Flores también para Alba: "En el documental he descubierto a mi padre en mí"
Dirigido por Isaki Lacuesta y Elena Molina, y presentado en el Festival In-Edit de Barcelona, 'Flores para Antonio' es un proceso en el que la artista se reencuentra con su padre treinta años después de su muerte
En una sala del Festival In-Edit, canta Antonio Flores. “Sabe Dios lo que pasó / Está escrito en mis entrañas…”. Y mientras suena Una espina, en la pantalla se proyecta no solo la vida del Loliyo, sino también el viaje interior de su hija, Alba Flores, que treinta años después de su muerte ha decidido mirarle y mirarse de frente.
El documental Flores para Antonio, dirigido por Isaki Lacuesta y Elena Molina, no es un retrato hagiográfico. Es, como confiesa Alba a Consumidor Global, “un proceso de búsqueda, de duelo, de aceptación y de comprensión”. Lo que comenzó como “un documentalito”, una especie de homenaje sencillo a su padre, “acabó convirtiéndose en algo más profundo. Quería entenderle. Como hija quería comprender a este padre que tuvo una manera particular de vivir y de morir”.
El valor de mirar hacia dentro
Antonio Flores murió en 1995, dejando tras de sí una obra breve, pero inmensa, que combina vulnerabilidad, rebeldía y poesía. El documental se presenta tres décadas después, en un momento en el que su figura parece regresar con la fuerza de los mitos, pero sin la impostura de los ídolos. Alba tenía entonces ocho años. Hoy, a los 39, se enfrenta al legado con la serenidad de quien ya no busca respuestas, sino reconciliaciones. “Estaba un poco enfadada con él cuando se murió”, confiesa durante el largometraje.
“Esto ha sido nuevo para mí. He descubierto a mi padre en mí como nunca antes lo había hecho”, reconoce a este medio. En Flores para Antonio, la actriz, conocida por su papel en La casa de papel, se convierte en narradora y en espejo. Es la hija que recorre los caminos del padre, desde las calles de Madrid hasta Cádiz, desde las risas familiares hasta las sombras que nunca se nombraron del todo.
“En los Flores todo es verdad”
El documental entrelaza material de archivo, grabaciones caseras, fotografías inéditas y conversaciones íntimas con su madre, Ana Villa; sus tías, Lolita y Rosario; y amigos como Joaquín Sabina, Antonio Carmona o Sílvia Pérez Cruz.
Isaki Lacuesta, codirector del filme, lo resume con una frase que podría servir como epígrafe: “En los Flores todo es verdad. Hablan más de lo íntimo en prime time que muchos en su propia casa”. “El público no verá una familia que se muestra, sino una familia que se entrega”, añade Elena Molina. “Antonio no era solo músico; era pintor, hacía collage, escribía. Su archivo es infinito, y en él descubrimos un hombre mucho más complejo de lo que las etiquetas dejaron ver”.
La otra Flores, sin 'lereles'
Alba pertenece a esa saga que parece formar parte del ADN cultural español. Pero ella eligió otro camino. Aún no se arranca del todo a cantar, tampoco se deja atrapar por el folclore ni por los clichés de la estirpe. “Somos una familia que es un gremio de artistas”, comenta. “Eso es lo fundacional. Ser famosos es lo secundario”.

En el documental, Alba se muestra natural, con la voz entrecortada, con humor y con ternura. No hay dramatismo impostado. Lo que hay es vida. Una vida que ella misma reconstruye al mismo tiempo que la cámara observa. “No quería hacer un producto ni un contenido”, dice. “Quería hacer algo honesto, algo que tuviera sentido”
Cuándo se estrena y dónde ver el documental ‘Flores para Antonio’
La película llega a los cines el 28 de noviembre, distribuida por A Contracorriente Films, tras su paso por el Festival de San Sebastián y el In-Edit de Barcelona. Luego se podrá ver en Movistar Plus+. Es una coproducción entre LACOproductora, Flower Power Producciones, Caballo Films y Boomerang TV, con financiación del ICAA y la Comunidad de Madrid.
Pero más allá de los datos de producción, Flores para Antonio es un gesto de amor que trasciende lo cinematográfico. Es la constatación de que la memoria, cuando se cuida, puede sanar. En la cima de su montaña, la espina de Antonio sigue clavada. Pero esta vez, entre los acordes y las imágenes, alguien ha aprendido a sostenerla sin dolor. Alba Flores lo dice con una serenidad luminosa: "Puedo estar tranquila para el resto de mi vida". Y, tal vez, su padre también.

