Así blanquea Nutriscore algunos cereales: "El azúcar supone el 20% de su composición"
El algoritmo camufla algunos productos hiperdulces, especialmente aquellos que están dirigidos al público infantil

Nutriscore, el sistema europeo de etiquetado voluntario sobre la calidad nutricional de los alimentos, vuelve a ser objeto de críticas. Una investigación realizada por el equipo de especialistas en nutrición de FITstore.es ha destapado cómo diversos cereales con un alto contenido de azúcar están obteniendo valoraciones nutricionales positivas en Nutriscore.
Según el estudio, numerosos cereales dirigidos al público infantil (con entre 16 y 24 gramos de azúcar por cada 100 gramos) tienen etiquetas Nutriscore A o B con colores verdes, que tradicionalmente se asocian con salud. Una distorsión que normaliza productos hiperdulces como opciones "buenas" dentro de la dieta diaria.
Azúcar oculto
Uno de los puntos clave de la investigación es la inconsistencia entre el contenido real de azúcar de los cereales y la puntuación que reciben. Mientras un cereal con solo 0,5g de azúcar obtiene la calificación C, otros con hasta 24,7g de azúcar son premiados con una B. Esto se debe a que el algoritmo de Nutriscore tiene en cuenta otros factores y no penaliza con la misma dureza el azúcar añadido.

"Estamos ante un algoritmo que no se sostiene por sí solo y cualquiera es capaz de manipularlo para pasar de pésimo a excelente. ¿Es eso lo que queremos como referencia para nuestras decisiones alimentarias?", plantea Luis Cañada, responsable de FITstore.es.
La importancia de las etiquetas nutricionales
El experto asegura que es "trascendental" que los consumidores hagan la compra fijándose en las etiquetas nutricionales y no en los reclamos publicitarios de los envases ya que esta información "no miente y demuestra qué compone cada producto".
En la práctica, esto significa que un cereal azucarado puede "maquillar" su perfil nutricional si añade otros ingredientes que el algoritmo de Nutriscore esté premiando. El resultado es que productos que deberían estar en la categoría roja (D o E) logran puntuaciones que los presentan como opciones equilibradas.
Productos infantiles
El informe de FITstore advierte sobre el uso sistemático de estrategias visuales dirigidas a atraer a los más pequeños. Envases con personajes de dibujos animados, colores vivos y hasta juguetes de regalo se combinan con la etiqueta Nutriscore en verde para generar una percepción de producto sano y divertido.

"La combinación de marketing visual y esa falsa aprobación frontal es un combo peligroso. No solo se capta la atención del niño, sino que se convence al adulto de que está comprando algo saludable", señala Cañada.
Una herramienta de ventas
"Nutriscore no es un semáforo para la salud, es una autopista para las ventas. El sistema está diseñado para beneficiar a la industria, no al consumidor", puntualiza el experto. Y añade: "el marketing no solo vende productos, sino también percepciones". Advierte que Nutriscore puede generar una falsa sensación de seguridad, especialmente en productos dirigidos a niños.
Todo esto se traslada a las ventas y así lo aprecian numerosos retailers que, tras implementar Nutriscore, han incrementado sus ventas. "Nutriscore es una máquina de hacer dinero. Este uso estratégico del etiquetado ha sido adoptado también por marcas blancas como Alcampo o Carrefour, que adaptan la composición de sus productos para alcanzar buenas calificaciones y burlar el algoritmo, sin que eso implique una mejora real de su perfil nutricional", afirma Cañada.

Un etiquetado sin trampas
En el día a día, millones de personas acuden al supermercado con la intención de "comer mejor", pero acaban llenando el carrito con productos que parecen saludables y no lo son. La falta de formación nutricional o las etiquetas de Nutriscore son aprovechadas por las marcas, que, según el estudio, acaban explotando conceptos como "light", "alto en proteínas" o "rico en fibra", sin que ello garantice una mejor calidad del alimento.
"La idea de Nutriscore es buena, pero su ejecución está siendo nefasta al venderse a las marcas y traicionando al consumidor. Es necesario impulsar modelos de etiquetado alternativos que reflejen de forma clara la presencia de ingredientes potencialmente perjudiciales como el exceso de azúcar, y se priorice la comprensión directa de las composiciones sobre el juego de puntuaciones algorítmicas y manipulables", concluye Cañada.