Las cosas que no debería hacer tu pareja si quieres tener una relación duradera, según la psicología
Los psicólogos desmontan el mito de la 'media naranja' y explican por qué una relación sana no debe ser tu única fuente de felicidad y apoyo emocional
Durante décadas hemos crecido bajo la idea romántica de encontrar una media naranja, esa persona que debería completarnos y satisfacer todas nuestras necesidades emocionales. Sin embargo, los expertos en bienestar emocional advierten que este mito puede convertirse en una fuente constante de frustración y decepción.
Pretender que una sola persona sea fuente de compañía, pasión, comprensión y apoyo incondicional es, según los psicólogos, una expectativa irreal que acaba debilitando los vínculos en lugar de fortalecerlos.
Las 3 cosas que no debería hacer tu pareja si queréis durar
Así lo confirma la psicóloga popular en redes sociales Elizabeth Clapés, quien explica en su pódcast Taycomosomos las cosas que no debería hacer tu pareja si quieres tener una relación duradera:
1. Tu pareja no puede tener la empatía de tu mejor amiga.
2. Cuidarte como tu madre.
3. Darte el amor de la forma en la que tú quieres sin explicarle antes qué necesitas o de dónde vienes.
La psicóloga Elizabeth Clapés ha hablado en varias ocasiones sobre este fenómeno que cada vez lapida más relaciones de pareja, que es el de pretender que tu pareja supla todo. A continuación te revelamos la lista de cosas que no debería hacer tu pareja si quieres tener una relación duradera y sana.
El peso de las expectativas irreales
La especialista recuerda que el amor no consiste en encontrar a alguien que te lo dé todo, sino de construir una relación equilibrada con alguien que complemente nuestra vida, no que nos dé todos los componentes para que dejemos de construir vínculos sanos y satélites en nuestra vida. Una pareja no ha de sustituir o llenar todo lo que ansiamos o nos falta.

Muchas veces, las decepciones amorosas no llegan con una ruptura, sino con la frustración silenciosa de quien siente que el otro “no está cumpliendo las expectativas depositadas por nuestras propias proyecciones”. Pero el problema, en la mayoría de los casos, no es la pareja, sino el guion previo que habíamos imaginado en nuestra mente sobre cómo nos gustaría que fuera esa persona.
Cuidar otros vínculos también fortalece la pareja
Pero lo cierto es que esta no siempre cumple con lo que imaginamos que pasaría, máxime si exploramos desde el convencimiento férreo de la idea de que nuestra pareja debe ser nuestro todo. Esto solo nos lleva a un tipo de dependencia emocional que limita tanto el crecimiento individual como el de la relación.

Es importante seguir cuidando de tus demás relaciones aun teniendo pareja porque las necesitas
Clapés insiste en la importancia de mantener activas las demás relaciones, incluso cuando se está en pareja. “Es necesario seguir cuidando de tu gente”, afirma. La especialista explica que compartir la carga emocional con diferentes personas no debilita el vínculo romántico, sino que lo hace más sólido.
Cosas que debería hacer tu pareja si queréis tener una relación duradera
“Cuanta menos presión depositamos en la relación, más libertad y bienestar encontramos en ella”, añade. El amor adulto, el que nace desde la madurez, no busca una fusión total ni una exclusividad absoluta.
La calidad real de una relación se mide por el grado de implicación que tiene tu pareja en el vínculo. Partiendo de estos tres puntos esenciales:
1. La presencia.
2. La atención.
3. La autenticidad del vínculo.

El peligro de las exigencias imposibles
Colocar en la pareja todas nuestras fichas emocionales es una carga difícil de sostener. Esperar que la otra persona sea confidente, guía, cuidador, motivador y amante a la vez es un desafío inalcanzable que, tarde o temprano, termina en decepción.

Clapés lo resume así: “Tu pareja no puede dártelo todo, y sería injusto pedírselo. No se puede exigir que alguien cubra todas tus necesidades y culparle cuando no lo consigue. Vivir bajo esa presión es agotador”.
Pedirle a alguien que lo sea todo es injusto. Aprender a ser nuestro propio centro y a rodearnos de afectos diversos es el mayor acto de amor que podemos ofrecer
Esta búsqueda de perfección constante no solo afecta a la pareja, sino también a nuestra autoestima. Cuando creemos que el amor debe compensar todas nuestras carencias, dejamos de mirar hacia dentro y de responsabilizarnos de nuestro propio bienestar. Aprender a reconocer qué necesitamos y de quién podemos recibirlo —una amiga, un hermano, un terapeuta, o uno mismo— es esencial para mantener relaciones sanas y realistas.
Un amor más libre y consciente
Aceptar que el amor no lo cubre todo no significa renunciar a la pasión ni al compromiso, sino entender que una relación equilibrada se construye desde la libertad y la colaboración, no desde la exigencia. Necesitamos más de una mirada sobre nuestra vida, más de una voz que nos acompañe. La diversidad de vínculos —amistades, familia, trabajo— es lo que nutre nuestro bienestar emocional y nos permite ser personas completas dentro y fuera de la pareja.
Hay algo profundamente liberador en dejar de buscar la pareja perfecta y empezar a construir una relación real. El amor más sano no pretende llenar los vacíos, sino acompañar en el camino. Amar desde la madurez implica reconocer nuestras propias necesidades y permitir que la otra persona sea lo que es: alguien que comparte, que suma y que nos elige sin el peso de serlo todo.



