Los hábitos de María Branyas para vivir 117 años: entre la vejez extrema y una longevidad saludable

Un grupo de investigadores ha analizado los factores biológicos que han permitido vivir más de un siglo a esta catalana

Maria Branyas con Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto Josep Carreras / EP
Maria Branyas con Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto Josep Carreras / EP

El 4 de marzo de 1907 nació María Branyas, la catalana más longeva de la historia. Sobrevivió a la I Guerra Mundial, la pandemia de la gripe española en 1918 y la Guerra Civil. También fue testigo de la II Guerra Mundial, la llegada del hombre a la Luna en 1969, de la caída del Muro de Berlín en 1989, del cambio de milenio y en 2020, a sus 113 años, superó una infección por covid.

Falleció en agoso de 2024 pero alcanzar los 117 años no fue fruto de un simple retraso en el envejecimiento, sino de un delicado equilibrio entre fragilidad y fortaleza biológica. Así lo concluye un estudio del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, que ha analizado en profundidad el caso de Branyas. 

Una edad biológica inferior a la cronológica

Los resultados de la investigación, publicada en Cell Reports Medicine, se convierten en el análisis más detallado realizado hasta ahora de una persona supercentenaria. Un estudio que aporta nuevas claves para entender los límites de la longevidad humana. El equipo liderado por Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto Josep Carreras, y por el investigador Eloy Santos, constató en Branyas signos inequívocos de envejecimiento. Entre ellos, telómeros muy cortos, un sistema inmunitario proinflamatorio y linfocitos-B envejecidos.

Sin embargo, también hallaron factores asociados a la protección neurológica y cardiovascular, bajos niveles inflamatorios, un microbioma rico en bifidobacterias beneficiosas y una edad biológica inferior a la cronológica.

Envejecimiento no es sinónimo de enfermedad

Los investigadores destacan que la ausencia de patologías graves en Branyas permite diferenciar claramente entre lo que es envejecimiento y lo que son enfermedades asociadas a la edad. Este hallazgo abre la puerta a estudiar con más precisión los efectos del paso del tiempo sobre el organismo sin el ruido añadido de dolencias severas.

Aunque es "prematuro" relacionar características biológicas con hábitos particulares, los investigadores apuntan que una alimentación saludable, una red de contactos estimulantes y diversos y la ausencia de hábitos tóxicos son elementos a tener en cuenta a la hora de explicar la inusual longevidad de Branyas. Además, los resultados podrían ser valiosos para comprender mejor la aparición de cánceres hematológicos incurables, como la leucemia o los síndromes mielodisplásicos, íntimamente ligados al envejecimiento de la sangre.