El dilema ético de comprar la ropa en Primark
La firma de moda 'fast fashion' está adoptando medidas más responsables con el cuidado del medio ambiente, pero continúa utilizando prácticas cuestionadas por algunos consumidores

Primark no necesita presentación. La marca irlandesa de moda rápida está presente en todo el mundo y atrae a millones de clientes gracias a sus precios bajos. Sus tiendas siempre están llenas y la tentación de llevarse una bolsa cargada de ropa por poco dinero es difícil de resistir.
Pero cada compra esconde un debate incómodo. Los precios tan reducidos despiertan dudas sobre cómo se produce la ropa, qué impacto tiene en el planeta y qué condiciones laborales existen detrás. Surge entonces una pregunta inevitable: ¿debemos sentirnos culpables por comprar en tiendas como Primark?
El impacto químico de la moda barata
Comprar una camiseta por cinco euros o un pantalón por doce parece una ganga. Sin embargo, para que ese precio sea posible hay que recortar en muchas partes del proceso de fabricación. La ética no suele ser la prioridad.

Muchas cadenas de moda rápida, entre ellas Primark, recurren a fábricas que emplean productos químicos. Estas sustancias contaminan el suelo, afectan a plantas y animales y consumen enormes cantidades de agua. Así lo advierte el medio británico Anything Goes.
Consumir más por pagar menos
Los precios tan bajos animan a comprar de más. Llenamos el armario de prendas que apenas usamos y que terminan en un vertedero cuando dejan de estar de moda. El impacto medioambiental es evidente.
Además, la calidad no acompaña. Las camisetas y pantalones duran poco y obligan a los consumidores a reponerlos con frecuencia. Comprar barato acaba saliendo caro para el planeta (y el bolsillo).
Dónde se fabrica la ropa de Primark
La mayor parte de la ropa de Primark se fabrica en Bangladesh, India, Pakistán o China. Según The Guardian, en 2019 el salario mínimo en Bangladesh para un trabajador textil era de 8.000 takas al mes, apenas 56 euros.

La mano de obra barata es uno de los pilares de la moda fast-fashion. Aunque existe más conciencia sobre salarios justos y derechos laborales, la brecha entre las condiciones de Oriente y Occidente sigue siendo enorme.
¿Puede el 'low cost' ser sostenible?
Primark asegura tener un plan para cambiar. Bajo el programa Primark Cares, la marca se compromete a reducir su huella ambiental, alargar la vida útil de las prendas y mejorar la situación de los trabajadores. Los objetivos están fijados para 2030.

En 2025, la compañía promete ropa más duradera y procesos más responsables. "Estamos en pleno proceso de cambio en la forma en que diseñamos y confeccionamos nuestra ropa", afirman. Pero aún queda mucho camino por recorrer para que el low cost sea, además, sostenible.