Del Monte Foods, icono de los alimentos enlatados, se declara en bancarrota

La empresa estadounidense se acoge al Capítulo 11 tras acumular más de 1.230 millones de dólares en deuda y enfrentar un cambio drástico en los hábitos de consumo

Alimentos enlatados de Del Monte Foods / DEL MONTE FOODS
Alimentos enlatados de Del Monte Foods / DEL MONTE FOODS

La empresa Del Monte Foods, símbolo de la industria de los alimentos enlatados, se declaró en bancarrota, acogiéndose voluntariamente al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, que permite a compañías en crisis financiera reorganizarse bajo supervisión judicial.

Con casi 140 años de trayectoria, Del Monte Foods anunció que las crecientes dificultades económicas, el aumento de su deuda y los cambios en los hábitos de consumo fueron factores determinantes para tomar esta drástica decisión. Según documentos presentados ante un tribunal federal, la compañía californiana acumulaba una deuda a largo plazo superior a los 1.230 millones de dólares.

Una mala gestión tras la pandemia

La empresa, que en su apogeo logró posicionarse como un referente en frutas, verduras y caldos enlatados, explicó que parte de su deterioro financiero proviene de una mala gestión posterior al auge de ventas registrado durante la pandemia de Covid-19. La inesperada caída de la demanda tras el fin de las restricciones sanitarias dejó a la firma con un excedente masivo de inventario, que no supo drenar a tiempo.

Una lata de alimentos de Del Monte Foods   DEL MONTE FOODS
Una lata de alimentos de Del Monte Foods / DEL MONTE FOODS

A esta situación se sumó un contexto económico desfavorable, marcado por el incremento sostenido de los tipos de interés, que presionó aún más el flujo de caja de la empresa. Del Monte Foods vio cómo sus gastos financieros prácticamente se duplicaron en cinco años, pasando de 66 millones de dólares en 2020 a 125 millones en 2025.

Habla el director ejecutivo de Del Monte Foods

Greg Longstreet, director ejecutivo de la compañía, manifestó en un comunicado oficial que se ha alcanzado un acuerdo con los acreedores para iniciar un proceso de venta de activos, que podría incluir la totalidad de los bienes de la empresa.

“Tras una evaluación exhaustiva de todas las opciones disponibles, determinamos que un proceso de venta supervisado por un tribunal es la manera más eficaz de acelerar nuestra recuperación y crear un Del Monte Foods más sólido”, ha explicado el directivo. 

Respaldo financiero para mantener operaciones

Actualmente, Del Monte Foods emplea a más de 2.700 personas y mantiene operaciones significativas en Estados Unidos y otros mercados internacionales. Pese al complejo escenario, Longstreet aseguró que la empresa mantiene su compromiso con los consumidores: “Si bien hemos enfrentado desafíos intensificados por un entorno macroeconómico dinámico, Del Monte Foods ha alimentado a familias durante casi 140 años y seguimos comprometidos con nuestra misión de ampliar el acceso a alimentos nutritivos y de gran sabor para todos”, señaló.

La compañía también comunicó que ha asegurado más de 910 millones de dólares en financiación bajo la modalidad de “deudor en posesión” (DIP, por sus siglas en inglés), un tipo de préstamo especial otorgado a empresas en bancarrota, que garantiza liquidez inmediata para continuar operaciones esenciales mientras se reestructura. Este respaldo financiero permitirá a Del Monte mantener sus operaciones durante el proceso judicial, mientras busca compradores para su cartera de activos.

Un mercado diferente

Con esta decisión, Del Monte Foods se suma a una lista creciente de empresas del sector alimentario que han enfrentado dificultades en los últimos años debido a la transformación en los hábitos de compra, la preferencia por productos frescos o de origen local, y la presión inflacionaria sobre los costos logísticos y de producción.

La quiebra de Del Monte Foods marca un capítulo difícil en la historia de una compañía que, durante generaciones, ocupó un lugar destacado en las alacenas de millones de hogares. Su futuro ahora dependerá del resultado de este proceso judicial y de la capacidad para reinventarse en un mercado cada vez más competitivo y cambiante.