La importancia del descanso: cómo garantizar un sueño reparador para una salud óptima
Francisco Segarra, experto en el diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del sueño del Centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud, explica la vinculación entre el descanso y la salud

A pesar de que fue uno de los autores de su época que más tiempo dedicó a escribir (poemarios, novelas, obras de teatro y un torrente de artículos y ensayos), estimulado por una ardiente inquietud intelectual, Miguel de Unamuno conocía la importancia del descanso. Al pensador y rector de Universidad de Salamanca se le atribuye la siguiente frase: “Como estoy descansando, no tengo tiempo para trabajar”.
Puede parecer una reflexión casi revolucionaria en un mundo que ensalza el trabajo y la productividad constante, a pesar de sus consecuencias. Así, el verdadero descanso se ha convertido en un oasis esquivo, a veces incluso en un lujo poco accesible en la vorágine conformada por la tecnología, las exigencias profesionales y una oferta de entretenimiento que nunca duerme.
Descanso de los españoles
De hecho, el 54% de la población española duerme menos de las horas recomendadas, según Sueño & Mood de percepción sobre rutinas del sueño y su impacto en el día a día de los españoles, un análisis impulsado por Bayer. Además, el 49% reconoce haber tenido algún problema de somnolencia fuera de los horarios o lugares habituales.

A la par, según el estudio World Mental Health Day de Ipsos, el 60% de los españoles declara que el estrés afecta a su vida diaria. La cifra que refleja el Barómetro global del talento 2024 es aún mayor: muestra que el 70% de los españoles siente "mucho" estrés en su puesto de trabajo.
Relación entre sueño y salud
Francisco Segarra, Psicólogo y Somnólogo acreditado por la European Sleep Research Society (ESRS) como Experto en Medicina del Sueño, explica a Consumidor Global que ambos temas están relacionados.

“Actualmente el sueño es considerado, junto con una alimentación adecuada y el ejercicio físico regular, el 3º pilar de la salud. El sueño juega un papel fundamental en nuestro bienestar físico y emocional. No es posible encontrarse bien si se duerme menos de lo necesario y/o el sueño es de mala calidad”, expone.
Insomnio y otros problemas
Las cifras que aporta el doctor tampoco son tranquilizadoras: “Se estima que aproximadamente el 30% de la población general tiene problemas de sueño que incluyen Insomnio, Síndrome de Apnea/Hipopnea del sueño, Síndrome Piernas Inquietas, entre otros muchos”, indica.
En cuanto a los grupos de edad más sensibles, revela que, en general, a medida que avanzamos en edad aumenta la prevalencia de trastornos del sueño. “Y si hablamos específicamente del insomnio, se observa más prevalencia en mujeres”, detalla Segarra.

Más probabilidades de sufrir enfermedades
A menudo, la trascendencia de estas problemáticas se infravalora. Y es que el déficit crónico de sueño se traducirá en más probabilidad de alteraciones cardiovasculares, diabetes tipo 2, depresión del sistema inmune, más prevalencia de algunos tipos de cáncer, trastornos de ansiedad/depresión e incluso se ha relacionado la falta de sueño con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Por otra parte, Segarra apunta que la calidad del descanso se trabaja durante toda la jornada. “El sueño lo vamos preparando lo largo del día de forma que, nuestro estilo de vida, los hábitos y rutinas que tenemos durante la vigilia tendrá un impacto directo en nuestro sueño nocturno”, indica.
Hábitos
En este sentido, el experto apunta que algunos de los hábitos que no facilitan un buen descanso nocturno son la vida sedentaria, la alimentación inadecuada o en horarios irregulares, el consumo excesivo de estimulantes, la falta de exposición a la luz natural durante el día (especialmente por la mañana) o bien la exposición a la “luz azul” de las pantallas por la noche.

Igualmente, la utilización de dispositivos como móviles o tablets en la tarde-noche dificulta la conciliación del sueño “porque impiden que la glándula pineal segregue Melatonina, neurohormona inductora del sueño”, arguye el especialista de Olympia. “Además de la estimulación lumínica, utilizar estos dispositivos –por ejemplo, las redes sociales- produce también una estimulación cognitiva que dificulta el sueño”, agrega.
Importancia de los alimentos
Y, si hay aparatos a evitar, también conviene desterrar cenas copiosas. “Los alimentos muy condimentados y las carnes rojas dificultarán el buen descanso”, asegura Francisco Segarra. En cambio, los alimentos ricos en triptófano –precursor de la serotonina- pueden favorecer el sueño nocturno.
Entre estos alimentos figuran las semillas de calabaza, carnes como el pavo y el pollo, el atún, las espinacas o la soja. Más allá de estos víveres, hay personas que ponen el foco en los suplementos vitamínicos, pero el experto considera que su efectividad “dependerá del tipo de persona y del tipo de patrón de sueño”.

Ejercicio físico y relajación
Lo que sí es “un excelente aliado del sueño y de la salud en general” es practicar ejercicio físico con regularidad, si bien el especialista apunta que conviene evitar el de alta intensidad a última hora del día, ya que puede dificultar la conciliación del sueño.
Por último, el experto de Olympia recomienda dormir en habitaciones con la máxima oscuridad posible y reconoce que hay muchas técnicas de relajación muy útiles para mejorar la calidad del sueño, “pero quizás el Mindfulness es una de las más respaldadas por la evidencia científica”.