La elección de los alimentos que incorporamos a nuestra dieta diaria marca una gran diferencia en la salud de dientes y encías. Ayuda a evitar problemas que, si se descuidan, pueden derivar en patologías bucales más serias. Los expertos coinciden en que la prevención no solo está en la higiene, también en la cesta de la compra.
El odontólogo Iván Malagón explica cuáles son los productos que conviene potenciar y cuáles es mejor limitar. Una guía para entender cómo ciertos nutrientes fortalecen el esmalte, contribuyen a un aliento fresco o, por el contrario, pueden erosionar y manchar los dientes.
Verduras y frutas: los aliados naturales de la higiene bucal
Los vegetales crujientes ayudan a eliminar restos de alimentos que manchan los dientes. Zanahoria, rábano y manzana limpian la placa bacteriana mientras que el apio combate el mal aliento.
Las manzanas, las uvas y las fresas son esenciales. La pera, la sandía o el kiwi limpian dientes y encías y, por su parte, los limones son unos blanqueadores naturales. Otros alimentos beneficiosos para la higiene bucal son:
- Lácteos: yogur, leche y queso limpian dientes y combaten el mal aliento gracias al ácido láctico.
- Fósforo: imprescindible para la estructura dental. Se encuentra en huevos, leche, pescado, legumbres, nueces y calabacín.
- Chocolate: la teobromina en el chocolate mineraliza el esmalte y reduce la sensibilidad dental.
- Especias: perejil, albahaca, menta y jengibre contrarrestan el mal olor de ajo y cebolla.
Bebidas y caprichos que no dañan la sonrisa
Las especias frescas como el perejil, la albahaca, la menta o el jengibre son pequeñas pero poderosas aliadas. Su capacidad para contrarrestar los olores fuertes -como los del ajo y la cebolla- las convierte en un recurso natural para mantener un aliento fresco. Además, aportan antioxidantes que favorecen la salud de las encías.
En cuanto a las bebidas, las infusiones, especialmente el té verde, destacan por sus propiedades antioxidantes y por su potencial para combatir enfermedades periodontales. Incluso ciertos caprichos pueden ofrecer beneficios. Por ejemplo, el vino tinto, en cantidades controladas, ayuda a prevenir las caries, y la cerveza fortalece los dientes y combate bacterias. El chocolate vuelve a aparecer aquí como una opción dulce sin remordimientos siempre que se consuma con mesura.
Los alimentos que conviene limitar: ácidos, azúcares y colorantes
No todo vale en una dieta saludable para la boca. Algunos alimentos pueden comprometer el esmalte y favorecer la aparición de manchas o caries. Es el caso de los chips y las conservas, cuyo contenido en ácidos o textura abrasiva acelera el desgaste.
También conviene controlar el consumo de fibra industrializada, que puede bloquear la absorción de calcio, y de salsas como el kétchup, la soja o el vinagre balsámico, todas ellas capaces de teñir el esmalte. Otros productos a evitar son:
- Zumos: el ácido de los cítricos daña el esmalte. Se recomienda mezclar con frutas menos ácidas.
- Bebidas carbonatadas: desmineralizan el esmalte, por lo que es recomendable enjuagarse tras su consumo.
- Temperatura de los alimentos: evitar extremos de calor o frío para prevenir sensibilidad dental.
- Azúcar: reducir el consumo para evitar caries; optar por miel como edulcorante natural.
- Café: tiñe el esmalte, así que no se debe abusar.
- Vino tinto: aunque es beneficioso con moderación, sus pigmentos pueden manchar los dientes.