No es la lejía: el producto indispensable para blanquear tus toallas del lavabo
Te desvelamos la mejor forma para limpiar las toallas en la lavadora y que se salgan como nuevas

Las toallas de lavamanos tienen su origen en las antiguas civilizaciones, cuando la higiene comenzó a tomar un papel importante en la vida cotidiana. Se cree que en el Antiguo Egipto, Grecia y Roma ya se usaban paños de lino o algodón para secar las manos después de lavarlas. En la Edad Media, los castillos y casas nobles tenían paños especiales para este propósito, a menudo bordados con escudos familiares.

El concepto moderno de toalla de lavamanos surgió con el desarrollo de la industria textil en el siglo XIX, cuando se empezó a producir algodón en grandes cantidades. Con el tiempo, se estandarizó su tamaño y uso en baños domésticos, hoteles y establecimientos públicos, convirtiéndose en un elemento esencial tanto para la higiene como para la decoración.
¿Por qué las toallas blancas pierden su color?
Las toallas de baño no solo cumplen una función práctica en nuestra rutina diaria, sino que también forman parte de la estética del espacio. Unas toallas bien cuidadas transmiten frescura, pulcritud y orden, aportando esa sensación de bienestar que encontramos en los spas o en los hoteles de lujo.
Sin embargo, con el tiempo, pueden perder su blancura original, adoptando un tono amarillento que rompe con la armonía visual del baño. ¿Te ha pasado? No te preocupes, aquí te contamos por qué ocurre y cómo devolverles su luminosidad.
El método definitivo para blanquear toallas
El tono amarillento en las toallas suele ser resultado de la acumulación de residuos corporales como aceites, cremas y maquillaje, además del uso de productos de higiene personal que, por mucho que lo intentes, los lavados no arrastran correctamente. También influye la dureza del agua, que puede dejar depósitos minerales en las fibras, dificultando la acción del detergente. Por supuesto, el desgaste natural del tejido con el paso del tiempo también es un factor clave en este problema.
Materiales necesarios:
Si buscas una solución efectiva para recuperar la blancura de tus toallas, este procedimiento es ideal. Aunque requiere algo de paciencia, los resultados te sorprenderán.
-
Potenciador de detergente en polvo (como bórax) – 55 g
-
Bicarbonato de sodio (no confundir con bicarbonato de sodio) – 55 g
-
Detergente en polvo (sin colorantes ni aditivos)
Paso a paso:
-
Introduce las toallas en la lavadora.
-
Añade los productos blanqueadores directamente en el tambor junto con las toallas.
-
Configura la lavadora en un programa con la temperatura y el tiempo de lavado más altos.
-
Detén el lavado una vez que el tambor esté lleno de agua y deja las toallas en remojo durante aproximadamente 6 horas. Para mayor comodidad, este proceso puede realizarse antes de dormir.
-
Centrifuga el agua de la lavadora (todas las máquinas tienen esta opción) y vuelve a programarla con la temperatura y el tiempo máximos.
-
Seca las toallas al sol, ya que la luz natural ayuda a eliminar bacterias y potencia el proceso de blanqueo. Evita una exposición excesiva para no dañar las fibras.
Alternativas naturales para blanquear toallas

Si prefieres métodos más tradicionales o naturales, hay varias opciones que pueden ayudar:
-
Bicarbonato de sodio: Agrega una taza de bicarbonato al ciclo de lavado y deja las toallas en remojo durante 4 horas antes de iniciar el lavado completo.
-
Vinagre blanco: Añade media taza de vinagre al ciclo de lavado para eliminar residuos de detergente y suavizar las toallas sin necesidad de suavizante.
-
Lejía: Aunque es un producto efectivo, su uso frecuente puede debilitar las fibras del tejido. Si decides utilizarla, sigue las instrucciones del envase y no la combines con otros químicos.
Consejos para evitar que las toallas se tornen amarillentas

-
Lávalas con regularidad para evitar la acumulación de suciedad.
-
Utiliza la cantidad justa de detergente, ya que un exceso puede dejar residuos.
-
Evita el suavizante, porque reduce la capacidad de absorción de las fibras.
-
Asegúrate de secarlas completamente antes de guardarlas, para prevenir moho y malos olores.
-
Lávalas separadas de otras prendas para evitar que acumulen pelusa y otros residuos.
¿Cuándo es hora de reemplazar las toallas?
Si después de aplicar estos métodos las toallas siguen con un aspecto envejecido o sus fibras están desgastadas al punto de romperse con facilidad, es momento de renovarlas. Un truco sencillo para comprobar su estado es intentar rasgar un pequeño trozo con las manos; si se rompe con facilidad, es señal de que el tejido ya está demasiado deteriorado.

Siguiendo estos consejos, podrás mantener tus toallas blancas impecables por mucho más tiempo, dándole a tu baño ese toque de frescura y elegancia que tanto deseas. ¡Tu baño lo agradecerá y tú también!