El llamado chocolate Dubái se ha convertido en la última obsesión entre los amantes del dulce. Un bocado de apariencia sofisticada que combina cacao y pistacho y que ha inundado las redes sociales y las estanterías de los supermercados.
Sin embargo, detrás de su estética cuidada y su envoltorio premium, se esconde una composición nutricional que preocupa a los expertos.
Ni natural ni saludable
"Un packaging verde, con pistacho, ya sugiere un alto porcentaje de ese fruto seco. La realidad es más azúcar que cacao y una irrisoria cantidad de pistacho", comenta Luis Cañada, CEO de FITstore.
"El consumidor ve la palabra 'pistacho' y lo asocia automáticamente con natural y saludable; la realidad del chocolate Dubai en retail se asemeja más a un topping", señala.
Más de la mitad del producto es azúcar
La receta original de este chocolate combina crema de pistacho, tahini y kadaifi tostado, todo ello recubierto con chocolate con leche de origen suizo. Pero el resultado final no tiene nada que ver con superalimento. En algunas versiones comercializadas, especialmente las de marca blanca, el azúcar supera el 50% del total, mientras que el pistacho apenas representa un 5%.
"Es marketing emocional. No venden un alimento, venden una experiencia. Y ahí es donde está el peligro: nos hacen creer que lo caro o lo bien presentado es sinónimo de calidad nutricional, y muchas veces no es así", apostilla Cañada.
Desviar la atención de la tabla nutricional
Envases cuidados, nombres sugerentes y un diseño que recuerda al de los perfumes de lujo, la estrategia detrás del chocolate Dubái está claramente enfocada en desviar la atención del consumidor de la información nutricional real.
"Lo que se está vendiendo aquí no es un chocolate, es una sensación de estatus. Pero el cuerpo no digiere estatus, consume azúcar", sintetiza el CEO de FITstore. "En FITstore, intentamos educar al consumidor para que mire más allá del dorado. Lo importante está en la etiqueta trasera", concluye.