Un café en Magadán, el kiosco centenario de Madrid que recuerda a un héroe de Cuba

El Grupo Lamucca gestiona este agradable establecimiento, cuyo principal atractivo es el entorno, ya que se encuentra en una ubicación privilegiada junto al Parque del Oeste

Kiosco Magadán, junto al Parque del Oeste, en Madrid / CONSUMIDOR GLOBAL
Kiosco Magadán, junto al Parque del Oeste, en Madrid / CONSUMIDOR GLOBAL

No vende periódicos, golosinas ni helados. No hay un toldo raído ni una gran estructura compuesta por sillas de plástico apiladas, y tampoco se oye el crujido de las cáscaras de pipas. Se autodenomina kiosco, pero es más bien un templete, o simplemente una terraza audaz, que para los madrileños es casi una palabra mágica.

El hecho de que ocupe un espacio de 1907 suma mucho encanto, pero no es determinante: el dueño, el grupo Lamucca, es perfectamente contemporáneo, aunque sabe hacer guiños castizos que seguramente habrían complacido al paladar de Agustín Magadán. Este hombre fue un héroe de la guerra de Cuba que, una vez de regreso a Madrid, gestionó este establecimiento situado en una ubicación privilegiada. De hecho, es casi un puesto de guardia en el Paseo del Pintor Rosales, junto al Parque del Oeste, donde la capital se pone crepuscular y se deja mecer por cierta liviandad.

Un kiosco centenario de Madrid

“Desde comienzos del pasado siglo, el apellido de Agustín Magadán (reputado militar) se encuentra vinculado a este centenario quiosco. Durante sus años de gestión, Agustín contagió su amabilidad y buen hacer a una clientela fiel que valoraba su esfuerzo por servir calidad, cerveza bien fría y horchata artesana. El Grupo Lamucca recoge el relevo de este legado como inspiración para seguir siendo ese quiosco tan especial; sin perder su esencia, pero ganando frescura y modernidad. Seguimos construyendo la historia de Madrid”, anunció el Grupo Lamucca hace unos meses.

Una vista del establecimiento / CONSUMIDOR GLOBAL
Una vista del establecimiento / CONSUMIDOR GLOBAL

Ahora, a la horchata la acompañan en la carta propuestas como tés orgánicos, zumos naturales, pancakes y bowls de açaí; además de cervezas y distintas opciones de vino por copas (con un precio aproximado de 4 euros por copa).

Desayunos y ‘brunch’ sin horario

Además, en este establecimiento, a un paso del Palacio Real, la Plaza de España o el Templo de Debod, es posible disfrutar de desayunos y brunch sin horario. No es, no obstante, un sitio barato: el precio de unas tostadas con tomate y un café cortado de especialidad asciende a 5,80 euros.

Puestos a especular (en el plano del pensamiento, no en el económico), quizá no habría agradado tanto al austero Agustín Magadán que los herederos de su local sirvieran tostadas con tomate de toda la vida con una emulsión de pesto. Así las tomó este redactor, aunque puede que fuera una anomalía. Al pedir un poco más de aceite, también sorprende que venga en un pequeño cuenco, no en una botella desde la que servir libremente el oro líquido.

Un café en el establecimiento / CONSUMIDOR GLOBAL
Un café en el establecimiento / CONSUMIDOR GLOBAL

Pepito de solomillo y burger de picaña

La recomendación del chef (se dice explícitamente en la carta, aunque cuesta imaginarse a un chef en el pequeño habitáculo que debe ser la cocina de este lugar tan peculiar) es un pepito Deluxe de solomillo con pimientos verdes (10 euros). 

Hay, por supuesto, bocata de calamares (9,50 euros), además de “super cheese bacon burger de picaña” (12,50 euros), brioche de albóndigas (11), pulpo a feira (18) o pluma ibérica de bellota (16).

“Ese espíritu bohemio de las terrazas parisinas”

En cuanto al diseño y la estética, el actual Kiosco Magadán respeta la arquitectura original, aunque lo que hay ahora es más bien una tríada de espacios diferenciados: la terraza más inmediata y propiamente dicha, un espacio cubierto en la parte posterior en el que se deja sentir el desnivel del terreno y un largo brazo a la derecha. 

Un detalla de la fachada / LAMUCCA
Un detalla de la fachada / LAMUCCA

En total, puede haber más de una treintena de mesas. “Sillas, mesas y apliques sobre las mesas, conservan ese espíritu bohemio y artesanal de las terrazas parisinas, y la vegetación acompañará siempre al desarrollo exterior”, dice Lamucca.

“Está bastante más relajado”

Estos días, la afluencia es baja. “Antes, casi todas las noches había lista de espera. Ahora está bastante más relajado, se nota mucho. Toca esperar a que se reactive”, cuenta amablemente un camarero a este medio una mañana de diario.

La calma del sitio contrasta con el arrojo que dio fama a su fundador. En 1928, el periódico Alrededor del Mundo, editado en Madrid, alegró a sus lectores con el siguiente relato: “La Historia se va tejiendo por las hazañas de los hombres que, tanto en la guerra como en la paz, laboran por el engrandecimiento patrio. Pero no todos los nombres de estos tejedores los recoge por igual aquélla; existe un conjunto de héroes anónimos cuyos hechos sólo conocen unas cuantas personas. De estos héroes anónimos era Agustín Magadán, el dueño del kiosco que en Rosales está próximo a la Banda municipal”.

Episodio de la guerra de Cuba

Alrededor del Mundo contaba un episodio casi mítico de la guerra de Cuba: las tropas insurrectas trataban de apoderarse del fuerte Cascorro, en el centro de la isla, y comenzaron a bombardearlo. Defendían el puesto unos 170 españoles, que hacían frente a 2.000 hombres. El capitán Francisco Neila ideó un plan arriesgado: quemar el punto principal desde el que los cubanos les bombardeaban, que se conocía como Casa del Alcalde y estaba situado en las cercanías.

Sillas del local / LAMUCCA
Sillas del local / LAMUCCA

El héroe que asumió la misión fue Eloy Gonzalo, quien, “amarrado por la cintura con una cuerda, se cubrió de gloria quitando un serio peligro a sus compañeros. El otro extremo de la cuerda lo tenía asimismo amarrado a su cuerpo el cabo Agustín Magadán, quien con sus certeros disparos (no en vano era el mejor tirador de María Cristina), protegió a Gonzalo para que llevase a cabo su acción heroica, que supo agradecerle la nación entera”.

Opiniones en Google

Lejos, muy lejos de esas hazañas bélicas, el Kiosco Magadán agrada a la mayoría de sus clientes por su serenidad. Así se desprende de las opiniones de Google, donde las reseñas son muy buenas. “Una terraza que, para estar en el centro, es muy agradable y acogedora, el parque de Rosales lo hace inmejorable y el trato personal de Lea (Leita), cercana, amable y con mucha simpatía, hará que volvamos”, valora un consumidor.

“Los vecinos teníamos ya ganas de que se recuperaran estos quioscos de toda la vida. Aperitivo de bocata de calamares partido en dos, excelente, y unas bravas sobresalientes. Servicio de Carla irreprochable. Recomendable 100%”, resume otro.