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¿Tienes miedo? Así afecta a tu cartera de criptomonedas el ataque de Rusia a Ucrania

Los expertos creen que el Bitcoin puede salir reforzado de esta crisis y erigirse como una alternativa, aunque también recomiendan ser cautelosos

Juan Manuel Del Olmo

Dos criptomonedas / UNSPLASH

“Sentí una gran conmoción en la Fuerza, como si millones de voces gritaran de terror, y luego fueran silenciadas”. Lo sintió Obi-Wan Kenobi en Star Wars. Ahora, con la invasión de Ucrania, muchas otras voces gritan de pavor auténtico, los mercados internacionales tratan de ofrecer seguridad y algunas placas tectónicas se mueven más de lo habitual. En medio de la incertidumbre, las criptomonedas salen al paso y tratan de consolidarse como alternativa.

Hablamos con expertos sobre cómo pueden evolucionar estas divisas, si los inversores en bitcoin y ethereum perderán dinero y sobre cuál será su lugar en un contexto de transformación acelerada, en el que lo de contante y sonante cada vez es más etéreo.

Monedas para un sistema alternativo

Natalia Cugueró, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigadora en el ámbito de la ética de las organizaciones, cuenta a Consumidor Global que estas circunstancias críticas revelan el valor de las criptomonedas. “Aquello que es transparente, que es óptimo y que va de persona a persona, funciona”, argumenta. Por eso, cree que ahora se abre un abanico de posibilidades.

Una persona consulta la cotización de las criptomonedas / UNSPLASH

“En Ucrania hay mucha gente del sector crypto que trabajaba con normalidad antes de la guerra, y ahora han montado funds para las donaciones”, señala Cugueró. “Esto no es lo mismo que invertir en oro o en acciones. El objetivo real de las criptomonedas es hacer cosas, generar un sistema alternativo”, relata la profesora sin ocultar cierto entusiasmo. “Parece algo opaco, pero estamos viendo que se tiene acceso a todas las transacciones”, expone.

Resistencia de bitcoin y ethereum

La mayoría de expertos coincide en la dificultad de realizar un pronóstico. “Quien diga que sabe a ciencia cierta qué va a pasar, miente”, bromea Cugueró. No obstante, ella aventura que el valor del bitcoin y del ethereum, las dos divisas más fuertes, “subirá a largo plazo”. Por ello, augura que la gente no venderá ahora, al menos las personas que no busquen resultados inmediatos. Con el resto, no está tan claro. “Algunos proyectos se fusionarán, otros quizá desaparezcan… Pero ahora es cuando se ve su valor añadido”, cuenta. Sea como fuere, el 7 de marzo, el bitcoin volvió a descender.

Cugueró recuerda que esta criptomoneda  se desplomó a principios de 2022, y que hubo gente que no esperaba su recuperación. No pone el acento en el dinero, sino en la confianza. “Las personas que creen de verdad en lo que el sistema descentralizado significa harán hold”, dice Cugueró. Eso significa, en la jerga, que aguantarán, que conservarán sus activos en vez de vender.

Una persona paga con su tarjeta / PEXELS

Pagos en supermercados con criptomonedas

Adrián Bernabéu, inversor, fundador del Máster de Inversores y experto en crypto, relata a este medio que el rublo se ha devaluado mucho, lo que puede suponer un fortalecimiento de las criptomonedas. “Estamos viendo cómo en un contexto de guerra, el bitcoin sube”. Al igual que Cugueró, Bernabéu dibuja un panorama novedoso en el que estas divisas pueden mostrar su verdadero potencial. “Muchas empresas permiten ahora pagar directamente en criptomonedas. Funcionaría como una tarjeta prepago a través de VISA y Mastercard, vas al supermercado y en el momento de pagar, se hace el cambio de manera automática”, describe.

Según este inversor, aunque haya mucha gente que aún no tiene acceso a esta tecnología, esta guerra puede actuar como un acelerador de tendencias. Y el experto confía en que prevalezcan los aspectos positivos. Cuenta, por ejemplo, que los ucranianos que deseen huir y teman llevarse su dinero, podrían convertirlo en estas divisas y recuperarlo cuando estén en un país más seguro. También los rusos que estén en contra de las acciones de Putin podrían donar a la causa ucraniana a través de las criptomonedas sin miedo a las consecuencias: no podrían ser rastreados. Así, esta coyuntura insufla un aire romántico a algo que, hasta ahora, parecía nebuloso y temerario.

Símbolo del bitcoin / UNSPLASH

Posibilidad de enriquecerse

En todos los contextos críticos hay alguien que puede sacar beneficio en medio del drama. Sucede en todas las guerras: estraperlo, tráfico, mercado negro. “Siempre que hay crisis hay soluciones, y con esas soluciones, hay personas que se pueden lucrar”, admite Bernabéu. Este experto dice, abiertamente, que, en estos momentos, habrá gente que “se suba al carro”.

No obstante, según Bernabéu, también hay quien hace dinero con esta invasión por los cauces habituales. EL 27 de febrero, BP anunció que vendía el 20 % de sus acciones. “Hay personas que pueden apostar por la pérdida, es poco ético, claro, pero existe”, cuenta.

