El padre del NutriScore arremete contra el aceite de oliva: "No puede tener la nota máxima"

El científico francés Serge Hercberg defiende las bondades de este producto, pero recalca que está compuesto en un 100% por grasas

Una persona sirve aceite de oliva / PEXELS
Una persona sirve aceite de oliva / PEXELS

El creador del etiquetado nutricional NutriScore, el científico francés Serge Hercberg, ha señalado que las nuevas notas que el algoritmo del NutriScore dará a partir de mediados de 2023 serán más precisas: mejorará al aceite de oliva o los pescados grasos. No obstante, Hercberg cree que no sería legítimo que el aceite de oliva tuviese la nota A, la máxima, “porque, como el de colza, son 100 % grasa”.

La futura reevaluación rebajará la nota de los cereales de desayuno -normalmente con alto contenido en azúcar- y las carnes rojas. "El NutriScore incomoda a ciertos intereses económicos, a ciertos estados también, como a Italia, que hacen una presión tremenda para frenarlo o para retirarle su esencia", denuncia el reputado científico.

Una mejora insuficiente para los productores españoles

El sector del aceite de oliva en España ha sido uno de los que se consideran más perjudicados por el NutriScore. A pesar de que su nota vaya a progresar del C al B, el sector exige la máxima nota. Hercberg defiende los beneficios de este emblemático producto español y mediterráneo, aunque justifica que no tenga una nota máxima por su contenido de grasas (100 %).

El sistema de etiquetado para alimentos Nutriscore / EFE
El sistema de etiquetado para alimentos Nutriscore / EFE

"Leo mucho en la prensa española que el sector del aceite de oliva quiere clase A. Me pregunto, ¿es el sector económico el que decide cómo clasificar un producto o son los científicos? Mañana Coca-Cola dirá que quiere un A o un B y la Nutella del grupo Ferrero que quiere una mejor evaluación", ha expresado en una entrevista a EFE.

Un etiquetado voluntario

El familiar etiquetado multicolor con cinco letras, del verde (A) para los productos más saludables, al rojo (E) para los menos, lo adoptan siete países europeos (el pionero fue Francia en 2017 y les siguieron otros seis, entre ellos España). Las marcas aplican este sistema de manera voluntaria, en ocasiones por la presión de los consumidores. Entre sus éxitos, los cereales de desayuno Chocapic, de Nestlé, redujeron notablemente su contenido de azúcar e incluyeron más fibras con trigo integral. El efecto fue una mejora de la nota, de la C hasta el A.

El investigador francés reconoce los límites del sistema que creó (no recomienda cantidad, ni analiza el origen, ni si contiene pesticidas, o el ultraprocesado), pero lo considera como el más completo para aportar la información nutricional de la manera más clara y sintética.

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