Del melocotón tomatero a la paraguaya, una teoría sobre el origen de esta fruta

A pesar de sus apreciadas características, pocas veces verás mencionada la paraguaya en el listado de frutas populares. Las razones de este ninguneo son desconocidas, al igual que el origen de su nombre en España. Teorías hay varias. Certezas, ninguna.

El consultor dietista-nutricionista Juan Revenga escribe sobre los postbióticos y lo que prometen / Fotomontaje CONSUMIDOR GLOBAL
El consultor dietista-nutricionista Juan Revenga escribe sobre los postbióticos y lo que prometen / Fotomontaje CONSUMIDOR GLOBAL

Si hacemos una encuesta popular y pedimos a mil personas, a pie de calle, que nos mencionen media docena de frutas, dudo mucho que en alguna de las respuestas alguien incluya la paraguaya. Saldrán manzana, pera, naranja, mandarina, limón, plátano, cereza, melocotón, ciruela, sandía, melón, fresa, etcétera, pero apuesto a que de las paraguayas no habrá ni rastro. No tengo pruebas, pero tampoco demasiadas dudas. ¿Por qué? Ni idea. La paraguaya es una fruta agradable, sabrosa, facilona, jugosa y barata… pero, como quien dice, no sale en la foto. Y no será, desde luego, por lo exótico y críptico de su denominación en España.

Así se denomina en otros países a la paraguaya

La fruta que aquí conocemos como paraguaya o paraguayo (según regiones), procede de una mutación natural, una variedad, del melocotón —pertenece a su misma especie— y recibe el nombre científico de Prunus persica var. platycarpa. Es originaria de China, de donde proceden los primeros registros botánicos bien documentados. Desde allí se introdujo en Estados Unidos y en Europa en la segunda mitad del S. XIX.

En la mayor parte de países, su nombre, hace referencia tanto a su procedencia (el melocotón) como a su forma, empezando por China, donde se le conoce como “ping-tzu-tao” (melocotón de plato).

  • En inglés recibe varios nombres: “flat peach”, “doughnut peach” (melocotón plano y rosquilla respectivamente) y, más en Estados Unidos, “saturn peach” (melocotón saturno).
  • En francés apenas hay variaciones, refiriéndose a esta fruta como “pêche plate” (melocotón plano).
  • Lo mismo sucede en alemán: “Plattpfirsich” y “saturnpfirsich” (melocotón plano y saturno, respectivamente). Muy similar a cómo lo denominan en Holanda, “platte perzik” y Portugal, “pêssego achatado”, respectivamente, plano y achatado.
  • En Italia, se suman al combo formado por el origen (el melocotón) y su particular forma, pero en este caso lo llaman “pesca tabacchiera” que se traduce como melocotón-tabaquera, en referencia a los antiguos estuches de tabaco, aplanados y de bolsillo. De hecho, en la región de Etna, entre las provincias de Catania y Messina, se producen unas variedades tradicionales particularmente apreciadas.

¿Por qué “paraguayas” en España?

Hay algunas teorías, pero la explicación de esta curiosa denominación no ha llegado a nuestros días de forma convincente. Algo que, cuando menos, no deja de ser curioso porque, a fin de cuentas, la historia de esta fruta es relativamente reciente. El término "paraguayo" para referirse a esta fruta no tiene, en principio, una conexión histórica concreta con el país sudamericano. De hecho, esta fruta llegó a los países del Mediterráneo a través de las rutas comerciales, pasando por Persia, y se cultivó en Europa de forma más regular en el siglo XX, especialmente en zonas con clima suave y veranos calurosos.

Sin embargo, podemos seguir el rastro de esta voz a partir de nuestro diccionario. Empezando por la actual versión del Diccionario de la Lengua Española se recoge el término “paraguaya” (en femenino) en su quinta acepción como: “Fruta de hueso semejante al pérsico y de sabor también parecido, de forma aplastada y de mucho consumo en Europa”. Echando la vista hacia atrás, y gracias al Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española, se puede comprobar que la primera vez que se recogió esta definición referida a la fruta, consta de la edición de 1936 (imagen).

Texto

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Esta entrada refiere a un americanismo, una palabra o expresión que es propia del español hablado en América, en contraste con el español hablado en España. Sin embargo, esta característica desapareció en la edición de 1970, permaneciendo hasta nuestros días como una voz no asociada típicamente al continente americano.

Refuerza este origen la entrada “paraguayo” en el diccionario de americanismos (en masculino), donde se define como: “Rosquete hecho de azúcar, almidón y clavo de olor” de origen boliviano. No hace referencia a la fruta, sino a un dulce de forma característica con un parecido razonable a ella.

Una teoría sobre el origen de la voz “paraguayo/a” referida a la fruta en España

A partir de la información revisada, puede formularse una hipótesis razonable del curioso origen para el nombre de esta fruta. En mi opinión, el Prunus persica var. platycarpa tiene una forma bastante parecida a la receta de unos rosquillos típicos bolivianos y que allí se llaman “paraguayos”. Su parecido físico fue el que dio origen a su uso metafórico, terminó apareciendo en el diccionario de la lengua como un americanismo y finalmente, su uso se extendió por España y por eso la voz actual ha perdido la referencia a su procedencia americana.

Es más, aun después de 1936, el paraguayo —o paraguaya— no era la única forma de referirse a esta fruta en España. La obra de 1997 publicada por el CSIC “Denominaciones populares de las especies frutales en Alfaro (La Rioja)”, al hablar de los distintos tipos de melocotón, se refiere al “melocotón tomatero” como aquel que es chato y chafado, con la piel rojiza y la carne blanca. En esta publicación se destaca que con este nombre se designa la variedad llamada paraguayo, “siendo esta denominación de reciente introducción, pues para los mayores el único nombre conocido es el de melocotón tomatero”.

Más allá del nombre

Lo llames como lo llames, el paraguayo es una fruta que de normal es bastante jugosa y agradable que, bien lavada, puede consumirse con su piel. Pertenece a la familia de las rosáceas y, en concreto al género Prunus, al que también pertenecen todos esos frutos del tipo “drupa”. Seguro que te suenan muchos de ellos: ciruelas, pavías, albaricoques, paraguayos, melocotones, cerezas y picotas. Se caracterizan por tener un hueso (endocarpio) leñoso único que encierra una única semilla en su interior (frutos monospermos). Suelen ser frutas jugosas y carnosas que suelen presentar pocas trabas para la población general, es decir, gustan a casi todo el mundo.

Y no, no voy a hablar de sus concretas y particulares características nutricionales porque con estos temas entre mano, lo importante es que comas más fruta, la que sea, la que te guste y la que esté de temporada. Y las drupas comienzan a finales de la primavera y muchas de ellas se alargan buena parte del verano.