Una madre y su hija con parálisis cerebral, entre las víctimas del cierre de 360Clinics

Su historia pone rostro al escándalo que se extiende por toda España y que sigue el guion de otros fiascos, como Dentix, Idental o Centros Ideal, con tratamientos inacabados y deudas

Carolina Rodríguez y su hija Laura, entre las víctimas del cierre de 360Clinics / CEDIDA
Carolina Rodríguez y su hija Laura, entre las víctimas del cierre de 360Clinics / CEDIDA

“Como madre, probablemente me muera antes que ella y quiero que mi hija... Nadie se va a encargar de depilarla”. La voz de Carolina Rodríguez, de 60 años, es la de una madre que planifica el futuro con un realismo desgarrador. Su hija, Laura, tiene 33 años y parálisis cerebral

Hace un año y medio, la canaria firmó un contrato de 1.100 euros con 360Clinics para un tratamiento de depilación láser de cuerpo entero y facial. No era solo un capricho estético; era una póliza de cuidados futuros, un intento de “dejarla, por higiene y por todo, en condiciones para cuando yo no esté”.

Detrás de cada afectado, hay una vida

El dinero del tratamiento, financiado a dos años por Cofidis, era solo una parte del esfuerzo. “Tuve que hacer un trabajo previo con mi hija para que aceptara la situación”, relata. El proceso fue lento, gradual, una negociación constante con el dolor y el miedo. “Primero tienes que explicarle muy bien y que ella vea si le duele, si no le duele. Le dolía, pero le hacíamos juegos, le hacíamos bromas y así pudo encajarlo”. Laura, finalmente, asumió la rutina.

Tras unas diez sesiones espaciadas cada dos meses desde enero de 2024, los resultados empezaban a vislumbrarse. Pero el viernes pasado, 31 de octubre, cuando Laura tenía su próxima cita, la puerta del establecimiento ubicado en el centro comercial Alisios (Las Palmas de Gran Canaria) estaba cerrada. Un SMS de la franquicia le avisaba: “360Clinics le informa que está en proceso de reorganización interna y suspende temporalmente la actividad”. Madre e hija se sumaron así a la lista de los más de 1.500 afectados a nivel nacional, según diversas cuentas de redes sociales y foros. Porque detrás de cada número, hay una vida.

Mensaje del cierre temporal de 360 Clinics que recibieron algunos afectados
Mensaje del cierre temporal de 360Clinics que recibieron algunos afectados

Cierre de todos los centros de 360Clinics en España

La historia de Carolina Rodríguez y su hija pone rostro al escándalo que se extiende por toda España y que sigue el guion de otros fiascos sonados como los de Dentix, Idental o Centros Ideal. Lo que empezó con cierres en Tenerife, Gran Canaria, Ourense, Vigo, Sevilla, Granada, Madrid, Córdoba, Valencia, Elche y otras localidades, deja hoy un reguero de afectados.

La compañía, operando en sus últimos días bajo la denominación de EOS Clinics, echó el cierre definitivo dejando a centenares de clientes en el limbo: tratamientos a medias, dinero pagado y, en el peor de los casos, un crédito vinculado que se les sigue cobrando cada mes.

La situación económica de Carolina y Laura

Estamos las dos solas. Desde hace 31 años”, afirma. El padre de Laura “no existe”, ni económica ni personalmente. Rodríguez, además, tiene reconocida una incapacidad laboral. “Al final, pagas las secuelas. El traumatólogo de mi hija me dijo: 'En el futuro serás tú la paciente'. Y no se equivocó”, enfatiza.

Por eso financió los 1.100 euros. Aún le quedan seis meses de cuotas, unos 300 euros. “¿Ahora qué hago?”, se pregunta. “No puedo ir a otro sitio porque estoy pagando este. Me siguen cobrando”.

No es fácil cambiar de clínica para una persona con diversidad funcional

“No sé qué hacer”, confiesa esta madre coraje. “Si algún día puedo volver a hacerle el tratamiento a mi hija, sería volver a empezar. Volver a decirle que va a hacerse un tratamiento de depilación láser, que tenga feeling con la persona que se lo haga...”. 

Ese es el matiz que un cierre empresarial ignora. “No es como yo, que puedo ir otro sitio y ya está”, explica Rodríguez. “Las personas con discapacidad física y mental no tienen el protocolo de sentimiento como los demás. Si no le gusta la persona, se levanta y se va”, añade.

La orden interna: "Seguid vendiendo bonos"

Mientras la web de 360Clinics culpa del cierre al “impacto estructural provocado por la crisis sanitaria del Covid-19” y la “desconfianza en los mercados”, las investigaciones, confirmadas por Consumidor Global, revelan una realidad mucho más cínica. El colapso no fue una sorpresa para la dirección. Testimonios de extrabajadoras destapan el escándalo interno. 

Google informa de todos los centros de 360Clinics cerrados  temporalmente
Google informa de todos los centros de 360Clinics cerrados temporalmente

Gara Hernández, empleada en Santa Cruz de Tenerife, relató a Diario de Avisos un calvario de impagos y precariedad laboral. La dirección sabía que el barco se hundía. Pero la orden desde arriba fue clara: "Seguid vendiendo bonos”. Una práctica que se extendió hasta el último segundo. Afectados relatan cómo el mismo día antes del cierre les intentaban vender nuevos paquetes o les daban citas para meses vista, sabiendo que esa puerta ya no volvería a abrirse.

Doble castigo: sin servicio y con deuda

“Llamé a Cofidis y me dijeron que lo sentían mucho, pero que la deuda la tengo yo con ellos, no con la clínica 360Clinics”, lamenta Carolina. Es la trampa del crédito al consumo vinculado a servicios, en la que caen miles de consumidores. 

Sin embargo, la ley ampara al afectado. Iván Rodríguez, abogado de Legálitas especializado en consumo, aclara que los clientes con tratamientos financiados tienen derecho a paralizar los pagos si el servicio no se presta. Lo recoge el artículo 29 de la Ley 16/2011 de contratos de crédito al consumo. “No puedes simplemente dejar de pagar”, advierte el abogado. Primero, hay que reclamar formalmente a 360Clinics (mediante burofax u Oficina de Consumo). Solo con esa reclamación sin respuesta, se puede exigir al banco la paralización. 

“Una madre enfadada es muy peligrosa”

“Yo me enrabieto cuando hay abuso”, advierte Rodríguez. “La ley protege a este tipo de empresas y por eso lo pueden hacer. El consumidor está desprotegido. Deberían prohibirle a esta gente abrir ningún comercio más”, exige.

“Nunca he escondido las situaciones que le pasan a mi hija. Si tengo que tirar la isla abajo, la tiro”. Con 60 años y “dos vidas vividas en una sola cabeza”, Carolina Rodríguez está cansada, pero no vencida. “Una madre enfadada es muy peligrosa”, advierte. Y en España, ahora mismo, 360Clinics ha dejado a cientos de personas muy enfadadas.