¿Leche entera, semi o desnatada? La mejor elección para adelgazar

La diferencia entre el contenido graso de algunos lácteos abre un debate sobre la importancia de cuál es la mejor opción para una dieta eficaz

Un vaso de leche / PIXABAY
Un vaso de leche / PIXABAY

Leche entera, semidesnatada o desnatada. ¿Qué se pierde al dejar alguna de éstas de lado en una dieta? Los beneficios o contraindicaciones de los lácteos han sido un tema de debate desde hace años. La preocupación por el bienestar y las dietas saludables ha obligado a diferentes marcas a buscar nuevos alicientes para su consumo, como la reducción de materia grasa o la incorporación de vitaminas y oligoelementos que no se encuentran en los lácteos de forma natural. 

A pesar de ello, en una dieta en la que se busca perder peso, el tipo de leche que se tome no es una decisión importante. Antes de dudar sobre qué variedad es más indicada, hay que resolver puntos mucho más relevantes, como la ingesta de una buena cantidad de proteínas de calidad o asegurarse una dosis suficiente de hierro o fibra

Argumentos enfrentados

Existen varias posturas que difieren sobre qué tipo de leche es mejor para adelgazar. Por un lado, desde la perspectiva del aporte de calorías, siempre se recomendará la variedad desnatada, ya que mientras la leche entera cuenta con un 3,5% de materia grasa, su versión desnatada sólo tiene un 0,5% en total. Pero, a pesar de estas cifras, la diferencia es mínima si se habla de ganar o perder peso de forma efectiva.

Mientras, algunos estudios más recientes recomiendan la leche entera por su complejidad nutricional, ya que en el proceso de eliminar la grasa también se pierden las vitaminas que contienen los lípidos, como la vitamina A, D o E. Además, ese porcentaje extra de grasa también produce un efecto saciante, por lo que se necesitará menos cantidad de alimentos para perder el apetito.

La dieta de la leche

Al final del día, el aporte nutricional o la cantidad de grasas de la leche es un tema superfluo para una dieta saludable. La pérdida de peso asociada a ella proviene del ejercicio físico con el que se combine, así como eliminar los productos procesados con azúcares añadidos. Si se atiende a las recomendaciones generales en la nutrición, la ingesta de grasas saludables debería suponer entre un 20 % y un 30 % de la ingesta calórica diaria. Es decir, con los cuatro gramos de grasa que contienen 100 mililitros de leche entera, el hecho de beber uno o dos vasos al día apenas supondría una quinta parte de la toma de grasa diaria.

Y, a la hora de introducir alimentos en la rutina, la leche no supone un añadido relevante. Es más importante tener en cuenta la cantidad de verduras y legumbres que se introducen en los platos, buscar fuentes proteicas de calidad o introducir grasas saludables como las que se encuentran en los frutos secos. Por tanto, los lácteos no deberían suponer un problema a la hora de organizar una dieta equilibrada mientras se tenga en cuenta el resto de condicionantes. 

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