares añadidos o conservantes, lo cual altera su perfil nutricional e incrementa su contenido calórico sin aportar los mismos beneficios que el fruto seco entero.

"Un producto gourmet"

Luis Cañada, CEO de FitStore, afirma a este medio que el pistacho se considera "un producto gourmet". Esto no quiere decir que sea más sano que el resto. "Una de las cremas más vendidas en Amazon es más azúcar que pistacho", apunta el experto en marketing de alimentos. 

Crema de pistacho EATALIAN / AMAZON

En concreto se refiere a la crema de la marca Eatalian, la cual solo contiene un 26% de pistachos. "Contiene un 44% de azúcar, que equivale a más de seis cucharadas por cada 100 gramos", matiza. Y, lo peor, es su precio. Un tarro de 200 gramos cuesta 9,99 euros (49,95 euros el kilo). 

No todo el mundo lo necesita 

Las grasas saludables, antioxidantes, proteínas vegetales o la fibra son algunos de los beneficios para la salud que han animado a los consumidores a integrar los pistachos en su dieta. David Duarte, terapeuta nutricional, explica a Consumidor Global que se trata de un alimento muy bueno pero hay que saber cómo incorporarlo para obtener esos beneficios.

"Si yo como un alimento muy bueno, como es el pistacho, pero he ingerido 150 gramos de carbohidratos previamente, no le voy a sacar ningún beneficio", recalca. Y añade: "Entre 50 y 80 gramos está bien. La idea es que no compita con los carbohidratos. El pistacho puede hacer bien a toda la población pero no todo el mundo lo necesita". 

Azúcar a precio de pistacho

La demanda del pistacho está creciendo. Prueba de ello es la gran variedad de pistachos enteros que venden los supermercados así como sus derivados. Cañada advierte de que son "el doble de caro que las avellanas o las almendras". El precio del kilo para el consumidor final ronda entre los 25 y 30 euros cuando se trata del fruto seco entero. 

Diferentes chocolates Dubai / DUBAI CHOCOLATES

En subproductos como el chocolate Dubái, los precios se disparan aún más. "Es un producto petado de azúcar y las tabletas valen entre 20 y 30 euros, lo que significa que el kilo cuesta alrededor de 300 euros", añade el experto. 

Alternativas saludables

La mejor forma de consumir los pistachos es el fruto seco entero. Así lo recalca Morillo. Pese a todas los menjunjes de azúcares que venden los supermercados, sí hay subproductos de pistachos que son saludables. 

La nutricionista pone el foco en las opciones "100% pistacho y sin aditivos" para mantener el valor nutricional en gran medida. La clave es leer la etiqueta de los productos. Pero, igualmente, siguen siendo productos para los que el consumidor debe rascarse un poco más los bolsillos.