Ramon Canela inauguró su primer gimnasio en 1979, con la idea de crear “instalaciones dignas al alcance de cualquier persona”. De aquella visión nació el Grupo DiR. Hoy, más de cuarenta años después, la marca es un referente del fitness catalán. Con más de 80 centros en España, presume de la variedad de sus locales, de sus equipamientos de última generación y de una comunidad de más de 70.000 socios.
Pero, ¿de qué sirve construir un imperio si sus puertas no se abren para todos los que han pagado por entrar?
DiR deja a un socio sin acceso al gimnasio
Juan Cajal cruzó las puertas del centro DiR de la plaza de Lesseps, en Barcelona. Decidido a empezar una nueva rutina, formalizó su inscripción. Un pago de casi 300 euros que le garantiza el acceso durante cinco meses. Como prueba de su membresía y llave de entrada a una vida más saludable, le entregaron una pulsera de acceso. Un objeto simple, tangible. Un contrato sellado. O eso creía él.
El primer día, animado por la posibilidad que le ofrecía su tarifa de acceder a cualquier establecimiento de la cadena, Cajal no se dirigió al centro donde se inscribió, sino al local de DiR en Travessera de Gràcia. Al llegar a los tornos, presentó la pulsera. Pero el torno no cedió. Un empleado se percató y le dijo con naturalidad: “Las pulseras ya no se usan. El acceso ahora es a través de la aplicación Wallet de tu móvil”.
Wallet, una aplicación que no siempre es compatible
“¿Cómo no me avisan al inscribirme el día antes? ¿Para qué me dan la pulsera, entonces?”, lamenta el cliente. Atónito ante aquella información, Cajal abrió su móvil, un Samsung Galaxy A3 que, aunque funcional para su día a día, no pertenece a la última generación.
Buscó la aplicación. Intentó descargarla. Imposible. Su dispositivo no era compatible con la tecnología NFC necesaria para la aplicación Wallet, el pasaporte digital que DiR exige ahora a sus socios. De repente, la barrera no era un torno, sino el propio teléfono que llevaba en el bolsillo.
“Abandonado”
Cajal decidió, entonces, acudir al DiR de Lesseps, el lugar donde había firmado el contrato y recibido la inútil pulsera, para explicar su situación. El personal tomó su Samsung y probaron, ellos mismos, a instalar la aplicación. Tras varios intentos, se rindieron. “Es cierto, no es compatible”, admitieron.
“No te preocupes. Cuando vayas a cualquier centro, explicas el problema en recepción y te dejarán entrar manualmente”, le dijeron. Para Cajal, esta solución era un síntoma del problema. No quería depender de la memoria o la amabilidad del empleado de turno. No quería tener que dar explicaciones cada vez que quisiera entrenar. Se sintió, en sus propias palabras, “abandonado”.
El problema: no tener un móvil moderno
“Pagas una suma considerable y, de repente, parece que el problema es tuyo por no tener un móvil a la última. Nadie me advirtió de este requisito al pagar, de hecho, me dieron una pulsera que ya era un sistema obsoleto”, lamenta Cajal, quien se ha visto obligado a comprar un nuevo móvil.
La modernización no puede ser una excusa para la desatención. Esa idea que tuvo Canela de crear “instalaciones dignas al alcance de cualquier persona”, se ha desdibujado. El acceso a los centros de este grupo cada vez es más cuestionable. Cabe recordar que Consumidor Global denunció, anteriormente, que los gimnasios DiR usaban un dato biométrico tan sensible como la huella digital de sus clientes para un simple control de acceso.
La respuesta de DiR
Consumidor Global se ha puesto en contacto con DiR para conocer su postura oficial al respecto. "Si bien es cierto que desde DiR estamos potenciando el acceso a través del wallet, no es la única vía de entrada: seguimos ofreciendo también acceso mediante huella dactilar y pulsera", señalan las fuentes.
"Somos el primer club de fitness de Europa en integrar la tecnología NFC para acceder desde el móvil, y por eso estamos impulsando su uso", comentan desde el grupo. "Sabemos que se trata de un proceso de implementación progresivo y que no todo el mundo podrá incorporarse de inmediato, por múltiples razones, pero creemos firmemente en seguir avanzando hacia una experiencia más cómoda, segura y digital para nuestros socios", reconocen.