Tienes que ir sí o sí: estos son los lagos más populares de España para descubrir este verano
Los 10 lagos y embalses más bonitos de España para visitar y acabar bien este verano: naturaleza, rutas y escapadas imprescindibles

En los últimos días, hemos podido experimentar un alivio en cuanto a las altas temperaturas de la ola de calor que estaba estrangulando el verano, haciéndolo demasiado incómodo para los que ya han acabado las vacaciones y se han despedido de la playa hasta el año que viene. La época estival trae consigo un deseo compartido de escapar del calor y del ajetreo urbano para perderse en paisajes que invitan a desconectar.
Y aunque la playa es la opción favorita de los españoles a la hora de sentir que veranean "de verdad", existen otras opciones vacacionales iguales de válidas e interesantes para una escapada. No sorprende que las búsquedas de “lagos en España” hayan aumentado un 130% en el último mes.
Los lagos y embalses más deseados de España: naturaleza en estado puro
El interés por estos rincones naturales ha explotado al ser considerados grandes pulmones cuya temperatura es mucho más tolerable. De hecho, gracias a los datos analizados por los especialistas de Sixt, uno de los principales proveedores internacionales de servicios de movilidad vacacional, ya tenemos una lista con los 10 lagos y embalses más populares del país.
Perfectos para una escapada de fin de semana o unas vacaciones al aire libre, estos escenarios combinan aguas cristalinas, montañas, pueblos con encanto y experiencias que van desde el senderismo y la fotografía hasta los deportes acuáticos.
1. Lagunas de Ruidera (Castilla-La Mancha)
En pleno corazón de Castilla-La Mancha, las Lagunas de Ruidera forman un conjunto de 15 espejos de agua encadenados entre rocas calizas y verdes bosques. Aquí se puede remar, caminar entre encinas o simplemente nadar en un entorno que parece sacado de un cuento. Muy cerca, el pueblo de Ruidera y el Castillo de Peñarroya completan la experiencia con historia, gastronomía y un ritmo de vida pausado.

Lagunas de Ruidera (Castilla-La Mancha)/ turismocastillalamancha.es
2. Lagos de Covadonga (Asturias)
Enclavados en los Picos de Europa, los Lagos de Covadonga son uno de los paisajes más emblemáticos de Asturias. El Enol y el Ercina, rodeados de cumbres y praderas, atraen tanto a senderistas como a ciclistas y amantes de la fotografía. El Santuario de Covadonga y la Basílica cercana añaden un toque cultural y espiritual a esta escapada de montaña.

3. Laguna de Fuente de Piedra (Málaga)
Este humedal salino de Málaga es un paraíso para los observadores de aves. La gran colonia de flamencos lo convierte en un espectáculo natural único, especialmente al amanecer o al atardecer. Los senderos que rodean la laguna invitan a caminar sin prisas y a disfrutar de la serenidad del paisaje andaluz.

4. Pantano de San Juan (Madrid)
A menos de una hora de Madrid, este embalse es conocido como la “playa de Madrid”. Sus aguas limpias atraen a quienes buscan practicar kayak, vela o windsurf, además de bañistas que quieren un chapuzón en plena sierra. Los rincones menos concurridos, sobre todo al amanecer o al atardecer, regalan paisajes perfectos para desconectar.

5. Lago de Sanabria (Zamora)
El mayor lago glaciar de España, situado en Zamora, es una joya natural rodeada de montañas y bosques. Dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria, es el escenario perfecto para actividades acuáticas, senderismo y encuentros con la fauna local. El pueblo de San Martín de Castañeda y su monasterio histórico completan la visita.

6. Laguna Negra (Soria)
Misteriosa y rodeada de pinares, la Laguna Negra es un enclave glacial en los Picos de Urbión. Su ambiente casi legendario la convierte en un destino favorito para senderistas y amantes de la naturaleza salvaje.

7. Embalse de Buendía (Guadalajara-Cuenca)
Conocido como el “mar de Castilla”, este gran embalse es ideal para quienes buscan combinar deportes acuáticos con rutas de senderismo y escalada. Sus aguas son excelentes para la pesca y sus alrededores esconden senderos entre cañones y formaciones rocosas espectaculares.

8. Gorg Blau y Sant Aniol d’Aguja (Girona)
En la Alta Garrotxa, los amantes del barranquismo y la escalada encuentran en el Gorg Blau un rincón perfecto para refrescarse entre pozas y cascadas. La ruta que sigue la Riera de Sant Aniol combina naturaleza exuberante, puentes colgantes y la belleza románica de la ermita de Sant Aniol d’Aguja.

9. Lago de Banyoles (Girona)
El lago más grande de Cataluña es también un espacio natural de enorme valor ecológico. Perfecto para pasear, remar o simplemente relajarse junto al agua, forma parte de la Red Natura 2000 y fue escenario olímpico en 1992. Sus zonas de baño, como la Caseta de Fusta o los Banys Vells, lo convierten en un destino familiar y muy accesible.

10. Estany de Sant Maurici (Lleida)
Dentro del Parque Nacional de Aigüestortes, este lago rodeado de montañas de más de 3.000 metros es una auténtica postal pirenaica. Con más de 200 estanques y cascadas alrededor, la excursión hasta la cascada de Ratera es ideal incluso para familias con niños.

Escapadas para reconectar
Cada uno de estos destinos ofrece una forma distinta de reencontrarse con la naturaleza. Desde humedales donde observar flamencos hasta lagos glaciares enmarcados por cumbres, España esconde auténticos tesoros acuáticos. La próxima vez que busques desconectar, cambia el asfalto por caminos de montaña y deja que el agua y el paisaje hagan el resto.
Y es que la naturaleza tiene un impacto muy poderoso en nuestro estado de ánimo y en cómo nos sentimos en el día a día. De hecho, cada vez más estudios en psicología y neurociencia lo confirman. Pasar tiempo al aire libre no solo relaja, sino que literalmente modifica la química de nuestro cerebro.
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Reducción del estrés: Estar rodeado de árboles, agua o montañas disminuye los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Incluso pasear 20 minutos en un entorno natural puede generar una sensación de calma profunda.
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Efecto restaurador: La llamada atención suave (mirar un río, el movimiento de las hojas o el reflejo de un lago) permite que nuestra mente descanse, se recargue y gane claridad mental.
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Mejora del estado de ánimo: La exposición a espacios verdes o azules (como el mar y los lagos) estimula la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores ligados a la felicidad y la motivación.
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Conexión y perspectiva: Estar en contacto con paisajes amplios, inmensos y “más grandes que nosotros” —como montañas, bosques o cielos abiertos— genera una sensación de humildad y gratitud. Esa emoción se conoce como awe o “asombro”, y está vinculada a una mayor sensación de bienestar y propósito.
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Beneficios físicos y mentales combinados: Caminar, nadar o hacer senderismo al aire libre activa el cuerpo, lo que a su vez refuerza la salud mental. Es un círculo positivo: movimiento + entorno natural = más energía y mejor humor.