El método de Barbara Allred, exjefa de limpieza de la Reina Isabel: "Un gesto sencillo y fácil"

Trucos de limpieza y organización inspirados en la realeza: descubre los mejores secretos de la exama de llaves de la Reina Isabel II para un hogar impecable

El método de Barbara Allred, exjefa de limpieza de la Reina Isabel / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL
El método de Barbara Allred, exjefa de limpieza de la Reina Isabel / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL

Puede que mantener una casa impecable no sea nuestra especialidad, pero si hay alguien con la autoridad para enseñarnos a dejar una habitación como de revista (o en este caso de palacio), esa es Barbara Allred, quien durante diez años dirigió el equipo de limpieza en Sandringham, la querida residencia rural de la reina Isabel II, en la que se instalaba cada cierto tiempo.

Trucos de limpieza y orden dignos de una casa real, según la exama de llaves de la Reina

Cuando imaginamos una vivienda real, nos vienen a la mente salones majestuosos, tapizados sin una arruga y vajillas que parecen recién estrenadas. Reproducir ese nivel de perfección en casa puede parecer imposible, pero con algunos hábitos y trucos —y un poco de paciencia— es posible acercarnos a ese ideal de armonía y pulcritud.

Consejos de limpieza con el sello de la realeza

Barbara recuerda bien un incidente que le dejó una lección imborrable: una empresa externa devolvió la ropa de cama tan rígida por el exceso de almidón que las servilletas resultaban incómodas. Durante la cena, la Reina comentó con ironía británica: “Barbara, estas servilletas están tan duras que podría cortarse el labio”. No fue un regaño, pero bastó para que nunca se repitiera.

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Barbara Allred, jefa de limpieza en Sandringham durante una década, instruye a amas de casa / The Sun

Según Barbara, la clave de una relación profesional exitosa dentro del hogar está en saber mantener los límites. “Nunca llames a tu jefa por su nombre. No eres su amigo”, afirma. Aunque la Reina se interesaba por su familia, sabía mantener siempre el trato formal.

1. Cómo tender una cama con precisión milimétrica

Cada mañana, Barbara dedicaba cerca de 20 minutos a preparar la cama en Sandringham. ¿El objetivo? Que luzca tan atractiva que invite a tumbarse de inmediato. Las sábanas deben quedar perfectamente lisas, bien estiradas y metidas con esquinas en ángulo, casi como una figura de origami. La colcha, por su parte, se pliega en tres partes, en forma de acordeón.

Detalles que marcan la diferencia

Actualmente, Barbara es formadora en The English Manner, donde transmite su conocimiento a futuros mayordomos y amas de llaves del más alto nivel (que se forman allí para ser aptos para trabajar en casas reales o viviendas de millonarios de la jet set más exclusiva). Y tiene ojo para todo: incluso los cojines decorativos deben estar perfectamente alineados en la cama, con las rayas en la misma dirección.

  • Simetría absoluta: La distancia entre la cama y las mesillas debe ser igual a ambos lados. Las lámparas, bien centradas y alineadas.

  • Limpieza de paredes: Usa una esponja apenas humedecida para quitar marcas de dedos alrededor del cabecero.

  • Bombillas limpias: Barbara no deja ni los insectos atrapados en el interior de las bombillas; las desenrosca y limpia con dedicación… ¡Por si las moscas! Digo… ¡Por si acaso!

2. El baño, reluciente como un salón de gala

Para dejar los grifos libres de cal, Barbara prepara una mezcla de 2 cucharadas de sal con 1 cucharadita de vinagre blanco. Se aplica con un cepillo de dientes o bastoncillo, y para los desagües, un cepillo de botellas va perfecto. Aplica la pasta sobre la zona, deja reposar durante 10 minutos y frótala para devolverle el brillo original.

El truco para un inodoro impecable: guantes, una esponja exclusiva para esa zona y limpieza manual bajo el borde. Nunca uses lejía si quieres conservar el brillo de la porcelana. Para el moho, mezcla bicarbonato con zumo de limón, aplícalo, deja actuar dos horas y luego aclara.

¿Un toque de hotel cinco estrellas? El papel higiénico siempre debe desenrollarse por delante, con el extremo doblado en triángulo para señalar que el baño ha sido recién higienizado.

Toallas: doblado con intención

Dobla las toallas en tercios a lo largo antes de colgarlas. Si las vas a guardar, dobla de nuevo en tercios o cuartos, según el tamaño. Almacénalas con el pliegue hacia fuera, agrupadas por tamaño y función.

3. Cómo poner la mesa al estilo aristocrático

  • Sitúa cada plato a una pulgada del borde de la mesa.

  • Los cubiertos deben alinearse con precisión: base recta, cuchara y tenedor de postre en la parte superior del plato.

  • El plato pequeño se ubica a las 10 en punto respecto al principal, y las copas (blanca a la izquierda, tinta a la derecha) a las 2 en punto.

  • El color del mantel es opcional, pero la cristalería debe brillar sin marcas. Sostén las copas por la base, nunca por el borde al hacer esta minuciosa tarea de abrillantado.

  • Vino tinto: Copa más grande, a la derecha.

  • Vino blanco: Copa más pequeña, a la izquierda.

  • Cubiertos para postre: Arriba del plato principal.

4. El limón: el aliado secreto de la limpieza

Barbara confiesa que unas pocas gotas de limón pueden ser más efectivas que muchos productos de limpieza. Gracias a sus propiedades antifúngicas, el limón combate el moho en zonas húmedas y mantiene las superficies frescas y relucientes.

Para limpiar el microondas y eliminar olores, coloca medio limón en un recipiente con agua y caliéntalo durante tres minutos a máxima potencia. El vapor reblandecerá la suciedad, facilitando la limpieza.

5. Fuera telarañas y polvo sin dañar objetos

Empieza desde el techo y avanza de forma metódica hacia abajo. Usa un cepillo adecuado para telarañas y, para superficies ornamentadas, un trapo húmedo (nunca seco). Para marcos antiguos, Barbara recomienda cepillos de pelo suave, uno distinto para madera y otro para metal.

Al limpiar muebles y cristales, no pulverices directamente el producto. Rocía un paño suave y pásalo con delicadeza. Este truco evita daños y asegura un acabado perfecto.

6. Plata que brilla sin esfuerzo

Para pulir la cubertería de plata, opta por espuma en lugar de líquidos agresivos. Humedece una esponja, frota el producto hasta generar espuma y aplícalo con suavidad. Si hay grabados, mejor usar bastoncillos de algodón (sí, de esos para las orejas). Después, lava con agua tibia y jabón, y seca con un paño sin pelusa para un brillo perfecto.