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Faltan casi el doble de medicamentos que hace dos años: la Aemps señala 926 problemas de suministro

Según los datos de Sanidad, apenas un 0,25 % de los pacientes se quedan realmente sin fármaco, pero este dato podría ser mucho mayor

Juan Manuel Del Olmo

Una persona revisa los medicamentos disponibles en una farmacia / FREEPIK

Faltan medicamentos. Faltan en España y en muchos otros países. Faltan unos u otros en función de la temporada. Faltan, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), pero no tantos: el 2,9 % de los fármacos aprobados en España tienen problemas de desabastecimiento.

A principios de octubre, Esther Cobo, jefa del Área de Control de Medicamentos de la Aemps, argumentó que siempre suele haber alternativas: el porcentaje de casos en los que el paciente va a la oficina de farmacia y "realmente" su farmacéutico no le puede dar el medicamento se reduce a un 0,25 %, sostuvo. No obstante, Cobo reconoció que "cada vez hay más medicamentos, más titulares de medicamentos, y unos suplen a otros, pero no se llega a suplir la cuota que falta en el mercado".

Porcentaje real de fármacos que escasean

Luis Martín Lázaro es el cofundador de LUDA Partners, una empresa tecnológica que se presenta como una solución digital que ayuda a las farmacias en la lucha contra los problemas de suministro y en su digitalización. Este experto cree que el dato del 0,25 % que ofrece la Aemps tiene matices. “Los datos que maneja la Aemps son suyos propios y desde LUDA los respetamos como tal por ser absolutamente veraces, de rigor y de referencia, pero en ese 0,25 % no se incluyen una serie de situaciones para las que hemos venido trabajando diferentes soluciones”, explica este experto a Consumidor Global.

Un farmacéutico sostiene una caja de paracetamol / EP

El Luda, añade, pueden consultar la trazabilidad completa de las acciones que realizan cada día del mes las 3.300 farmacias que forman parte de su red. “En nuestro caso, ese porcentaje de ‘casos en los que el paciente va a la oficina de farmacia y el farmacéutico no le puede dispensar el medicamento que necesita’ está más próximo al 7 % - 10 %”, calcula Martín. Es decir, que el problema, según los datos de esta herramienta especializada, es de una envergadura mucho más notable.

Daño en la confianza en el sistema

En su Memoria de 2022, la propia Aemps se muestra prudente y reconoce que, si bien los porcentajes son bajos, “no pueden minimizarse debido al daño que la aparición continua de estos problemas hace en la confianza en el sistema sanitario y los trastornos que causan a los pacientes y a los profesionales sanitarios”.  

Frente a estas incidencias, el sistema de Luda, explica Martín, permite solucionar las consultas de medicamentos en falta, pero también las de parafarmacia y las de todos los productos que, no estando en falta, no están disponibles en la farmacia y el paciente necesita urgentemente, de manera inmediata. “Nosotros no ‘inventamos cajas de medicamentos’, sino que hemos propuesto una solución para redistribuir, de una forma tecnológica, aquellos productos que sí existen y están localizados en diferentes lugares, a la espera de ser adquiridos por aquellos los pacientes que los necesitan”, describe.

Una persona sostiene varios medicamentos / PEXELS

926 problemas de suministro activos

La Aemps lleva un control actualizado y exhaustivo sobre qué falta en su lista de desabastecimiento. Actualmente, hay unos 926 problemas de suministro activos, una cifra que casi duplica la de hace dos años: en noviembre de 2021, El Español recogía que en el listado del Centro de Información de Medicamentos (CIMA) había 475 fármacos que escaseaban. En enero de 2023, diarios como Deia hablaban de “600 fármacos con problemas de suministro”.

El incremento es un hecho: según Newtral, en 2022 los problemas de suministro de medicamentos crecieron en España un 41% respecto al año anterior. Las razones que explican la carestía suelen variar poco. “En general, suele deberse a problemas en la fabricación o distribución del medicamento”, argumenta la Aemps, que describe técnicamente un problema de suministro como “una situación en la que las unidades disponibles de un medicamento en el canal farmacéutico son inferiores a las necesidades de consumo nacional”. 

Tratamiento interrumpido

La entidad también afirma que los problemas de suministro son globales y “de preocupación compartida por el resto de autoridades europeas”. Así las cosas, la Aemps dice encargarse de “tomar las medidas necesarias para que, cuando se producen estas tensiones en la cadena de suministro, ningún paciente vea interrumpido su tratamiento”, pero ya ha habido casos. Por ejemplo, en el último año algunas farmacias han tenido problemas serios para distribuir Ozempic, un medicamento para la diabetes que algunas personas han comprado con el objetivo de adelgazar.

El logo de una farmacia / PEXELS

El pasado diciembre, Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, reconoció a Consumidor Global que había problemas de suministro “de manera interrumpida”, y pidió actuar con responsabilidad. En este sentido, la tecnología de LUDA permite conocer datos macro y que, de este modo, el laboratorio tenga más margen de tiempo para aumentar la producción al tiempo que las farmacias, grandes o pequeñas, maximizan la eficiencia de los productos y la tesorería.

Escasez asimétrica

La realidad, expone Martín, es que los problemas de suministro afectan, prácticamente, a todas las zonas de España, “aunque hemos visto que afecta de manera asimétrica. Todas las comunidades autónomas sufren el problema de una forma muy parecida, pero no de los mismos productos a la vez”, afirma.

Esta asimetría es incluso local, entre diferentes áreas y centros de salud, prosigue Martín. “Ocasionalmente, existen algunos picos muy concretos casi por código postal, porque puede suceder que exista algún ambulatorio cerca o algún centro de una determinada especialidad médica próximo a las farmacias”, explica.

Una persona con una caja de pastillas / PEXELS
 

Los pacientes crónicos, los más afectados

Evidentemente, los pacientes crónicos son los que más sufren el desabastecimiento de medicamentos. “Diabetes, trasplantes, oncología, enfermedad de Crohn, personas que tienen prescritos tratamientos con antidepresivos…”, enumera el experto de LUDA. Con todo, otros perfiles también son potenciales beneficiarios de su red.

“Por ejemplo, cubrimos padres con problemas para conciliar, pacientes que acaban de pasar un nivel asistencial y vuelven de urgencias… incluso, ejecutivos”, relata. “Nosotros recomendamos que sean los propios pacientes los que se acerquen a su farmacia de referencia y que pregunten por nuestra herramienta en caso de que no les puedan dispensar el medicamento que necesitan en ese preciso momento. En este sentido, el farmacéutico es el profesional sanitario idóneo para poder afrontar este problema y aportar una solución en tiempo real”, concluye.