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Alquilar un piso sí, pero un iPhone no: por qué los españoles huyen de este tipo de consumo

A pesar de la flexibilidad de algunas plataformas, los expertos coinciden en que el consumidor español prioriza el sentimiento de pertenencia de la compra de productos

Un usuario compra un producto y paga con tarjeta en un comercio en lugar de alquilar / PEXELS
Un usuario compra un producto y paga con tarjeta en un comercio en lugar de alquilar / PEXELS

Aunque en España el alquiler de la vivienda es algo que, con los años, ha ganado adeptos frente a la compra de un piso, no ocurre lo mismo en otros bienes o productos. Hay plataformas que alquilan, por un precio fijo al mes, muebles, juguetes, iPhones o electrodomésticos. Sin embargo, el comprador español no se siente todavía atraído por este tipo de consumo. 

“España es un país de mucha reticencia. Siempre hemos usado un modelo de compra y venta”, declara a Consumidor Global Andrea Enríquez, cofundadora de la plataforma de alquiler de juguetes Kidalos. Según confiesa, sigue teniendo miedo de que su proyecto no cale en España, pues, al contrario que en otros países de Europa, los consumidores no se han adaptado a este tipo de consumo. “Están saliendo muchas plataformas de alquiler de objetos, pero todavía no estamos en el boom de este modelo por razones culturales”, afirma.

Una chica observa en su portátil las novedades de una tienda de ropa online / PEXELS
Una chica observa en su portátil las novedades de una tienda de ropa online / PEXELS

Alquilar cosas y pagar por su uso 

Desde la web de alquiler de productos de electrónica Grover, Sergio Alonso se muestra un poco más optimista. A su parecer, la mentalidad española cambia, aunque poco a poco. Según detalla, hace una década la gente a partir de 20 años ya se compraba un coche y ahora “estamos más acostumbrados a alquilarlos para viajar”. En su opinión, esta evolución está desembocando en el pago por uso.

Este modelo, cuenta, está empezando a destacar por la necesidad de flexibilidad. “Al no saber qué va a ocurrir, el consumidor está dejando de comprometerse con cosas que a lo mejor no tiene que usar”, expresa. Según los expertos, el grado de aceptación del alquiler de productos en España depende del uso que el usuario le vaya a dar al producto. Anna Adolfo, especialista en e-commerce, pone el foco en la diferencia entre categorías: según dice, cuando se trata de cosas puntuales, el usuario prefiere invertir menos dinero, y es entonces cuando este modelo de negocio tiene un hueco. “Si vas a esquiar dos veces, alquilas el material”, asegura.

Productos de electrónica y analógicos encima de una mesa / PEXELS
Productos de electrónica y analógicos encima de una mesa / PEXELS

La necesidad de posesión de los consumidores españoles 

Julián Azofra, cofundador de la web de alquiler de objetos Yakk, apunta a la educación y al surgimiento de nuevas plataformas para que el sector despegue. “Nunca se ha educado y ofrecido este consumo a la gente. De aquí a 10 años será una opción muy común”, vaticina. 

Esta educación pasa por cambiar el sentimiento de posesión del consumidor, muy diferente del resto de Europa. “En Alemania estos modelos crecen muy rápido, aquí queremos poseer lo que usamos y a veces no caemos en que son gastos que se nos van de las manos”, critica.

Una consumidora, feliz con sus bolsas tras estar de compras / PEXELS
Una consumidora, feliz con sus bolsas tras estar de compras / PEXELS

El auge de la segunda mano para reducir el gasto 

Desde Milanuncios, aunque creen que estas plataformas permiten reducir el coste y pueden ser una alternativa cómoda, lo que han observado es cómo impulsan al mercado de segunda mano. “El alquiler es una forma de probar el producto, y al final al usuario le compensa comprarlo de segunda mano para tenerlo en propiedad y ahorrar”, añaden.

