No es el gazpacho: el plato veraniego que se prepara en 20 minutos y es ideal para el calor
En Consumidor Global te descubrimos cómo hacer Saltibarsciai, una receta lituana que podríamos denominar salmorejo de remolacha: refrescante, bajo en calorías y lleno de probióticos y antioxidantes naturales

Perteneciente a la familia de las quenopodiáceas —como las espinacas o las acelgas—, la remolacha es una raíz singular que, sin parecerse mucho a sus primas verdes, se ha ganado un sitio propio en la cocina saludable. Con su característico tono rojo violáceo y un sabor dulce con fondo terroso en boca, esta hortaliza no pasa desapercibida, aunque rara vez asume el papel principal en los platos.

Su intensidad gustativa la convierte en el aliado perfecto para contrarrestar sabores ácidos o salados. En algunas culturas, como la francesa, incluso se aprovechan sus hojas, similares a las acelgas, mientras que en España suelen descartarse antes de llegar al mercado. Una oportunidad perdida para explorar su potencial culinario, del que hoy nos vamos a empapar en Consumidor Global.
Šaltibarščiai o gazpacho de remolacha: la sopa fría ideal para el verano
En el presente artículo hemos querido desgajar un manjar europeo — muy poco conocido a nivel gastronómico— para todos aquellos que el salmorejo, gazpacho o ajo blanco les resulte demasiado calóricos o pesados.
El Šaltibarščiai, es una sopa fría típica de Lituania, pero yo lo veo más como un gazpacho refrescante de remolacha que estalla en boca y que me ha resultado uno de los platos más sorprendentes desde que lo probé. ¡Consiguió hasta redescubrirme la remolacha!

Esta receta también es conocida como “gazpacho rosa”: hecha a base de remolacha cocida, pepino, kéfir y hierbas frescas como eneldo y cebollino. El resultado es una sopa vibrante, ligera, sin gluten y perfecta para los días más calurosos del año que se avecinan.
Receta de la sopa rosa de Lituania que enamora
Además de su llamativo color, esta receta destaca por su sencillez. No requiere técnicas complejas ni ingredientes exóticos, y mejora si se prepara con antelación. En su país de origen se suele acompañar con patatas cocidas, aunque también funciona como entrante fresco o cena ligera.

Ingredientes para 4 personas:
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2 huevos cocidos
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2 remolachas cocidas y peladas
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2 pepinos medianos
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500 ml de kéfir (o suero de mantequilla)
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3 cucharadas de cebollino fresco picado
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3 cucharadas de eneldo fresco picado
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Sal al gusto
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(Opcional: 4-5 rábanos y unas gotas de limón)
Preparación paso por paso:
Paso 1. Cocina los huevos, enfríalos, pélalos y resérvalos.
Paso 2. Ralla o corta la remolacha en tiras finas o dados. Pela y corta el pepino en cubos pequeños. Haz lo mismo con los rábanos si decides incluirlos.
Paso 3. En un bol grande, mezcla el kéfir con la remolacha. Añade los pepinos, las hierbas y una pizca generosa de sal. Si quieres un resultado más líquido, incorpora un poco de agua o leche según la textura que desees.
Paso 4. Corta los huevos en cuartos y añádelos por encima a modo decorativo. Deja reposar en la nevera al menos 30 minutos antes de servir. Idealmente, prepáralo el día anterior.
Beneficios de la remolacha: más allá de su sabor

Además de aportar sabor y un toque vibrante a cualquier plato, la remolacha es una mina de nutrientes:
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Rica en antioxidantes (flavonoides), ayuda a combatir el daño celular y se asocia a la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
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Alto contenido en hierro y vitamina C, útil para prevenir la anemia.
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Fuente de fibra, ideal para mejorar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento.
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Baja en calorías y con azúcares naturales, sus hidratos se absorben lentamente, lo que la convierte en un alimento saciante y apto para dietas.
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Contiene nitratos naturales, que se transforman en óxido nítrico, mejorando el rendimiento físico y reduciendo la presión arterial.
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Proporciona potasio, folato y manganeso, esenciales para la salud muscular, ósea y del sistema nervioso.
Kéfir: un fermento lácteo con superpoderes

Este lácteo fermentado es uno de los probióticos más completos. Rico en vitamina K, minerales como magnesio y fósforo, y proteínas de alta biodisponibilidad, el kéfir:
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Mejora la digestión y la flora intestinal.
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Refuerza el sistema inmunitario.
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Ayuda a controlar la inflamación digestiva.
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Contribuye a prevenir la osteoporosis.
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Favorece la pérdida de peso de forma natural.
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Reduce el estreñimiento gracias a su efecto probiótico.