Los trucos del Dr. Carlos Jaramillo para comer sano en el chiringuito, en una barbacoa y en el avión

El verano es sinónimo de excesos, pero sólo con seguir unas pautas muy sencillas es posible alimentarse de forma saludable casi en cualquier sitio

Varias personas en un chiringuito reconocido con Soletes Repsol / UNSPLASH
Varias personas en un chiringuito reconocido con Soletes Repsol / UNSPLASH

El doctor Carlos Jaramillo, especialista en nutrición clínica y en medicina funcional, desvela algunos de sus trucos para comer sano en el chiringuito de la playa, en una barbacoa con amigos, e incluso en un avión.

“Es muy fácil. Basta con conocer la dosis de cada alimento, decantarse por los productos naturales y evitar ciertos platos y condimentos”, apunta Jaramillo.

Comer sano en una barbacoa

A veces, comer saludable en una barbacoa es misión imposible, pero, con un poco de previsión, todo es posible. “Compra carnes naturales, vegetales frescos, quesos maduros para comer antes, y evita las salsas barbacoa, que son puro azúcar con saborizantes artificiales. Ve a por los condimentos naturales como el tomillo, ajo, pimiento, tomate, etcétera”, aconseja el doctor.

Una persona prepara hamburguesas en una barbacoa / UNSPLASH
Una persona prepara hamburguesas en una barbacoa / UNSPLASH

¿Y en cuanto a vino y cerveza? El experto lo tiene claro: “Tómate una o dos copas de vino, no 17. Lo mismo con la cerveza. Moderación. Si quieres comer un postre, compártelo. Uno puede comer de todo, pero poquito”.

¿Y en un chiringuito?

Alimentarse mal por costumbre e ir al chiringuito, “es como encender una hoguera con papel: se producirá una gran llamarada”, advierte Jaramillo.

El chiringuito Beso Beach de Formentera / BB
El chiringuito Beso Beach de Formentera / BB

“Si tienes buenos hábitos, un buen estilo de vida, haces ejercicio, cuidas tu sueño y tus emociones, y te vas a un chiringuito a darte un gusto, no por presión, y lo haces de vez en cuando, es como acercar el periódico a una hoguera apagada”, explica el doctor, quien asegura que las festividades son 20 días al año, por lo que, si la persona se cuida los otros 345 días, “no pasa absolutamente nada” por darse un placer de vez en cuando en el chiringuito.

En el avión es más complicado

Después de tantísimas críticas, hay algunas aerolíneas que han mejorado su comida, pero “son las menos”, apunta el doctor, quien asegura que en los vuelos cortos no come nada, un café, a lo sumo.

El doctor Carlos Jaramillo después de una carrera / CEDIDA
El doctor Carlos Jaramillo después de una carrera / CEDIDA

“De esto que pasan, ¿qué me voy a comer? ¿La proteína de origen desconocido? ¿La ensalada con aceite de maíz y azúcar? Cuando tengo que coger un vuelo largo, me llevo mi propia comida en un táper”, se sincera Jaramillo, quien opina que las aerolíneas tienen una gran oportunidad para cambiar y mejorar su oferta gastronómica.