Familia La Ancha, de una taberna en el Madrid de los Austrias a un hotel de lujo en Portugal

En la carta, junto a los grandes clásicos de la casa como el escalope San Román, las clásicas tortillas, la dorada semicurada o los arroces, se han recuperado recetas que marcaron su historia

Una vista de Fismuler Lisboa / FAMILIA LA ANCHA
Una vista de Fismuler Lisboa / FAMILIA LA ANCHA

Cuando en 1919 Benigno Redruello abrió las puertas de su taberna, a la que llamó La Estrecha, en Madrid no se comían gyozas, ni baos, ni tiraditos ni ceviche. Nueve años más tarde, Santiago, de la segunda generación, pasó a gestionar el local, lo amplió y, con orgullo, cambió su nombre por La Ancha. Hoy en día, los bisnietos de Benigno, Nino entre fogones y Santiago en la gestión, son la cuarta generación que dirige los diferentes restaurantes del grupo Familia La Ancha.

Entre otros establecimientos, cuentan con La Ancha, Las Tortillas de Gabino y Molino de Pez. Y, ahora, dan un nuevo salto con el inicio de su expansión internacional con la apertura de su primer restaurante en Portugal.

Fismuler en Lisboa

En concreto, el grupo hostelero arranca su internacionalización con Fismuler, el emisario de la cocina más personal de Nino Redruello, socio, cuarta generación y cocinero de Familia La Ancha, que se ubica en el nuevo ME Lisbon, el primer hotel de lujo en la capital lusa de Meliá Hotels International, ubicado a pocos pasos de la concurrida Avenida del Marqués de Pombal.

Nuevo hotel en Lisboa / MELIÁ HOTELES
El nuevo hotel en Lisboa / MELIÁ HOTELS

Además, para dar coherencia a la oferta gastronómica del hotel, el equipo de Familia La Ancha también se encargará del food & beverage, con el servicio de habitaciones, los desayunos -que podrá disfrutar el huésped tanto como el visitante no alojado-, y un espacio que se llama Elia, como la abuela de Nino Redruello, con toques españoles para satisfacer las necesidades del lobby del hotel.

Producto vegetal

Redruello lidera esta propuesta que apuesta por el producto y pone especial atención en el universo vegetal. El chef desarrolló esta idea en Madrid con el primer espacio abierto en 2016 y prosiguió dos años después con la apertura de Fismuler en Barcelona en 2018, que es el concepto que se ha replicado ahora a Lisboa.

"La internacionalización de Fismuler es, para mí y para nosotros, una reafirmación de que tenemos algo bonito. Algo que nace de la familia y que nos obliga a mirar con más ahínco qué es lo que realmente tenemos: una confianza en la magia de la hostelería, en creer en lo bonito de servir a los demás. Esa convicción es lo que nos ha permitido traspasar fronteras", ha asegurado el chef.

Nino Redruello, socio, cuarta generación y cocinero de Familia La Ancha, en Fismuler de Lisboa
Nino Redruello, socio, cuarta generación y cocinero de Familia La Ancha, en Fismuler de Lisboa / FAMILIA LA ANCHA

De una familia a una empresa profesionalizada 

Redruello también se ha congratulado por el inicio de la aventura internacional del grupo. "Esta expansión refleja cómo está la empresa ahora mismo. Hemos pasado de funcionar como una familia que hacía las cosas de manera más artesanal y antigua, a ser una empresa profesionalizada. Sin ese cambio, sin esa organización y sin confiar en la parte 'back' de la hostelería -la gestión, la administración, la digitalización y la estructura- nunca habría sido posible", ha señalado.

También ha afirmado que en estos años han sido "honestos" con su público. En cuanto a Fismuler Lisboa, mantiene la identidad del original, sin 'portugalizar' las recetas, pero con un guiño claro al país luso que le acoge, por lo que los pescados, mariscos y verduras proceden de pequeños productores y hortelanos locales con los que se han establecido relaciones directas.

Platos de la carta

En la carta, junto a los grandes clásicos de la casa como el escalope San Román, sus clásicas tortillas, la dorada semicurada, los arroces o su icónica tarta de queso, se han recuperado recetas que marcaron su historia, como las lentejas glaseadas con cigalitas o las alitas con calabaza, trufa y huevo.

Además, se ha tenido en cuenta los hábitos de los lisboetas, por lo que se ha potenciado la coctelería como aperitivo.