¿Cronometrar al cliente en el bar? El polémico cartel que genera división de opiniones y se viraliza

Una práctica inusual en la hostelería abre un debate nacional sobre los límites del tiempo y el disfrute en la barra

El cartel polémico de un bar / X
El cartel polémico de un bar / X

¿Cuánto tiempo es razonable para terminar una cerveza en un bar? La pregunta, tan aparentemente sencilla como cotidiana, ha escalado estos días a las redes sociales con un inesperado fervor. 

El motivo es un cartel colgado en un establecimiento hostelero que establece un límite temporal para permanecer en la mesa tras consumir. La imagen del letrero, compartida por el influencer valenciano Jesús Soriano en su cuenta de X, ha desatado una auténtica tormenta de opiniones.

La propuesta del bar

La propuesta del bar –cuya ubicación no ha sido divulgada– es clara: marcar un tiempo estimado para liberar la mesa tras el consumo. Sin embargo, lo que para algunos podría ser una medida de gestión eficiente en locales muy concurridos, para otros roza lo absurdo e incluso lo hostil.

“Ponle al cliente un cronómetro y no vuelve: en vez de estar a gusto en el local se sentirá presionado”, expresa un usuario en uno de los centenares de comentarios que han inundado el post. Otro comenta con ironía: “¿Habrá descuentos si consumo más rápido? ¿O puedo acumular los minutos sobrantes para la próxima visita?”.

Voces reconocidas en el debate

No han tardado en sumarse voces reconocidas al debate. La escritora Lucía Etxebarría compartió que cerca de su domicilio hay un local con un cartel idéntico y, curiosamente, “sigue estando lleno”. Etxebarría argumenta que esta práctica solo se da en bares que de por sí tienen alta afluencia, y que, lejos de disuadir, puede incluso atraer a nuevos clientes. “Si está siempre lleno, por algo será”, sentencia.

 

Sin embargo, el trasfondo del asunto no es simplemente un dilema entre modernidad y tradición, sino una cuestión de equilibrio: el delicado punto medio entre quienes se apalancan en una mesa con una sola consumición y portátil en ristre, y quienes solo buscan disfrutar unos minutos más de conversación o descanso sin sentir la presión del reloj.

Soluciones intermedias

Algunos internautas sugieren soluciones intermedias. “Si un cliente ha terminado su consumición y hay gente esperando, se le puede invitar amablemente a liberar la mesa. Pero imponer un tiempo cerrado para todos, sin atender a los matices, es no mirar por sus clientes”.

El debate incluso ha cruzado fronteras digitales para colarse en conversaciones cotidianas entre camareros, hosteleros y consumidores. ¿Dónde está el límite entre optimizar el espacio y coartar la experiencia del cliente? ¿Es legítimo que el bar defina su política de tiempos si así mejora el servicio a más personas? ¿O es esta una intromisión inaceptable en el ocio personal?

No han faltado los chistes

La realidad es que la viralización de este cartel ha puesto en evidencia una tensión que la pandemia y la digitalización no han hecho sino acentuar: la rotación rápida de mesas frente al derecho a una consumición sin prisas. Y como en todo fenómeno viral, no han faltado los chistes: desde quienes proponen cronometrar también al camarero en la preparación del pedido, hasta quienes imaginan un sistema de “puntos” por consumir en tiempo récord.

Mientras tanto, el interrogante sigue sobre la mesa –nunca mejor dicho–: ¿perjudica o beneficia esto a la empresa? Como ocurre en tantas decisiones empresariales, quizás la respuesta esté más en el cómo que en el qué: empatía, comunicación clara y sentido común podrían ser, como siempre, los mejores ingredientes del éxito.