Sofía Vergara lo tiene claro: Madrid es una de esas ciudades que siempre apetece, que nunca decepciona y que, por más veces que se visite, siempre guarda nuevas sorpresas, sobre todo gastronómicas. La actriz colombiana no solo ha declarado públicamente su amor por la capital española, sino que lo demuestra cada vez que aterriza en Barajas con un plan infalible: disfrutar de la ciudad como una auténtica local, con un foco especial en lo que más le gusta hacer… comer bien.
Su última escapada madrileña fue con motivo de los Premios Platino del Cine Iberoamericano 2025, celebrados el pasado 27 de abril, en los que tuvo un papel destacado como presentadora del premio honorífico a su amiga y colega Eva Longoria. Pero más allá de la alfombra roja, los flashes y los discursos, Sofía aprovechó su estancia en Madrid para sumergirse en su verdadero placer culpable: la buena comida en la mesa.
Sofía Vergara y su idilio 'gourmet' con Madrid: Sabores, estilo y experiencias únicas
La estrella de Modern Family compartió con sus más de 30 millones de seguidores en Instagram una selección de instantáneas en las que se la ve feliz, relajada y entregada a los placeres gastronómicos que ofrece la ciudad. Sus paradas no fueron casuales: tres restaurantes de alto perfil que marcan tendencia y que concentran a lo más selecto del panorama local e internacional.
Del avión al plato: 'Numa Pompilio', un clásico moderno que nunca falla
Sin apenas dejar que el jet lag hiciera efecto, Sofía se dirigió directamente a uno de sus restaurantes de cabecera: Numa Pompilio, en pleno barrio de Salamanca. “Desde el avión directamente a uno de nuestros favoritos”, escribió junto a una foto en la que aparece sonriente con el productor Luis Balaguer y el mánager Alejandro Asensi.
Este restaurante italiano, perteneciente al exitoso Grupo Paraguas, es mucho más que un lugar para comer: es una experiencia sensorial. El espacio, que evoca el lujo de los antiguos cafés europeos, cuenta con una impresionante cocina vista, una sala con ventanales hacia un frondoso jardín interior y una carta que reinterpreta los clásicos italianos con un giro sofisticado y cosmopolita.
Entre sus hits gastro se encuentran platos como la dorada al acqua pazza, el Guazzetto de frutos del mar con focaccina al romero, o el carpaccio de ciervo con queso pecorino y vino Marsala. La pasta fresca, elaborada diariamente, es otro de sus sellos por los que la gente más pregunta cuando se sienta a la mesa. A esto se suma una coctelería creativa y postres de autor que elevan la experiencia a un nivel de lujo relajado. El precio medio por persona ronda los 80-100€, y el ambiente lo convierte en uno de los favoritos de empresarios, modelos y artistas que visitan o viven en Madrid.
'Allegra': la dolce vita se encuentra en Velázquez
Al día siguiente, la actriz cambió de escenario pero no de código culinario. Se dejó ver en Allegra, otra dirección irresistible en la calle Velázquez. Este local forma parte del Grupo Isabella’s, reconocido por exportar su versión contemporánea de la cocina italiana a ciudades como Barcelona, Oporto o la Costa Brava.
En Allegra, Sofía se dio el capricho de probar dos postres que son ya icono de la casa: los crepes de Nutella con helado de dulce de leche, y una panna cotta ligera con frutos del bosque. Pero no solo la comida impresiona: el espacio respira glamour con aires art déco, donde los terciopelos, los espejos dorados y la iluminación tenue crean una atmósfera de película. En el centro, un piano de cola anticipa lo que sucede por las noches: Allegra se transforma en un animado piano-bar donde actúan cantantes en vivo y DJ's, ofreciendo una experiencia que va más allá de lo culinario.
'La Bien Aparecida': raíces cántabras con alma creativa
Pero si hay un restaurante que deja siempre huella en Sofía Vergara, ese fue La Bien Aparecida, al que acudió en una visita anterior cuando promocionaba Griselda, su miniserie para Netflix. Este templo gastronómico es el proyecto más castizo del Grupo Cañadío, y está dirigido por el chef José Manuel de Dios, discípulo de grandes nombres como Michel Bras, Joan Roca o Pedro Subijana.
La propuesta combina respeto por la tradición con una clara vocación de autor. Los platos juegan con la nostalgia y la innovación: desde unas croquetas cremosas de huevo y lacón, hasta unas alcachofas con migas y pasando por un delicioso guiso de rabo de toro que sorprenden por su intensidad en paladar. Los pescados, sin duda, son la gran estrella: la merluza se puede degustar en salsa verde con almejas y yemas de espárragos, o en su versión más refinada, al estilo meunière “1981”. Y si hay hueco para el postre, la carta de dulces mantiene el mismo nivel de excelencia.
El local, decorado por el estudio de Sandra Tarruella y Ricard Trenchs, apuesta por un diseño sobrio y cálido, ideal para disfrutar sin prisas y hacerse alguna que otra fotito para Instagram. Su terraza acristalada, disponible durante todo el año, se ha convertido en un oasis gourmet de lo más primaveral en plena Milla de Oro.