La cala idílica de Menorca que enamoró a National Geographic con su cueva secreta y agua turquesa
Figura en todos los rankings de las playas más paradisíacas del mundo, pero nadie hace referencia a su minúscula y preciosa gruta

Tras un bonito paseo entre pinos de media hora, después de bordear y maravillarse con los acantilados que caen hasta el mar y delimitan el sendero de esta etapa del Camí de Cavalls, Cala Macarelleta (Ciudadela) se presenta como lo más parecido al paraíso en la tierra.
Los pinos se asoman al agua desde las rocas; el agua no puede ser más turquesa; y la arena es blanca y fina. Sin duda, este rincón de Menorca es mágico. Una magia que rompen las oleadas de visitantes que la frecuentan durante la época estival. Lo que muy pocos saben es que Macarelleta esconde una cueva secreta...
La cueva secreta de Cala Macarelleta
En verano, ir a cualquiera de las calas más populares de Menorca (las 10 o 15 que aparecen en todos los rankings) es una pequeña odisea. En muchas, el acceso en coche está prohibido de mayo a octubre. Y, una vez con los pies en la arena, cuesta encontrar sitio para estirar la toalla en la arena.

Cómo llegar a la gruta
La diminuta cueva se encuentra en la orilla izquierda (mirando al mar) y se accede a ella por el agua, que en esa parte de la playa sólo cubre hasta la rodilla. Cuatro, cinco pasos, y la fina arena blanca se abre espacio en la roca conformando un rincón de lo más idílico.
Justo en la orilla, las olas pierden su fuerza y refrescan los pies del afortunado que ha descubierto el lugar. Cueva adentro, se puede estirar la toalla y autorregalarse una pequeña tregua de sol y de gente. Desde el interior de la gruta, la perspectiva es un regalo: solo se ve mar, una pequeña roca bañada por las olas y un triángulo de cielo azul.
La cala que enamoró a National Geographic
Macarella y Macarelleta juntas "conforman uno de los conjuntos más fotogénicos de las Islas Baleares, con sus aguas claras enmarcadas por acantilados cubiertos de pinos que parecen a punto de caer al mar”, se puede leer en un reportaje de National Geographic en el que sitúa a ambas calas como la cuarta mejor playa del mundo.
