Harina de gusanos, el producto aprobado por la UE que pronto estará en tu despensa
El uso de este insecto en alimentación fue autorizado por Bruselas en 2021 y se espera que se pueda emplear en la elaboración de quesos y embutidos en los próximos años

Cuando uno piensa en un gusano piensa en un bicho pequeño y repugnante que aparece en sitios de suciedad o en alimentos en mal estado. Es por ello que una harina de gusanos no suena muy apetecible.
Hace unas semanas, la Unión Europea aprobó la solicitud de la empresa francesa Nutriearth para vender un polvo elaborado con larvas de Tenebrio molitor, conocido como gusano de la harina. Ahora bien, no es el único insecto autorizado por la UE ni es el gusano que está en nuestro imaginario.
¿Qué es la harina de gusanos?
La harina de gusanos se consigue a través de insectos. "Específicamente de larvas de ciertos gusanos, como los de la harina", explica a Consumidor Global la nutricionista Aina Candel.

El proceso de producción consiste en secar el gusano hasta que se muere. La harina pasa por un proceso de radiación ultravioleta para eliminar cualquier microorganismo que pueda suponer un riesgo. Así lo aclara a este medio Xenia Sinfreu, profesora de nutrición en la Universidad Carlemany. "Es un control de seguridad para que pueda ser un producto apto para el consumo humano", añade.
¿De dónde salen los gusanos de la harina?
Los gusanos de la harina se crían en condiciones de seguridad. Concretamente, en granjas destinadas exclusivamente a la cría de estos insectos, según detalla Sinfreu. "Su producción es muy controlada", defiende.
Un control que, incluso, se traslada a la alimentación del animal. "Aquí entraría la parte del gluten. Si estos gusanos no comen gluten, la harina que obtenemos a partir de estas larvas también va a ser sin gluten", detalla la experta.

Insectos aprobados por la UE
Ya en 2021, la UE aprobó el uso de larvas de Tenebrio molitor. En 2025, simplemente ha autorizado la petición de Nutriearth para emplearlo en varios alimentos como panes, bizcochos, productos a base de pasta, derivados de patata, queso y compotas de frutas y hortalizas.
Tampoco es el primer insecto que cuenta con el visto bueno de Bruselas. La Locusta migratoria (langosta migratoria) también está permitida así como la Acheta domesticus (grillo doméstico) y la larvas de Alphitobius dioperinus (escarabajo del estiércol). No obstante, la UE especifica cuáles son las formas de comercialización:
- Larvas de Tenebrio molitor: desecada, congelada y en polvo.
- Locusta migratoria: congelada, desecada y en polvo.
- Acheta domesticus: congelada, desecada y en polvo. Además, en 2023 se autorizó en polvo parcialmente desgrasado.
- Larvas Alphitobius dioperinus: congelada, en pasta, desecada y en polvo.
Tiene que estar declarado en la etiqueta del producto
Los productos que utilicen harina de gusanos tienen que indicarlo en el listado de ingredientes por dos motivos: la normativa de la UE obliga a ello y, además, puede ser un "agente alérgeno", subraya Sinfreu. Y es que los insectos son parientes cercanos a los mariscos, por lo que las personas que sean alérgicas a estos últimos también podrían serlo a este tipo de harina, según detalla Candel.
"Ahora mismo, se está utilizando sobre todo en la elaboración de panes, pasteles, repostería…", afirma Sinfreu. Y añade: "La tendencia es que se pueda incluir en otros productos como los quesos o los embutidos, que hasta ahora utilizan harinas refinadas de grano. La idea no es que sea un sustituto sino una alternativa".

Beneficios de la harina de gusanos
Si hablamos de harina, la mayoría de consumidores piensan en la de trigo, muy distinta a la que ofrecen los gusanos. La primera es un derivado de un cereal y aporta un alto contenido en hidratos de carbono. "La harina hecha a partir de la larva de gusano tiene un aporte proteico que no encontramos en otras derivadas del cereal", matiza Sinfreu. La nutricionista, además, recalca que el aporte en fibra es "mucho mayor" que el de una harina integral.
Por su parte, Candel destaca que la harina de gusanos es rica en proteínas, vitaminas y minerales, convirtiéndose en una excelente fuente de nutrientes. "Además, su producción tiene un menor impacto ambiental en comparación con la agricultura tradicional, ya que requiere menos recursos como agua y tierra", añade.
Un rechazo cultural
El rechazo a la harina de gusanos responde a una cuestión cultural. En Europa, no es habitual el consumo de insectos. "Hay una connotación bastante negativa en cuanto a los insectos y gusanos. Tenemos tendencia a asociarlos a plagas, a suciedad…", sostiene Sinfreu.
Aunque es pronto para que en nuestra despensa habiten paquetes de harina de gusano, ya contamos con otros alimentos que proceden de insectos. Pensemos, por ejemplo, en las abejas y la miel. Es por ello que tanto Candel como Sinfreu coinciden en que la información y una exposición a la harina de gusanos puede ser la clave para que los consumidores se abran a este tipo de productos. Al final, todo es cuestión de tiempo.