Laura Gispert (Voilà): “El consumidor elige las cafeterías con nuestro removedor de café comestible"

Consumidor Global entrevista a la fundadora de la empresa de cubiertos comestibles catalana, que acaba de ganar el premio a 'Startup del Año'

Laura Gispert, fundadora de Voilà / CEDIDA
Laura Gispert, fundadora de Voilà / CEDIDA

En un momento en el que la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad global, Voilà irrumpe en el mercado con una interesante propuesta: cubiertos comestibles. Esta marca nace con el propósito de reducir los residuos de un solo uso y ofrece cucharas, tenedores y cuchillos elaborados con harina de arroz

Unos cubiertos convertidos en galleta que han servido a Voilà para ganar recientemente el premio a 'Startup del Año' otorgado por Cluster FoodService (Restauración colectiva sostenible). Consumidor Global entrevista a Laura Gispert, fundadora de Voilà, quien ha desvelado el making of detrás de los cubiertos comestibles, disponibles en estaciones de esquí como Grandvalira (Andorra) o en parques de atracciones como Tibidabo (Barcelona). 

--¿Cómo surge la idea de hacer cubiertos comestibles?

--Ocurrió a finales de 2019. Soy diseñadora y amante de la naturaleza. En mi tiempo libre, me gusta ir a la montaña o de picnic a la playa. Siempre me topaba con el mismo problema de los cubiertos. Los de plástico generan muchos residuos y los de metal tienes que limpiarlos. Así que se me ocurrió hacer unos cubiertos que te los pudieras comer

--¿Cuál es el que tiene más éxito?

--Empezamos con cuchara y tenedor. Después, cuando lancé el producto al mercado, me di cuenta de que la referencia más fácil para implementar era el removedor de café. Pasé a sustituir plásticos y madera. Además, pasé no solo a focalizar la sostenibilidad, que me parece algo fundamental, sino también la experiencia del consumidor, que es lo que más mueve.  

--Al final, si queremos reducir el consumo de plásticos es tan sencillo como coger un cubierto metálico de casa, ¿no? 

--El cubierto de casa es tedioso. Si me lo llevo a la playa, luego tengo que preocuparme de pasarle un agua antes de volverlo a guardar. O en las cafeterías, donde  se habla del famoso agujero negro de las cucharas, que sin querer la gente las acaba tirando y desaparecen. La gracia de este producto es que es efímero. Lo usas, desaparece, no deja rastro y mejora la experiencia gastronómica del consumidor. Yo remuevo el café y después me como la cuchara. Es como una galleta que acompaña a la comida. 

--Habéis sido reconocidos como 'Startup del Año' por Food Service. ¿Cuál ha sido vuestra propuesta y qué ha significado este premio?

--La propuesta que hacíamos para la candidatura de estos premios era simplemente presentar lo que hace Voilà y los hitos que hemos superado. Desde la industrialización del producto para abastecer un gran mercado hasta lo que viene a ser la puesta en marcha de montar una compañía en el sector de la alimentación, que no es fácil. 

--¿Cuál es el mayor reto técnico a la hora de fabricar cubiertos comestibles? ¿No se reblandecen con líquidos o comidas calientes?

--El mayor reto ha sido desarrollar un producto que sea resistente pero fácil de morder. Hemos hecho un proceso de I+D muy potente para que realmente nuestros cubiertos sean resistentes y puedas pinchar un trozo de carne o cortar algo sin que se rompa. Pero, sin renunciar a un acabado crujiente. 

--Tenéis cuchillos comestibles que, según aseguráis, pueden cortar casi cualquier alimento. ¿Funcionan con fruta, carne u otros productos duros? 

--Sí, funciona perfecto aunque con las carnes depende. Un trozo de chuletón no lo corta, pero tampoco es el contexto donde pretendes usar este tipo de producto. Estos cubiertos pueden servir para comer un plato preparado, pero no alimentos superduros donde tengas que hincar el tenedor y el cuchillo. Igualmente, el cuchillo no es la referencia a la que estamos dando más rotación actualmente, porque hasta ahora nos hemos centrado mucho en todo el ámbito de la cafetería y postres. 

--¿Cómo está hecho el cuchillo para que sea comestible y pueda cortar los alimentos?

--Pues igual que el tenedor, con harina de arroz como ingrediente principal y que aporta dureza. Un proceso y unos ingredientes específicos que hacen que sea resistente, pero que cuando lo muerdes esté bueno. Ahora, en las últimas pruebas de  I+D, estábamos incorporando un poco de sierra en los cantos del cuchillo.  

--Si una persona tiene que comer cada día en el trabajo, ¿no es más respetuoso con el medio ambiente utilizar cubiertos metálicos? 

--No sé si es más respetuoso. Tendríamos que hacer el cálculo de cuánta agua y jabón se gasta para hacer la limpieza diaria de los cubiertos de metal. Pero no estamos intentando competir con los cubiertos de metal. Si cada día comes en la oficina, probablemente acabes comiendo con ellos. Por eso no estamos enfocados al consumidor al final, sino más a establecimientos donde usan cubiertos desechables, y los nuestros son más divertidos porque te los comes. El de metal no tiene ningún valor emotivo. Habrá establecimientos que apuesten más por el valor añadido y la experiencia de su consumidor y tendrán Voilà. Habrá otros que irán más a coste y serán igualmente respetuosos con el medio ambiente utilizando un cubierto de metal, madera o bioplástico. No sólo estamos compitiendo por sostenibilidad, sino por experiencia de usuario. 

--¿Cuánto tiempo tardan en degradarse vuestros cubiertos si no se consumen? 

--Lo mismo que tardaría una galleta. No he hecho la prueba de decir cuánto tardan en degradarse. Es un elemento orgánico. 

--¿Qué impacto ambiental tienen en comparación con los cubiertos biodegradables?

--Un cubierto, ya sea de madera o de bioplástico, no desaparece en el momento de consumo. El plástico compostable tiene que compostarse adecuadamente y en la actualidad no se recicla como debería, y, por tanto, no acaba biodegradándose como debería. Ocurre lo mismo con la madera. Se talan árboles, no desaparecen. El cubierto comestible sí. 

--¿Cuál ha sido el feedback del consumidor hasta ahora?

--Tenemos claro que hay un mercado enorme. Poco a poco hay que ir segmentando en qué tipo de clientes puede cuadrar nuestra marca y dónde no. Por ejemplo, en el sector de las colectividades (colegios, universidades, hospitales…) pensábamos que podríamos tener mucho encaje, pero nos hemos dado cuenta de que son más sensibles y tampoco van mucho hacia la experiencia del consumidor. En cambio, marcas con un storytelling o un valor de posicionamiento sí que apuestan más por nuestro producto, porque les permite diferenciarse de la competencia. Hemos hecho encuestas más de una vez y las cafeterías que disponen de nuestro removedor de café son escogidas antes por un consumidor final. Es como cuando sabes que en un sitio te van a regalar una galleta… ¡Vas!