No lo sabías: este es el efecto de hacer 'scroll' infinito con tu móvil y cómo pararlo
El hábito de hacer 'scroll' sin parar en internet puede afectar a la concentración y salud mental. Practicas a tener en cuenta para que las redes, aplicaciones y pantallas no dominen tu cerebro

La próxima vez que te sorprendas haciendo scroll en redes sociales sin un propósito claro, no te culpes demasiado: tu cerebro está programado para buscar recompensas. Esa necesidad constante de “ver qué hay después” no es casualidad, sino el resultado de un mecanismo evolutivo que las plataformas digitales han aprendido a aprovechar con precisión quirúrgica.
Herramientas como Bienestar digital lo demuestran con cifras: pasamos horas frente al móvil cada día, y aplicaciones como Instagram, TikTok o X (antes Twitter) dominan nuestro tiempo, no hay más que irse al apartado que te revela cuanto destinas de este a ver su interfaz para que te quedes horrorizado. Yo misma me quedé impactada cuando descubrí cierto día que entre unas cosas y otras destinaba nada más y anda menos que 4 horas diarias a no hacer nada frente a la pantalla de Instagram.

¿Cómo era esto posible? El responsable principal de esta adicción silenciosa tiene nombre: scroll infinito, una función que elimina cualquier punto de pausa y convierte el consumo de contenido en una experiencia interminable.
El cerebro digital: por qué no puedes dejar de deslizar el dedo
Según la psicóloga Éilish Duke, de la Universidad de Leeds Beckett, el impulso de revisar el móvil y desplazarnos por el feed se ha vuelto tan automático que apenas somos conscientes de hacerlo. En estudios previos, los usuarios afirmaban mirar su teléfono cada 18 minutos, pero los datos reales demostraban que lo hacían mucho más seguido.

Esta desconexión entre percepción y realidad se debe a que el cerebro busca estímulos nuevos de manera casi instintiva. Cada vez que encontramos algo interesante —un video gracioso, una noticia impactante, una foto llamativa— el sistema de recompensa del cerebro libera dopamina, el neurotransmisor asociado al placer. El resultado: queremos más, y seguimos deslizando.
Cómo las redes explotan nuestra biología
Las redes sociales están diseñadas para capturar nuestra atención durante el mayor tiempo posible. El scroll infinito y los algoritmos personalizados crean un ciclo de recompensa continua: cada nuevo contenido es una pequeña dosis de placer anticipado.

La doctora Ariane Ling, del centro médico NYU Langone, explica que esta búsqueda de información constante responde a nuestra curiosidad evolutiva. El ser humano siempre ha necesitado explorar para sobrevivir; la diferencia es que ahora lo hacemos a través de pantallas.
Mientras tanto, la corteza prefrontal, la región del cerebro encargada de tomar decisiones racionales, intenta poner límites. Pero frente al flujo ininterrumpido de estímulos, su tarea se vuelve cada vez más difícil.
El costo cognitivo del 'scroll' infinito
Otro elemento que refuerza este comportamiento es el llamado estado de flujo. Ocurre cuando estamos tan inmersos en una actividad que perdemos la noción del tiempo. En el caso del scroll, ese flujo se vuelve una especie de “trance tecnológico” que nos hace olvidar por completo cuánto tiempo llevamos conectados.

El impacto no es menor. La exposición constante a estímulos visuales rápidos y fragmentados reduce la capacidad de concentración y la memoria a corto plazo. Estudios recientes también vinculan el uso excesivo del móvil con mayores niveles de ansiedad y fatiga mental. En otras palabras: el cerebro se sobrecarga y le cuesta enfocarse en tareas sostenidas, como leer o mantener una conversación profunda.
Cómo romper el ciclo: estrategias prácticas
La buena noticia es que no estamos indefensos frente a este diseño adictivo. La clave está en reintroducir pausas y límites en nuestro consumo digital:
- Desactiva las notificaciones innecesarias. El silencio es un poderoso recordatorio de que el control lo tienes tú.
- Usa herramientas de control de tiempo en pantalla para registrar tus hábitos reales.
- Lee en papel o en dispositivos sin conexión para recuperar la concentración.
- Dedica tiempo al aire libre. El contacto con la naturaleza tiene un efecto restaurador comprobado sobre la atención.
- Practica la atención plena. Ser consciente de cuándo y por qué coges el móvil es el primer paso para cambiar el hábito.
El scroll infinito no solo roba minutos, también modifica la forma en que tu cerebro busca recompensas y procesa la información. Comprender cómo funciona este mecanismo es el primer paso para dominarlo y que no te controle. La tecnología puede ser una herramienta poderosa, pero solo si aprendemos a usarla sin dejar que ella use nuestra atención como moneda de cambio.