La Sagra Session IPA: la cerveza toledana favorita de El Corte Inglés lanza su versión más frutal

Durante la Primera Guerra Mundial, una enorme cantidad de trabajadores británicos sudaba en las fábricas de armamento, mientras la sangre y las lágrimas eran para sus compañeros en el frente. En los descansos, muchos bebían cerveza en grupo, así que el Gobierno decidió intervenir para que estos descansos entre turnos no mermasen la productividad obrera. Así, se rebajó la graduación de la cerveza y nació el estilo Session.

En aquella época, la comarca toledana de La Sagra era eminentemente agraria, y el vino era mucho más popular que la birra. Sin embargo, hoy el nombre de la zona es también el de una casa cervecera joven y dinámica, que presenta una Session con 4,5 grados de alcohol. Menos graduación, todo el carácter.

Cervezas estacionales

“Tenemos diferentes lanzamientos estacionales desde hace 5 o 6 años”, cuenta a Consumidor Global Carlos García, CEO de La Sagra.

Mientras la de otoño lleva calabazas ecológicas recolectadas en la región, la de primavera es estilo Session Ipa: con un toque amargo, pero de baja graduación alcohólica, “bastante floral a nivel organoléptico, muy refrescante y apetecible cuando empieza el calorcito. Perfecta para brindar”, relata García.

Crecimiento exponencial en 2022

Cualquier excusa, una chorrada, es buena para hacerlo; pero la marca tiene motivos de sobra: La Sagra ha duplicado prácticamente su facturación en 2022, alcanzando los 17 millones de euros y vendiendo muchos más litros. Lo ha conseguido, además, en un año de sacudida inflacionista.

“Nosotros tenemos una corta historia, de 12 años en total, con una estrategia orientada a las cervezas de especialidad. En 2017 tuvimos el apoyo de una multinacional cervecera, Molson Coors, y eso nos dio la ambición de llegar a más y alcanzar nuevos objetivos”, describe García. Este apoyo, para una pequeña marca de cervezas “elaboradas 100 % con malta de cebada y sin aditivos, hechas buscando un aroma y sabor únicos”, supuso un espaldarazo.

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Subida en hostelería

A partir de ahí, crearon una “estructura sólida” para continuar creciendo, pero luego llegó el Covid y “unos años duros”, en palabras del directivo. Después del bache, las ganas de ocio y de salir subieron como la espuma, y La Sagra, reconoce García, vendió mucho más en hostelería.

“Eso no significa que este crecimiento no haya estado ligado al sufrimiento. No ha habido la rentabilidad deseada porque todas las materias primas que utilizamos se han incrementado, la luz ha subido de manera brutal, y hemos repercutido solo una parte”, describe. Su éxito, considera García, se debe en gran parte al saber hacer del equipo humano que hay detrás de la marca (también en el departamento de marketing, donde, dice García, ganan “guerra de guerrillas”) y a identificar bien dónde vender, tanto en distribución como en hostelería.

La cerveza de El Club del Gourmet de El Corte Inglés

En este sentido, comercializan en todos los supermercados (donde una lata de La Sagra Bohemia, su fórmula más comercial, cuesta en torno a 70 céntimos), pero se podría decir que son el ojito derecho de El Corte Inglés: La Sagra es la referencia protagonista en los grifos del Club Gourmet.

En estos espacios exclusivos hay, dice García, “un perfil de consumidor más abierto a probar cosas nuevas, quizá con un perfil sociocultural más abierto”.

Premios internacionales

Clientes, por qué no decirlo, acostumbrados a lo bueno (y a pagar por ello): La Sagra ha recibido varios premios internacionales, los últimos el año pasado. En total, la casa sumó más de una decena de medallas en 2022. La Sagra Premium Lager se coronó como la mejor cerveza en España y del mundo en su categoría, con dos oros en los World Beer Awards 2022.

Antes recibió una medalla de plata en el concurso Internacional de Lyon, y sendos bronces en la London Beer Competition y en el Barcelona Beer Challenge. “No solamente hablamos de la calidad de la cerveza nosotros, sino los expertos”, afirma García.

Tradición y modernidad

Lo que hace de La Sagra una cervecera especial, opina su fundador, es que es una fábrica de nueva generación nacida en el siglo XXI en una zona con tanta personalidad e historia como la comarca toledana de La Sagra. “Tenemos lo mejor de la tradición y lo mejor de la modernidad”, opina. “Todos los que conformamos el proceso somos jóvenes, sobradamente preparados, pero con una ilusión muy grande por empujar”, expresa.

Además, la mayor parte de los empleados son de la zona. La fábrica está junto a Yuncos, un pueblo de unos 10.000 habitantes a unos 30 kilómetros de Toledo, la urbe de las tres culturas, de la que García habla con pasión: “Para mí es la ciudad más bonita del mundo, con todo su arte y toda su historia, y estamos orgullosos de transmitir sus valores”, expresa. Ahí también juegan sus cartas: el de La Sagra fue el primer anuncio que los castellanomanchegos vieron en la televisión autonómica el 1 de enero de 2023.

Rutina y maridaje

García se dibuja a sí mismo como un tipo bastante normal. Su rutina, cuenta, consiste en llevar a los niños al colegio, acudir después a la fábrica y trabajar en jornada partida. “Procuro comer siempre en casa, en Illescas”, dice, y luego trabajar hasta las 7 de la tarde aproximadamente. “Una vida muy tranquila y también muy familiar”, describe. En cuanto a los gustos, aunque siempre aboga por que cada estilo de cerveza tiene un momento y un acompañante, para García el aperitivo perfecto con el que maridar una Sagra sería “algo saludable”, como “una buena tosta de jamón y aguacate”.

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Sea cual sea el acompañamiento de la birra, García cree que en España la cultura cervecera también sube. “Somos un país cervecero, a pesar de tener un producto tan histórico y de tan buena calidad como el vino. Asociamos la cerveza al ocio y quizá aun somos conservadores a la hora de probar algo nuevo, pero el consumidor hoy ya conoce que hay más estilos aparte de la lager”, relata. Incluso las grandes cerveceras se han pasado a producir IPA, apunta. Por eso, aunque “estamos muy lejos de la cultura cervecera de Alemania o Bélgica”, García cree que el consumidor ya no solo pide una caña en un bar, sino que se anima a precisar una marca o incluso un estilo.