El precioso pueblo andaluz al que se conoce como ‘la patria chica de Disney’
Una leyenda local vincula el nacimiento del padre de Mickey Mouse con este municipio, que también destaca por su patrimonio y su oferta turística
El Levante almeriense se presenta al turista con un clima privilegiado que invita a sumergirse sin frenos en el mar. En esta región, donde el sol se despide con puestas doradas tras las montañas y la brisa marina perfuma las callejuelas, la experiencia del viajero se convierte en una postal viva.
En concreto, en Mojácar, ubicado en el litoral de Almería, se camina entre buganvillas y muros encalados, mientras el compás del flamenco resuena en el tablao íntimo de la calle Puntica. Pero no solo es eso lo que le da encanto al pueblo andaluz, también hay etiqueta que atrae a muchos visitantes, y es que, a Mojácar también se le conoce como ‘la patria chica de Disney’.
Almorávides, almohades y nazaríes
Este pueblo andaluz es uno de los miradores más espectaculares del Mediterráneo, enclavado sobre una colina que domina el litoral de Almería. Este rincón blanco no solo cautiva por su belleza, sino también por su historia. Cada mes de junio, revive con orgullo su legado multicultural en las fiestas de Moros y Cristianos, y abre sus entrañas al pasado con excavaciones arqueológicas en Mojácar la Vieja, antiguo asentamiento musulmán donde se puede ser arqueólogo por un día.
Almorávides, almohades y nazaríes dejaron su huella en este rincón andaluz hasta el siglo XIV.
Mojácar, ¿el pueblo de Walt Disney?
Pero hay una historia aún más sorprendente que recorre sus calles, una leyenda que mezcla misterio y encanto, y que ha otorgado a Mojácar un título peculiar: ‘la patria chica de Disney’. Frente al arco de entrada al pueblo, la pensión El Torreón guarda un secreto que el tiempo ha envuelto en un aura casi mágica.
Cuentan que una joven lavandera dio a luz en este lugar y emigró a Estados Unidos, dejando a su hijo en adopción. Ese niño, aseguran los lugareños, fue rebautizado como Walt Disney. Con el tiempo, aquel pequeño demostraría su genio creativo hasta convertirse en el padre de Mickey Mouse, quien ahora, convertido en escultura, da la bienvenida a los visitantes de Mojácar, saludando con su eterna sonrisa a quienes se dejan hechizar por esta tierra de leyendas.
