La caída de Shein y Temu continúa
Las descargas de ambas aplicaciones de moda se desploman a causa de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

En apenas tres semanas, el brillo de dos gigantes del comercio electrónico chino se ha atenuado de forma abrupta en uno de sus mercados más estratégicos: el de Estados Unidos.
Temu y Shein, conocidas por ofrecer productos de bajo coste con envíos ultrarrápidos desde Asia, han sufrido un desplome inédito en sus cifras de descargas tras el anuncio del expresidente Donald Trump sobre una nueva batería de aranceles que reconfigura el tablero global del comercio digital.
El puesto 84 y 85
El 2 de abril, día del anuncio, Temu ocupaba la quinta posición entre las aplicaciones más descargadas en Estados Unidos. Hoy, figura en el puesto 84. Shein, que en esa misma fecha se encontraba en el lugar 14, ha descendido hasta el 85.

El dato, recogido por la firma de análisis The Marketplace Pulse, ilustra un giro súbito en las preferencias del consumidor estadounidense, presionado por la incertidumbre en los precios y un posible encarecimiento de los productos importados.
La demanda no ha desaparecido
La caída no obedece a una pérdida de interés repentina. Según el informe, “la demanda no ha desaparecido”, pero los consumidores comienzan a reaccionar con cautela ante un escenario donde los precios de productos procedentes de China podrían dispararse, rompiendo el delicado equilibrio que durante años permitió el auge de estas plataformas: moda rápida, electrónica barata y envíos sin coste arancelario.
Este viraje coincide con un punto de inflexión regulatorio. El próximo 2 de mayo entrará en vigor el fin de la exención conocida como “de minimis”, un mecanismo que permitía a millones de productos –cuyo valor individual no superara los 800 dólares– ingresar al país sin aranceles. Esta excepción ha sido clave para la competitividad de plataformas como Shein y Temu, cuyo modelo de negocio se apoya precisamente en el volumen y el bajo precio.
Redibujar las reglas del consumo
Aunque la medida fue presentada como parte de un paquete de protección al empleo y la industria local, su impacto se extiende mucho más allá de las fronteras económicas. Supone también un desafío geopolítico: restringe la influencia de gigantes tecnológicos chinos y, de paso, redibuja las reglas del consumo en la era digital.
En este contexto, los consumidores estadounidenses parecen volver la mirada hacia opciones locales, aunque en muchos casos eso implique renunciar a precios imposiblemente bajos. El desplome de Shein y Temu en las listas de descargas no es un fenómeno aislado. Es el síntoma visible de una nueva fase en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Una guerra que, esta vez, se libra en los bolsillos (y en las pantallas) de millones de consumidores.