Matemáticas y tecnología

Ismael Santiago, doctor en finanzas y profesor de en la Universidad de Sevilla, explica el tema en coordenadas geopolíticas: “Todo esto tiene que ver, al final, con la intención de derribar el dólar como moneda hegemónica”, expresa. Desde la invasión de Crimea, cuenta, Rusia ya utiliza blockchain, y ahora, tras su expulsión del sistema Switf (“lo que funciona como el WhatsApp de los bancos, para que puedan comunicarse entre ellos”, aclara), hay un pulso por ver si las criptomonedas pueden erigirse como alternativa. Y, aunque a marchas forzadas, cree que así es.

Militares ucranianos en un puesto de control al este de Kiev / EFE/EPA/ROMAN PILIPEY

“Ahora, la única forma que tiene el ruso de a pie de mover su dinero son las criptomonedas”, explica, con un timbre de ilusión en la voz. “Lo desgraciado es la guerra, desde luego, pero lo apasionante es que con esta situación se ponen las cartas sobre la mesa y queda en entredicho el poder de los intermediarios”, describe Santiago. Según él, la gente pensaba que esto “era una burbuja” pero “está poniendo en jaque al sistema”. En este sentido, explica que las estas divisas virtuales “neutralizan el efecto de las sanciones gracias, simplemente, a las matemáticas y a la tecnología”.

Grietas para las estafas

El bitcoin ha subido en torno a un 15 % desde la invasión rusa de Ucrania. El martes 8 de marzo creció el 1,8 %. Y, en tanto que las transacciones normales están capadas, puede convertirse en una vía más útil de lo que se pensaba. Con todo, Santiago admite que en momentos como éste se pueden colar engaños. “Cuando surgen todas las tecnologías disruptivas también surgen estafas, pero eso tiene que ver con las deficiencias internas del mercado libre, no con las crypto en sí”, apunta.

Manuel Villar, analista de riesgos en Banco Sabadell e inversor en crypto, también cree que es un momento complejo. “Las criptomonedas tienen un papel trascendental en la guerra, y más en concreto bitcoin, por sus características: es deflacionaria, transparente, resistente a la censura y fácilmente intercambiable”, enumera. Cree que el escenario previo fue propicio a la sobreventa, pero señala que nadie sabe realmente qué va a pasar.

Menos caída que los grandes de la Bolsa

Villar explica que el precio del bitcoin había tocado máximos en octubre, y desde entonces estaba “bajando bastante”. Eso provocó que la gente vendiera. Cuando se inició la guerra, relata, el precio del bitcoin cayó, como era de esperar, pero ahora se ha recuperado “rápidamente”.

La Bolsa de Nueva York / UNSPLASH

“Las principales criptodivisas aguantan mejor este shock que los mercados financieros”, explica el analista, que compara la situación a lo que ocurrió durante la pandemia, cuando las caídas en el mundo crypto no fueron tan exageradas como las de la Bolsa. “Parece que va a ser el activo que menos tarde en recuperarse”, resalta.

Especulación a través de las redes sociales

“Cuando hay un ciclo alcista, hasta la peor criptomoneda sube”, detalla Villar. Pero ahora, aunque bitcoin suba, las criptomonedas de media y baja capitalización “siguen muy afectadas por el temor y la inestabilidad que genera cualquier guerra”. Al calor del conflicto, en YouTube y otras redes sociales se multiplican estos días los vídeos de jóvenes inversores que dan consejos sobre dónde meter el dinero. “Esta gente es la que realmente está ganando pasta”, revela Villar.

“Una de las prácticas más comunes en estos influencers o youtubers consiste en invertir a nivel personal en una criptomoneda muy poco conocida. Luego, en sus vídeos, la promocionan. Dicen que va a ser increíble, que va a ser una oportunidad única, y sus seguidores la compran masivamente. Y cuando sube muchísimo esa divisa, el gurú la vende y se queda con las ganancias”. Pese a haber casos concretos de especulación, Villar detalla que con las monedas más serias eso no ocurre. 

Símbolo de la Dogecoin / UNSPLASH

Fines humanitarios

“Cuando hay un shock en la economía, hay pánico, la gente vende más, así que estos días ha habido un rebote importante, pero hay que entender que se partía de una situación mala”, admite Villar. Es un hecho que la adopción de estas divisas aumenta, sobre todo en las más grandes, como bitcoin, ethereum, o BNB, “y eso es bueno para el sector”, considera el analista.

Por su parte, Bernabéu subraya el poder de la moneda para influir en el conflicto. Cuenta que Gavin Wood, el creador Polkadot, otra de las criptomonedas más potentes, ha enviado 5 millones de dólares a Ucrania a través de su blockchain. El perfil oficial de Ucrania lo agradecía en Twitter.

Un producto de alto riesgo

“Hay mucho debate sobre si bitcoin es una reserva de valor, pero yo creo que está a años luz de serlo. Desde luego no es un activo refugio, como puede ser el oro, tiene una volatilidad implícita que lo diferencia del resto, pero cada vez va a ser poseído por más manos, y será menos volátil”, opina Villar.

No obstante, recomienda tener los pies en el suelo: “Creo que es un producto de alto riesgo, hay incertidumbre sobre si subirá o bajará, pero tenemos que ser conscientes de que es un producto financiero más”, concluye.