Ni bicarbonato ni limón: el ingrediente que suaviza tus toallas con ponerlo en la lavadora
En Consumidor Global te explicamos cómo devolver la suavidad a tus toallas, con ese aspecto tan mullido de los hoteles, con solo un ingrediente natural

¿Quién no recuerda cuando sus padres lo envolvían de pequeño con una toalla suavecita al salir del baño? Esa sensación de confort, suavidad y frescura inigualables, tanto que a uno le ataca la mente la sencilla pregunta de por qué a ti no te quedan igual las toallas cuando las lavas. ¿Pero entonces qué es lo que le echaba tu madre? Con el tiempo, muchas toallas pierden esa esponjosidad característica de recién compradas y se vuelven ásperas. ¡Algunas hasta rascan!
Tranquilidad, si lo que quieres es que tus toallas recuperen la textura suave de cuando le quitaste la etiqueta antaño, sigue estos trucos sencillos, asequibles y eficaces con los que lavar las toallas, esta vez sí va a tener buenos resultados.
Este es el ingrediente estrella para devolverle la suavidad a tus toallas
Las toallas de algodón tienen una pega, su rizo, tras varios lavados, puede volverse rígido o menos secante. Por ello, es útil conocer algunos trucos caseros que te ayudarán a mantenerlas en perfecto estado sin necesidad de gastar y probar con los suavizantes más caros del supermercado. Existen ingredientes naturales que pueden devolverles gran parte de su suavidad original simplemente añadiéndolos al compartimento del jabón en la lavadora.

Y es que hay un ingrediente estrella si ya notas que tus toallas salen del lavado demasiado acartonadas y han perdido su capacidad de absorción: el vinagre blanco es tu mejor aliado.

Con una sola taza -en torno a 250 ml- añadida junto al jabón en cada lavado, podrás recuperar su esponjosidad e incluso mejorar su capacidad de absorción.
Consideraciones del truco a tener en cuenta
¿Pero como va a ser esto posible pensarás? ¿A ver si va a ser peor el remedio que la enfermedad? Te lo explicamos, gracias a su acidez, el vinagre blanco elimina residuos de detergente acumulados en las fibras, lo que permite restaurar la textura original del tejido.

Para aplicar este truco, solo necesitas verter una taza de vinagre blanco en el compartimento destinado al suavizante y añadir detergente en su espacio correspondiente. Es recomendable lavar a una temperatura de entre 30 y 40 grados centígrados, evitando programas de agua demasiado caliente para no dañar las fibras.
Otros consejos para mantener la suavidad de las toallas
Las toallas nuevas suelen ser mullidas y agradables al tacto, pero con el tiempo y los lavados, pueden volverse menos suaves. Esto pasa especialmente si no se cuenta con una secadora y las tendemos de cualquier manera sobre los radiadores de casa o a la intemperie.

Para conservar su esponjosidad, sigue estas recomendaciones:
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No sobrecargues la lavadora: Llenar la lavadora en exceso dificulta el lavado y el enjuague adecuado de las toallas, afectando su suavidad y absorción.
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Elige el programa adecuado: Opta por ciclos cortos y con agua fría, ya que los lavados prolongados y con agua caliente pueden dañar las fibras.
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Evita el suavizante comercial: Aunque su nombre sugiera lo contrario, no es recomendable usar suavizante ni lejía. Si decides utilizarlo, hazlo en cantidades mínimas y solo después de varios lavados.
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Controla la cantidad de detergente: Un exceso de detergente no mejora la limpieza y, por el contrario, puede dejar residuos que endurecen el tejido.
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Sécalas a la sombra: Aunque es común colgar las toallas al sol, esto puede endurecerlas. Es mejor secarlas en una zona bien ventilada pero a la sombra.
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Sacúdelas antes de tenderlas: Agitar las toallas antes de colgarlas ayuda a que las fibras recuperen su forma y evita que queden demasiado rígidas tras el secado.
Trucos caseros: los mejores remedios para tus toallas
Si tus toallas han perdido su suavidad, prueba estos métodos naturales para restaurarlas:
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Bicarbonato de sodio: Agrega una cucharada junto con el detergente para crear un suavizante natural. Además, el bicarbonato ayuda a eliminar malos olores, dejando las toallas frescas y agradables.

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Limón y vinagre para aclararlas: Para combatir el tono amarillento de las toallas, haz un prelavado con agua fría, un chorro de vinagre y unas gotas de limón. Deja reposar por 30 minutos, remueve ocasionalmente y luego enjuaga antes de lavarlas normalmente.

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Amoníaco y vinagre para manchas difíciles: Agrega medio vaso de amoníaco en el lavado y medio vaso de vinagre blanco en el aclarado para eliminar manchas persistentes.

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Aceites esenciales para un aroma fresco: Una vez secas, coloca unas gotas de tu aceite esencial favorito (lavanda, eucalipto, rosa mosqueta, etc.) en un pañuelo de papel y ponlo en la secadora junto a las toallas por unos minutos. Esto aportará una fragancia agradable y ayudará a mantenerlas suaves.

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Pelotas de tenis en la secadora, un buen “masaje” para tus toallas: Introducir un par de pelotas de tenis limpias en la secadora junto con las toallas ayuda a aflojar las fibras, recuperando su esponjosidad.

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Usa agua destilada en el último enjuague: Enjuagar las toallas con agua destilada puede ayudar a eliminar residuos minerales del agua dura que contribuyen a su aspereza.

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Evita el planchado: Si bien algunas personas creen que planchar las toallas puede suavizarlas, en realidad el calor extremo puede endurecer las fibras. Es mejor dejarlas secar naturalmente.

Siguiendo estos trucos, podrás devolverles la vida a esas toallas que pensabas desechar y disfrutar de su suavidad por mucho más tiempo. Cuidarlas adecuadamente no solo prolonga su durabilidad, sino que también mejora la experiencia de secado tras el baño.