La galería de arte más ecléctica de Menorca se esconde en este antiguo cine de Mahón

Los hermanos Cayón recuperaron este espacio olvidado en 2018, cuando la capital de Menorca todavía no era el centro artístico que es hoy en día

Una exposición de Soto en la sala del antiguo cine Victoria de Mahón, en Menorca / GALERÍA CAYÓN
Una exposición de Soto en la sala del antiguo cine Victoria de Mahón, en Menorca / GALERÍA CAYÓN

El novelista francés Marcel Proust decía que cuando uno extraña un lugar, lo que realmente extraña es la época que corresponde a ese lugar; que no se extrañan los sitios, sino los tiempos.

Los hermanos Cayón, Clemente y Adolfo, pasaron los veranos de su juventud en Menorca. Tal vez por eso, años después de abrir una galería en Madrid (2005) y una oficina en Manila, cuando se les presentó la oportunidad de recuperar un antiguo cine de Mahón y convertirlo en espacio expositivo, no lo dudaron.

El antiguo cine Victoria de Mahón

La tarde del 18 de octubre de 1917, la proyección de La leyenda de Pierrette inauguró el cine Victoria de Mahón, ubicado en el emblemático Palacio del Barón de las Arenas de la calle Sant Roc, a escasos pasos de la céntrica Iglesia de Santa María. Recibió el nombre de la reina Victoria Eugenia de Battenberg, esposa de Alfonso XIII de España, porque el edificio se construyó en los albores de su reinado.

La antigua entrada al cine Victoria de Mahón / GALERÍA CAYÓN
La antigua entrada al cine Victoria de Mahón / GALERÍA CAYÓN

Rápidamente, la magia del séptimo arte cautivó a los menorquines, que viajaban desde los otros pueblos de la isla para entretenerse en la oscuridad de la sala de cine, pernoctar en alguna de las posadas de Mahón y regresar a sus casas con historias que contar. Y las sesiones se alargaron durante noventa años, hasta 2006, cuando la apertura del multisalas Ocimax puso fin al romance del cine Victoria con las gentes de la isla.

La galería de arte más ecléctica de Menorca

Tras una década en el olvido, Clemente y Adolfo decidieron abrir la Galería Cayón en busca del tiempo perdido. Corría el año 2018, y Mahón todavía no estaba en el mapa del arte contemporáneo ni contaba con las magníficas Hauser & Wirth en la Isla del Rey, Albarrán Bourdais o Escat Gallery, por citar sólo algunas galerías de reciente apertura en la capital menorquina. 

Las escaleras de acceso a una sala del antiguo cine Victoria y una instalación de Soto / GALERÍA CAYÓN
Las escaleras de acceso a una sala y una instalación de Soto / GALERÍA CAYÓN
Al singular edificio se accede desde la recepción, y el espacio se presenta como una única sala expositiva, tan diafána como la sala de cine que fuera antaño, de 500 metros cuadrados de superficie y con unos techos de 12 metros de altura que permiten acoger muestras con instalaciones osadas, sorprendentes, eclécticas. 

Los nuevos protagonistas de la Galería Cayón

Fred Sandback, Minjung Kim, Stanley Whitney, Yves Klein, Carlos Cruz-Diez, Joel Shapiro, Joan Miró, Soto y Hernández Pijuan, en este orden, han sustituido a los Bogart, De Niro y compañía, a la hora de amenizar este espacio de Mahón cuyas paredes rezuman arte e historia a partes iguales.

Tan bien lo han hecho, que este verano la Galería Cayón ha inaugurado la rehabilitación del antiguo sótano, de 300 metros cuadrados, como nuevo espacio expositivo. Así, donde otrora estuvieran las dependencias del Palacio del Barón de las Arenas, en la actualidad hay esculturas y pinturas que se pueden admirar durante los meses de junio, julio y agosto.

La exposición 'Joan Hernández Pijuan, Tiempo de pintura'

Este verano, 26 óleos de diverso formato y otros trabajos sobre papel componen la ambiciosa muestra que la Galería Cayón dedica a Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931-2005). Todas ellas son obras de su última etapa, en la que el pintor catalán lleva la figuración geométrica a su máxima expresión, a través de un minimalismo elegantísimo, para plasmar sobre el lienzo su amor por el gesto sencillo, por la contemplación interior y por la atmósfera y el paisaje familiar de La Segarra leridana. 

Y no le puede sentar mejor al inconfundible estilo de Hernández Pijuan un espacio tan ecléctico como el de la Cayón. Allí, plantado en el centro de la inmensa sala del cine Victoria, contemplando la obra 'Projecte per un paisatge', es inevitable proyectar la imaginación en el recuerdo de esos días interminables en las calas de Menorca, bañados por el sol de la infancia y la juventud. Es en esa búsqueda, en ese esbozo de la memoria, cuando uno se da cuenta de que "el único verdadero paraíso es el paraíso perdido".