El nuevo sistema de citas de Madrid reduce las listas de espera en 17 centros de salud

Se trata de una propuesta innovadora para agilizar la Atención Primaria y conseguir cuanto antes cita con el médico de familia

Un doctor en un hospital con lista de espera / FREEPIK
Un doctor en un hospital con lista de espera / FREEPIK

La Atención Primaria madrileña avanza hacia un modelo más dinámico con la implantación de un nuevo sistema de gestión de citas que ya funciona en fase piloto en 17 centros de salud. La iniciativa, desarrollada por la Consejería de Sanidad, introduce un cambio significativo en la organización tradicional de las consultas: cuando el médico de familia habitual no dispone de hueco en los cuatro días laborables siguientes, el sistema ofrece automáticamente una cita con el primer facultativo disponible del centro. El objetivo es claro: reducir los tiempos de espera para una consulta ordinaria y mejorar la capacidad de respuesta de los equipos de Atención Primaria ante una demanda creciente.

El contexto en el que nace esta medida explica tanto su necesidad como su urgencia. La sanidad madrileña ha experimentado en los últimos años un incremento notable en las solicitudes de cita, especialmente tras la pandemia. Los pacientes madrileños esperan una media de 9,20 días para acceder a su médico de cabecera, según el último Barómetro Sanitario. Además, un 24,5% de quienes intentan lograr una cita en su centro de salud deben esperar más de 11 días para conseguirlo. En una comunidad con más de siete millones de habitantes y una de las redes de Atención Primaria más extensas del país, cualquier actuación que permita reducir esos tiempos incide en la percepción de accesibilidad y calidad del sistema sanitario.

Mejor aprovechamiento de los recursos disponibles

El nuevo modelo busca aprovechar mejor los recursos disponibles sin aumentar la carga asistencial de los profesionales, ya que solo gestiona la ocupación de los huecos libres dentro de las 34 citas diarias asignadas a cada médico. Las agendas de los facultativos pueden generar huecos por diversas razones -ausencias, reajustes o variabilidad en la demanda de cada cupo-. El sistema tradicional obligaba a los pacientes a esperar exclusivamente a su médico de referencia, incluso cuando otros profesionales del mismo centro podían atenderlos antes. Con la nueva herramienta, estos huecos se convierten en oportunidades para dar respuesta más rápida a necesidades clínicas que no requieren necesariamente la continuidad estricta con el mismo profesional. Aunque el paciente conserva siempre la posibilidad de ver a su médico de familia, si acepta esperar a que haya hueco en su agenda.

Los primeros resultados del piloto apuntan a una reducción significativa de los tiempos de acceso a consulta. En los centros donde se está probando, el porcentaje de pacientes que logra una cita en menos de cinco días laborables ha aumentado, lo que contribuye a disminuir la presión acumulada en las agendas y a equilibrar la demanda. Para los usuarios, esto se traduce en una mayor capacidad de elección: quienes prefieren esperar a su médico de siempre pueden seguir haciéndolo, mientras que aquellos que priorizan rapidez encuentran una alternativa inmediata sin tener que recurrir a urgencias hospitalarias o a servicios extrahospitalarios.

Esta flexibilidad introduce un matiz importante. No se trata de sustituir la relación médico-paciente ni de eliminar la continuidad asistencial, uno de los pilares de la Atención Primaria, sino de ofrecer una opción complementaria para situaciones en las que la demora supone una barrera. Muchas consultas en los centros de salud -renovaciones de tratamientos crónicos estables, trámites administrativos, dudas puntuales o patologías de baja complejidad- pueden ser gestionadas de manera eficaz por cualquier médico del equipo. La posibilidad de ser atendido antes evita que pequeños problemas evolucionen o que el ciudadano acumule incertidumbre o molestias innecesarias.

Aprovechar mejor los recursos para una mayor eficiencia

Para los profesionales, el sistema también supone una oportunidad para reorganizar la actividad asistencial. La redistribución de citas permite que las agendas se ajusten de manera más equilibrada, reduciendo picos de saturación en determinados cupos. Esta reorganización interna contribuye a una mayor eficiencia del conjunto, sin necesidad de ampliar horarios ni de introducir medidas extraordinarias.