La compraventa de segunda mano también funciona fuera de la red y así lo certifican desde la empresa de venta de ropa Kambalache. En este establecimiento relacionan el alquiler de artículos con una diferencia generacional. “La gente mayor prefiere comprar, los jóvenes viven más de este tipo de posibilidades. Al haber varias opciones y por la incertidumbre de su día a día, les sale mejor alquilar o comprar de segunda mano”, matizan. Por su parte, desde Humana apuestan por la compatibilidad de ambos modelos en este mercado.

Dos usuarias en una tienda de ropa de segunda mano / PEXELS
Dos usuarias en una tienda de ropa de segunda mano / PEXELS

Muebles, electrodomésticos y libros

Si bien los muebles son algunos de los objetos más susceptibles para funcionar en estas plataformas, las tiendas lo tienen claro: el consumidor español compra. “El año pasado subieron las ventas”, relatan desde Ikea, donde, aunque exploran estos nuevos modelos de consumo, garantizan que el alquiler no está haciendo mella en el usuario. 

Y lo mismo ocurre con los electrodomésticos y los libros. Tanto desde Tien21 como en La Casa del Libro niegan perder clientes por esta razón. En este último establecimiento, de hecho, han visto cómo la facturación se ha incrementado, sobre todo a raíz de la pandemia del Covid-19.

Muebles ordenados en una habitación / PEXELS
Muebles ordenados en una habitación / PEXELS

¿Sale rentable el alquiler frente a la compra?

Comprar un juego como el de Ze Geoanimo cuesta en Cucu Toys 23,72 euros y en Fnac 27,90 euros. En el caso de ABC Monster, adquirirlo cuesta en Edelvives 41,90 euros y en Amazon 33 euros. A través de Kidalos el alquiler de estos juguetes no sube de los 12,90 euros al mes o 129,90 al año. 

Por lo general el usuario pagará más al comprar estos juguetes que si los alquila mensualmente. Sin embargo, su precio en el mercado es inferior al de las suscripciones anuales. Aunque la diferencia, más allá de esto, está en si es mejor poseer un juguete o poder probar varios.

Juego ABC Monster de Miniland disponible en la tienda Edelvives / Edelvives
Juego ABC Monster de Miniland disponible en la tienda Edelvives / Edelvives

¿Cómo funciona el alquiler de smartphones?

En Grover se puede alquilar un iPhone 13 por 44,90 euros al mes. Esto significa que en un año el cliente paga 539 euros por usar el teléfono, cuando en la tienda de Apple cuesta, como mínimo, 800 euros. Sin embargo, si el iPhone le dura al usuario por lo menos 2 años con Grover ya lo estará pagando más caro que su precio de salida al mercado. 

Pero, ¿cuánto puede durar un iPhone? La vida útil de este teléfono es de aproximadamente cinco años, momento en el que su sistema operativo deja de actualizarse, aunque puede durar hasta dos años más. Según estos datos, con Grover el cliente acabaría abonando cerca de 2.700 euros en un lustro, lo que significa que con ese dinero podría comprar unos tres iPhone en total. 

Modelos de iPhone 13 en rosa en la página web oficial de Apple / Apple
Modelos de iPhone 13 en rosa en la página web oficial de Apple / Apple

Un modelo tipo Netflix 

En Yakk se puede optar por un alquiler puntual (en cuyo caso, según la cantidad de días, el artículo puede resultar más caro que si se comprara) o por una suscripción para productos tecnológicos y de movilidad, que funciona como un sistema de financiación a plazos y varía según el proveedor:  1 mes, 3 meses, 6 meses, 12 meses o 24 meses. 

Si tomamos como ejemplo un televisor Samsung 4K de 50 pulgadas, cuyo valor de mercado es de 558 euros en MediaMarkt, el alquiler en Yakk por 25,90 euros al mes durante 24 meses le sale al consumidor por 621,6 euros en total. Y alquilar este producto por 49,90 euros durante 12 meses sale por 598,8 euros. Es decir, de igual manera la solución del alquiler o suscripción resulta, aquí también, más cara. 

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