La playa virgen a 10 minutos de Barcelona que está vacía incluso en pleno agosto
Está escondida en un punto poco concurrido situado entre El Prat y Viladecans, y sólo se puede acceder a ella recorriendo un camino que pertenece a una zona declarada Espacio Natural

Salir de la ciudad. Cambiar el asfalto por la arena. Introducirse en el mar. Refrescarse. Hacer el muerto. Dejarse mecer por las olas suaves del Mediterráneo. Regresar a la arena. Coger un libro. Abrirlo por la página marcada. Cambiar este mundo por otro mejor. Entrar en otra realidad. Cuando el calor aprieta, no hay plan mejor. Tan simple, tan placentero.
A veces, por falta de tiempo o presupuesto, resulta difícil escaparse a las calas idílicas de la Costa Brava o Baleares. Pero no hace falta irse tan lejos para disfrutar de un lugar agradable y tranquilo frente al mar. Hay una playa virgen a 10 minutos de Barcelona que está vacía incluso en pleno agosto.
Cómo llegar a la playa virgen a 10 minutos de Barcelona
Basta con coger el coche o la moto en dirección a la Terminal 1 del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y, en la misma recta antes de llegar al aeródromo, tomar el desvío a mano derecha, que está señalizado como Parking Larga Estancia y Espacio Natural Remolar-Filipinas. A los pocos metros, hay una zona gratuita de aparcamiento y una vía de uso restringido a los vehículos entre los meses de junio y octubre, de ahí que casi nadie acceda a esta playa durante la época estival. Esta es la entrada.
Son unos 15 minutos de paseo a pie (1,5 kilómetros) amenizados por el canto de cigarras y grillos y aromatizados con olor a pinaza. A lo largo del camino, se sigue una riera del Delta del Llobregat y hay varios miradores de aves y zonas de descanso con sombra y bancos, pero no hay ningún comercio, por lo que es importante llevarse agua fresca. Hay que cruzar el Centro de información del Remolar-Filipines, donde llevan el escaso conteo de la gente que pasa con destino a la playa.

Un oasis de tranquilidad
Una vez llegados a la orilla del mar, a mano derecha, al otro lado de la desembocadura de la Riera de Sant Climent, está la playa de Cal Francès, que colinda con la de la Pineda y Filipinas y suele estar muy poco concurrida.
Y a la izquierda está la parte final de la playa del Remolar, que está cerrada hasta el 31 de julio para recuperar la fauna y suele estar vacía incluso en pleno agosto. Sin duda, la caminata bajo el sol merece la pena. ¿El premio? Este refrescante oasis mediterráneo escondido a escasos minutos del centro de Barcelona.