El piloto en los 17 centros de salud también está permitiendo identificar escenarios de mejora. Uno de los aspectos clave es la comunicación al paciente: explicar de manera clara que el sistema ofrece una alternativa, no una imposición. Para ello, la información disponible en las plataformas digitales, los mensajes de la aplicación de cita previa y la atención en los mostradores de los centros incluyen recordatorios de que el usuario puede elegir entre una cita más rápida o esperar a su médico habitual. Esta transparencia es esencial para que la medida sea comprendida y aceptada por la ciudadanía.

En términos globales, la iniciativa se enmarca en un proceso más amplio de transformación digital de la sanidad madrileña. La integración de nuevas herramientas de gestión y la automatización de procesos permiten avanzar hacia un modelo más dinámico, donde la tecnología facilita la toma de decisiones y mejora la experiencia del paciente. La cita automática con el primer facultativo disponible es un ejemplo de cómo la digitalización puede tener un efecto directo y tangible en la reducción de listas de espera, especialmente en el primer nivel asistencial, que actúa como puerta de entrada al sistema.

Monitorización de resultados

Otro elemento relevante es el seguimiento de resultados. La Consejería está monitorizando indicadores como los tiempos de espera medios, el porcentaje de citas dadas en menos de cinco días, la evolución de la presión asistencial en cada centro o la frecuencia de citas consecutivas por un mismo motivo clínico. Este análisis es fundamental para valorar el impacto real del sistema y para decidir si la medida debe ampliarse a toda la red de Atención Primaria en el futuro. Un despliegue más amplio se acompañaría de un refuerzo informativo y de procesos adaptados a la estructura de cada centro de salud.

A nivel asistencial, los profesionales destacan que la medida puede ser especialmente útil para la población joven y para los usuarios con consultas puntuales. En estos grupos, la continuidad estricta con un mismo médico tiene menos peso que en pacientes crónicos o en aquellos que requieren seguimiento estrecho. De hecho, la coexistencia de ambos modelos -rapidez y continuidad- puede contribuir a descongestionar las agendas de los médicos con mayor cupo de pacientes complejos, permitiendo que puedan dedicar más tiempo a quienes más lo necesitan. La Atención Primaria gana así en capacidad de respuesta y en equilibrio interno.

En paralelo, el sistema puede tener un efecto positivo sobre el uso de otros recursos sanitarios. Reducir los tiempos de espera en los centros de salud disminuye la probabilidad de que los pacientes acudan a urgencias por motivos que podrían resolverse en consulta ordinaria. También evita la realización de pruebas innecesarias o la duplicación de consultas por falta de acceso temprano. De esta manera, la medida no solo mejora la accesibilidad, sino que contribuye a un uso más racional y eficiente del conjunto del sistema sanitario.

Extenderse progresivamente a más centros de salud 

La experiencia acumulada en estos meses de prueba será determinante para definir los siguientes pasos. Si los indicadores mantienen su evolución positiva, el modelo podría extenderse progresivamente a más centros de salud, contribuyendo así a reducir las listas de espera en toda la región. Para los madrileños, la posibilidad de ser atendidos antes, cuando lo necesitan y sin sacrificar la calidad asistencial, representa un avance significativo. Y para el sistema sanitario, un paso más hacia la modernización y la gestión inteligente de sus recursos.

En un contexto de creciente demanda y de necesidad de respuestas rápidas, el nuevo sistema de citas se presenta como una herramienta útil para avanzar hacia una sanidad más accesible, más resolutiva y mejor adaptada a las necesidades de los ciudadanos. La Atención Primaria es el nivel básico asistencial, que garantiza la globalidad y continuidad de la atención a lo largo de toda la vida del paciente, actuando como gestor y coordinador de casos y regulador de flujos. En ello se implican diariamente más de 13.000 profesionales, sanitarios y no sanitarios, vinculados a la asistencia y también a la gestión, en los más de 430 puntos físicos diferentes en los que se presta la atención en toda la Comunidad de Madrid.