Gabriel Rolón, psicoanalista, sobre el amor: "No te enamoras de cualquiera, te enamoras..."

¿Alguna vez te has preguntado por qué te enamoras de determinadas personas? Quizá tú también has experimentado lo fácil que parece conectar en algunas ocasiones y lo inverosímil que resulta en otras. No es casualidad, es psicología

 El psicoanalista Gabriel Rolón habla sobre el amor / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL
El psicoanalista Gabriel Rolón habla sobre el amor / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL

Nos esforzamos por cuidar nuestro cuerpo en esta obsesión por la vida fitness: Comemos sano, hacemos ejercicio, vigilamos el sueño. Pero cuando se trata del corazón, muchas veces vamos en automático. No es raro caer en relaciones que nos duelen, vínculos que nos agotan emocionalmente, y aun así repetir ese patrón una y otra vez sin poder escapar de él.

¿La razón? Lo que creemos que es amor puede no ser amor en absoluto, sino una forma aprendida —y muchas veces equivocada— de vincularnos. Como explica el psicoanalista argentino Gabriel Rolón: “Amar no es algo que traemos de fábrica… a amar se aprende desde la infancia”.

Aprendemos a amar como vimos amar

Desde pequeños, observamos cómo se relacionan nuestras figuras de referencia —padres, madres, cuidadores— y ahí empezamos a formar nuestra idea del amor. Si de niños vimos indiferencia, relaciones desequilibradas, sufrimiento o dependencia, es posible que de adultos busquemos (sin saberlo) esas mismas dinámicas. Lo conocido, aunque duela, se vuelve familiar y reconfortante.

@joseluisemociones Hay una fuerza en nuestra psiquis que nos impulsa al dolor y sufrimiento. #gabrielrolón #relaciones #reflexion #dequienosenamoramos #psicologia #larazondevivir #joseluisemociones ♬ sonido original - LA RAZÓN DE VIVIR Oficial

Rolón lo explica con claridad en una charla viral: “No te enamoras de cualquiera. Te enamoras de alguien que tiene un rasgo que ya aprendiste a amar o que debía estar en alguien para poder amar. Y si viste en casa que el amor era dolor, distancia o abandono, eso es lo que vas a buscar”.

Nos enamoramos asumiendo el modelo de amor que tuvieron nuestros padres/ PEXELS
Nos enamoramos asumiendo el modelo de amor que tuvieron nuestros padres/ PEXELS

Así, terminamos eligiendo relaciones en las que volvemos a vivir lo que ya conocemos: llorar como lloraba mamá, la indiferencia que proyectaba papá, resignarnos como vimos desde niños que hacían otros en "pareja". Y no porque lo disfrutemos, sino porque aprendimos que eso era amar.

La trampa de la baja autoestima

Este patrón también se refuerza cuando nuestra autoestima está deteriorada. Si no creemos que merecemos una relación sana, afectuosa y recíproca, aceptaremos cualquier cosa. “¿Por qué crees que solo mereces estar con alguien que te daña?”, pregunta Rolón. “¿Qué lugar piensas que ocupas en la vida del otro, si no te crees con derecho a un amor que te cuide y te dé un puesto de privilegio?”

Una pareja se besa en el tren / PEXELS
Una pareja se besa en el tren / PEXELS

El resultado es un bucle de insatisfacción emocional: relaciones donde nos sentimos invisibles, o al borde del abandono permanente. Un sufrimiento que, en el fondo, pensamos que merecemos. Hasta que lo identificamos y decidimos romper el patrón.

Cuando el amor se acaba (y vuelve)

Muchas de estas relaciones terminan… pero no del todo. Las rupturas afectivas suelen implicar un proceso de duelo: pérdida, frustración, rabia, sensación de fracaso. Pero en algunos casos, las parejas se dan una segunda oportunidad. Y aunque puede sonar romántico, los datos muestran otra cosa.

Estudios estiman que entre el 5% y el 10% de las personas que se separan o divorcian acaban volviendo con su expareja. Incluso entre un 1% y un 3% llega a casarse nuevamente con la misma persona. Sin embargo, la mayoría de estas reconciliaciones no funciona: entre el 60% y el 70% de quienes lo intentan por segunda vez vuelven a separarse.

Una persona durante una crisis de pareja/ FREEPIK
Una persona durante una crisis de pareja/ FREEPIK

¿Por qué fracasan de nuevo? Rolón lo resume así: “Esas dos personas que vuelven, ya no son las mismas. Llevan la marca de haber fallado juntas”. La historia compartida deja huella, y lo que fue ya no existe. “El error es ir a buscar lo que ya no está”. Además, cuando ha pasado mucho tiempo entre la ruptura y la reconciliación, suele haber nuevas experiencias, vínculos y heridas que influyen. Aunque creamos que volvemos al mismo punto, lo cierto es que todo ha cambiado.

¿Cómo sanar este tipo de vínculos?

Romper con los patrones dañinos de amor requiere conciencia y trabajo interior. Preguntarte qué tipo de amor aprendiste, cómo viviste el afecto en casa, y qué creencias arrastras sobre lo que mereces. No es fácil, pero es liberador.

Algunas claves para comenzar:

  • Revisar tus vínculos pasados: ¿Qué se repetía? ¿Qué te hacía daño?

  • Cuestionar tus ideas sobre el amor: ¿Crees que el amor siempre duele? ¿Qué hay que luchar para merecerlo?

  • Trabajar tu autoestima: No es un cliché. Sentirte digno de un amor sano, cambia tu forma de elegir.

  • Buscar ayuda profesional: Un proceso terapéutico puede ayudarte a resignificar tu historia emocional.

Porque el amor no debería ser un campo de batalla. Aprender a amar desde otro lugar —uno donde el respeto, el cuidado y la reciprocidad sean la base— es posible. Y también es parte de tu bienestar.