Pino Montesdeoca, alto y claro sobre la moda: "La belleza está en el ojo de quien la admira"
Pino Montesdeoca rompe estereotipos en la moda y demuestra que la belleza y el estilo no tienen edad

¿Alguna vez has sentido que no eres suficiente? Posiblemente, tú también hayas pensado que no perteneces al mundo lleno de cánones y clichés que se vende como abierto, pero que en el fondo se mueve entre las placas arquitectónicas de lo que socialmente está “bien” o “mal” visto.
Con una melena plateada que hipnotiza, una elegancia natural imposible de ignorar y una energía que desarma, Pino Montesdeoca se ha convertido en la musa inesperada de la moda contemporánea pese a su edad. Y decimos "pese a" porque es lo que la sociedad le hizo creer hasta que empezó a no tener miedo y a redescubrir su belleza y su pasión por la moda gracias a una simple casualidad.
Su historia no sigue las normas tradicionales del éxito: comenzó a desfilar pasados los 50, y hoy es el rostro de campañas, editoriales de belleza y ahora, también, autora de un libro inspirador que nos recuerda que "la actitud lo es todo". A medio camino entre ser modelo y una filósofa de la reivindicación de la madurez y lo cotidiano, Pino ha hecho de su autenticidad una bandera. Su libro La edad es un número. La actitud lo es todo, no es solo un testimonio vital, sino también un llamado a todas las mujeres a reconciliarse con su reflejo, con sus años y con su historia.
Pino Montesdeoca, la mujer que está redefiniendo la moda
Su rostro refleja una vitalidad incapaz de esconderse, ya lo decía Lola Flores: “El brillo de los ojos no se opera”, y en esa frase resumió lo que las agencias han visto en esta modelo entrada en años: autenticidad.
Su forma positiva de ver la vida la ha hecho catapultarse a lo más alto: “En vez de dejarme llevar por los días grises, decidí apostar por una mirada luminosa. No es que no me enfade o no tenga días malos… es que elegí vivir desde otro lugar”, comparte en exclusiva sobre esa energía y ganas de vivir la vida que le han valido para no tener al rechazo en ningún casting de pasarela.
De profesora a la pasarela por una casualidad
Dejó su carrera como profesora en Suecia, vivió en los Balcanes, fue mánager de un CEO en las Bahamas y, cuando la vida la empujó a comenzar de nuevo debido a una enfermedad que la trajo de vuelta a España, Pino lo hizo con tacones y en una pasarela.
“Mi yerno me hizo unas fotos y sin pensarlo terminaron en manos de una agencia. Desde entonces, no he parado”, recuerda entre risas. Y lo cierto es que no miente: Teresa Helbig, Ángel Schlesser o Fernando Claro han confiado en su presencia poderosa para mostrar sus creaciones.
Pero Pino no es simplemente una modelo. Es un símbolo de libertad, estilo y reinvención, una mujer que rehúye etiquetas como “moda silver” o “madurez elegante”. “¿Silver? ¿Dorado? No sé ni de qué color son mis canas… Lo que sé es que cada mujer merece brillar a su manera, sin necesidad de disfrazarse, para gustar”, afirma con esa mezcla de ironía y ternura que la caracteriza.
Desafiando clichés, inspirando generaciones
En una industria que durante décadas ha venerado la juventud casi como un requisito, el fenómeno Pino demuestra que la moda empieza a abrir los ojos a otras formas de belleza. “Lo que antes parecía impensable -ver mujeres de 50, 60 o incluso 80 años en portadas- ahora se celebra. Aunque aún queda mucho por hacer”, apunta.
Para ella, el gran tabú sigue siendo la edad: “Se nos exige envejecer con gracia, pero sin mostrarlo. Y si lo haces, ya no eres simplemente una mujer, eres ‘una señora conservada’, ‘una abuela cool’ o ‘una vieja con estilo’… ¡Basta ya de adjetivos!”, explica muy crítica sobre los cajones en los que se nos intenta meter, siempre bajo una etiqueta.
Su belleza habla de alma: "La belleza está en el ojo de quien la admira"
Lejos de las fórmulas estéticas rígidas, Pino reivindica una belleza más emocional, más sensorial: “La belleza no es un molde. La belleza está en el ojo de quien la admira. Es una emoción, un temblor. Lo que a mí me parece bello puede no serlo para ti, y eso está bien. Lo importante es no vivir buscando encajar en la mirada ajena”. Una filosofía que aplica a su estilo, a su cuerpo, y también a su discurso en redes, donde se ha ganado miles de seguidoras que encuentran en ella un espejo posible y alentador.
Y su mensaje final es un regalo: “Mírate al espejo, sin filtros. Abraza cada arruga, cada curva, cada cicatriz. Ese cuerpo te ha traído hasta aquí. Cuídalo, respétalo, ámalo. Porque lo mereces, siempre”.