Ni discoteca ni 'apps' de ligar: así son las nuevas formas de conocer el amor que marcan tendencia

En Consumidor Global te ponemos al día de las nuevas tendencias para ligar en 2025, entre las que descatan el deporte y las cenas organizadas, que están reemplazando a las aplicaciones de citas

Dos personas buscan el amor en un gimnasio, sin 'apps' ni discotecas / CANVA
Dos personas buscan el amor en un gimnasio, sin 'apps' ni discotecas / CANVA

Lo vimos con la fiebre de pasear por Mercadona con una piña en busca de solteros con ganas de experimentar un flechazo y un choque travieso de carrito de supermercado en el pasillo de los congelados. Y ahora la cosa está todavía más clara: la gente tiene ganas de enamorarse, pero no de cualquier forma.

O al menos en los cauces de las formas actuales a las que ya nos hemos acostumbrado: Tinder, Bumble, Instagram… Un catálogo infinito de rostros y cuerpos con los que toparnos e intentar, normalmente con poca suerte y mucha dopamina, enamorarnos. Pero las cosas están cambiando. Cada vez más personas quieren conocer a alguien de manera más natural, sin perfiles editados ni filtros de por medio.

Unas personas en una cita/ PEXELS
Personas en una cita / PEXELS

La tendencia es clara: se busca menos catálogo digital y más experiencias compartidas. Porque el nuevo escenario para ligar ya no es una discoteca abarrotada ni una conversación infinita en un chat, sino un espacio donde el cuerpo y la mente se activan. Ya sea asistiendo a quedadas multitudinarias de running o a una clase de bachata.

La nueva forma de ligar: deporte como escenario de conexión

Durante años, los bares fueron terreno fértil para primeras citas y las aplicaciones de citas acumularon millones de descargas. Sin embargo, los hábitos sociales evolucionan y lo presencial empieza a recuperar protagonismo. Según datos de Bumble, más de la mitad de los jóvenes españoles de entre 18 y 26 años afirma que prefiere conocer gente en actividades culturales o deportivas antes que en un bar. Además, un 67% considera que este tipo de planes favorece vínculos más saludables y auténticos.

Un grupo de personas coqueteando en una quedada deportiva/ CANVA
Personas coqueteando en una quedada deportiva / CANVA

El abanico es amplio... desde partidos de pádel, hasta sesiones de running en grupo, pasando por clases de salsa o talleres de yoga. Estas actividades no solo fomentan el bienestar físico y mental, sino que también crean un terreno neutral y dinámico en el que la conversación fluye sin la presión de “impresionar” constantemente.

 Una persona se lamenta de haberse precipitado al instalarse Tinder/ Montaje CG
Una persona se lamenta de haberse precipitado al instalarse Tinder/ Montaje CG

El sociólogo Francesc Núñez lo explica claramente. A diferencia de las apps, este tipo de experiencias permiten percibir la química de inmediato. Un partido de pádel o una clase de baile no solo reducen la tensión inicial, también abren la puerta a la espontaneidad y a la autenticidad, factores esenciales en la construcción de vínculos reales.

Generación Z: los culpables de viralizar el movimiento, la salud y las relaciones auténticas

Los expertos coinciden en que este cambio responde al desgaste que generan las apps de citas. Perfiles poco fiables, conversaciones que nunca llegan a una cita real o fenómenos como el ghosting (desaparecer sin dar explicaciones) hacen que muchos usuarios terminen agotados. A esto se suma un dato relevante: la Generación Z está reduciendo notablemente su consumo de alcohol, lo que resta protagonismo a los bares como punto de encuentro.

Unas personas que se han conocido en una quedada deportiva/ CANVA
Unas personas que se han conocido en una quedada deportiva / CANVA

Si hay algo que caracteriza a la Generación Z es su inclinación hacia un estilo de vida saludable. No sorprende, entonces, que prefieran citas activas que combinen diversión y bienestar. El deporte se convierte en una excusa perfecta para compartir tiempo, conocerse en un entorno más distendido y, de paso, mostrar aspectos genuinos de la personalidad.

Cenas y encuentros presenciales: el regreso del 'slow dating'

Aunque los bares y las cenas románticas siguen existiendo, también están surgiendo formatos que buscan devolver al azar y a la conversación pausada su papel central en el proceso de enamorarse. Un ejemplo es el proyecto de Eva Sánchez, de 28 años, fundadora de Slow Dating Club.

Después de varias experiencias frustrantes con aplicaciones de citas, Sánchez decidió crear una alternativa basada en encuentros presenciales en restaurantes de Madrid, donde los solteros participan en juegos y cuestionarios durante la velada. El objetivo es favorecer la interacción sin la presión del speed dating clásico. Al final de la noche, si alguien despierta interés, basta con anotarlo en un sobre.

Con un precio de 25 euros por persona y periodicidad mensual, estos eventos atraen principalmente a jóvenes de entre 25 y 35 años, aunque están abiertos a todo el que quiera vivir la experiencia. Más que un servicio para “encontrar pareja”, se plantea como un espacio para disfrutar de una velada diferente, conocer gente y, con un poco de suerte, encontrar afinidad.

¿Por qué las 'apps' ya no enganchan como antes?

Las cifras hablan por sí solas. Tras más de una década de éxito —un estudio calcula que el 40% de los españoles ha utilizado aplicaciones de citas alguna vez—, estas plataformas están experimentando un descenso en usuarios de pago y sus compañías han registrado pérdidas.

El desgaste tiene varias causas. Por un lado, la sobreexposición de conocer a alguien diferente cada semana, mantener conversaciones repetitivas o sentir la presión de que la cita debe incluir intimidad desde el principio. Por otro, la falta de confianza, pues se estima que alrededor del 7% de la información publicada en estas plataformas es falsa, lo que genera decepción y erosiona la autoestima.

'Apps' de ligar en decadencia: "Nadie quiere hablar con una IA"

La sexóloga clínica Francisca Molero, directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, lo resume así: “Existe hartazgo. Muchas personas no quieren entrar en esa vorágine de expectativas, sexo rápido y encuentros sin continuidad. La gente busca experiencias más reales y menos desgastantes”.

Además, la irrupción de chatbots capaces de redactar mensajes “perfectos” para ligar añade un nuevo elemento de desconfianza. Cuando la línea entre lo auténtico y lo artificial se difumina, la espontaneidad se resiente, y con ella, la ilusión.

Volver a lo sencillo: química sin filtros

El amor, lejos de desaparecer, está encontrando nuevos caminos y cauces para reinventarse. Hoy, tanto los más jóvenes como quienes ya han probado sin éxito las aplicaciones buscan escenarios distintos, como un grupo de running, una cena organizada, una clase de baile. La clave está en redescubrir la conexión cara a cara, sin algoritmos ni perfiles editados.

Las pantallas seguirán siendo una herramienta útil, pero todo indica que las experiencias compartidas, la actividad física y los entornos sociales tranquilos han vuelto para quedarse. Al final, la fórmula parece sencilla: moverse, reírse y dejar que la química aparezca de nuevo.